Por Alvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

La oferta de almuerzo en los restaurantes santiaguinos -más allá del tradicional servicio a la carta- suele organizarse bajo las modalidades de “colación”, “plato del día”, “menú” o “menú ejecutivo”, siendo esta última la más completa. Es decir, con al menos dos platos y postre, además de tener un par de opciones por cada uno de estos ítems. Justamente, en la búsqueda de este tipo de servicio fue que llegué al restaurante Zafferano, ubicado al interior del hotel Solace, en la calle Monseñor Sotero Sanz.

En este lugar se puede almorzar tanto en el primer piso como en la azotea. Aprovechando el buen tiempo opté por la segunda opción y me dispuse a elegir mi almuerzo dentro de las opciones que entregaba este “ejecutivo” ($18.000). De entrada había queso camembert apanado con puré de ciruelas, ensalada de tomate y ricota y langostino y tartaleta de verduras. Esto último fue lo que pedí, además de un agua sin gas (incluida en el menú ejecutivo) y una copa de Sauvignon Blanc Errázuriz Estate Reserva ($4.500).

Vamos al plato. El langostino venía asado y con la carne -muy sabrosa- despegada de la cabeza. El acompañamiento eran pequeños bocados de zapallo italiano, papas y pimientos; que se notaba habían pasado por la plancha. Todo esto, encima de una muy delgada masa crocante que luego serviría para aprovechar la salsita que desprendía el langostino. Un plato sabroso, liviano y atractivo a la vista.

Las opciones de segundo plato eran Lomo con Risotto de Espinacas, Pasta Fresca con Champiñones y Cochayuyo y Merluza Austral con puré de cebolla, nabos y tocino crocante. Me fui por el pescado, el que demoró un poquito en llegar pero que me sorprendió. Primero porque la merluza estaba justo en su punto, casi crocante por fuera y bien tierna por dentro; mientras que el puré era simplemente perfecto. Suave y lleno de sabor, muy bien complementado por una salsa -supongo de la misma cebolla, pero caramelizada- que le daba un excelente punto de contraste. ¿El tocino crocante? Pura gula para comer por separado.

De postre las opciones eran Cheesecake de zapallo, jengibre y toffee de merkén, pasta fresca de cacao en trilogía de salsas y helado de vainilla y manjar lúcuma. Opté por este último que en realidad era un quenelle de helado de manjar más pequeñas porciones de lúcuma y merengue, en distintas texturas. Muy agradable para terminar el almuerzo junto a un espresso.

En resumen, un gran lugar para comer algo diferente, con una vista única de Providencia. Además, se nota oficio y dedicación en la cocina. Ejecutivo y piola.

CONSUMO TOTAL:

$22.500

DIRECCIÓN:

Monseñor Sotero Sanz 115, teléfono 222708000, Providencia.

HORARIO:

Lunes a domingo 12:30 a 17:30 hrs. y 19:30 a 00:30 hrs.

ESTACIONAMIENTO:

En el hotel (pagado).

PÚBLICO:

Todo público.

EVALUACIÓN:

✮✮✮✮

Calificaciones:

✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver