Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico.
Hace algunos días manejando por la siempre transitada Avenida Irarrázaval y mientras contemplaba los horrores arquitectónicos que se han desarrollado a lo largo de sus veredas -y que parecieran no detenerse a pesar de los cambios de alcalde- recordé que por la calle Juan Enrique Concha, a la vuelta de la muy tentadora Fuente Suiza, funciona el Rincón Árabe; sitio obviamente especializado en comida de ese tipo. Y como ya eran pasadas las dos de la tarde y había hambre -y logré encontrar estacionamiento justo al frente- decidí parar ahí para comer algo.
Ya instalado en su terraza cerrada -aunque igual algo fría- y tras revisar su carta, decidí pedir un surtido de rellenos para una persona ($11.000) más una porción de kababs ($9.700) y -como andaba al volante- un agua sin gas ($1.990). Prontamente se me avisó que no les quedaban zapallitos, así que acepté que el surtido viniera con doble ración de repollos rellenos.
Mientras esperaba la comida llegó el agua más una panera con un pequeño pan pita tibio y tres salsas: una algo picante bien rica, otra de yogurt y el tradicional humus. Hasta que por fin llegaron los platos. El surtido consistía en una papa rellena, una berenjena rellena, un ají relleno y seis hojitas de parra más la ya comentada ración doble de repollitos. Todos muy ricos, con un relleno de buena humedad y en el caso del ají un buen grado de picor. Solos o con alguna de las salsas, la verdad es que andaban bien. Sin embargo, se agradecería un poco más de potencia. Es decir, que tuvieran más de esos sabores especiados que uno espera de un restaurante árabe.
¿Los Kababs? Eran cuatro unidades, bien grandotes, y con carne bien magra; como debe ser en estos casos. Sin embargo, al igual que con los rellenos, faltaba un poco de aliño y por lo mismo potencia. Al final, se sentía puro sabor a carne y le faltaba todo lo demás. Aunque claro, una vez más, con las salsas -sobre todo la picantita- la cosa mejoraba bastante.
En resumen, puedo decir que este almuerzo si bien fue contundente -salí con una cajita con cosas para llevar a casa y no fui capaz de probar sus tentadores dulces- adoleció de un nivel mayor de las especias que le pudieran ese sabor tan reconfortante y típico de este tipo de lugares; que es lo que uno al final anda buscando. En todo caso, no fue un mal almuerzo. Obviamente, mucho mejor que la arquitectura que se puede ver por el sector.
CONSUMO TOTAL: $23.290
DIRECCIÓN: Juan Enrique Concha 55, teléfono 988936201, Ñuñoa.
HORARIO: Martes y miércoles 12:30 a 21 hrs. Jueves y viernes 12:30 a 23 hrs. Sábado 12:30 a 20 hrs. Domingo 12:30 a 16 hrs.
ESTACIONAMIENTO: En la calle (con parquímetro).
PÚBLICO: Todo público.
EVALUACIÓN: ✮✮✮
Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver