Diego Schalper (RN): “Esta Constitución no da para más, el cambio constitucional va sí o sí”
El secretario general de RN respalda la propuesta de la UDI de bajar desde ya el quórum de dos tercios para reformar la actual Carta Magna, para dar señales concretas de la disposición del sector a hacer cambios. Pero va más allá: “Hay que comprometernos a materializar que el estado social de derechos esté en una futura nueva Constitución”.
El diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, ha aprovechado la semana distrital para abordar el proceso constituyente.
Sabe que la próxima semana será clave, cuando su partido anuncie en un consejo general su postura por el Rechazo en el plebiscito de salida.
De ahí vendrá el desafío para la derecha de plantear como creíble el mensaje que han transmitido en las últimas semanas: que están abiertos a hacer cambios sustantivos a la Constitución actual.
El presidente de la UDI, Javier Macaya, propuso bajar el quórum de 2/3 para modificar la actual Constitución como garantía de que la derecha quiere cambios. ¿Está de acuerdo?
Tenemos que empatizar con miles de chilenos que apostaron por un proceso constituyente y que se sienten defraudados de una Convención que prefirió hacer un programa de gobierno de una minoría antes que una Constitución de futuro para todos los chilenos. La centroderecha tiene que seguir realizando gestos concretos que dejen claro que entendemos este ímpetu de cambio. He reflexionado y apoyaría la rebaja de los quórums que ha propuesto Javier Macaya.
Pero esa propuesta no se ha materializado todavía en una reforma. ¿Fue un bluff para aumentar el Rechazo?
Quiero manifestar mi disposición y esperamos que con los sectores de centro y centroizquierda podamos construir un paso como este. Mientras los convencionales de izquierda imponen los 2/3 en las disposiciones transitorias y cierran puertas, lo que tenemos que hacer desde el Congreso es abrirlas. Cuando hablamos del tema de los quórums, lo que estamos diciendo es que estamos abiertos a consensos que convoquen al centro y a la centroderecha. También hay que dar un paso más allá y comprometernos a materializar que el estado social de derecho esté sí o sí en una futura nueva Constitución. Sé que eso quizás va a generar resistencia en mi sector político.
¿Hay riesgo para la derecha si se bajan los 2/3? Históricamente han usado ese quórum para bloquear reformas.
Yo lo veo al revés. No ver que hay un ímpetu de cambios, del cual hay que hacerse cargo, es hacerle el juego a una mirada radical y refundacional. Hay que distinguir con mucha claridad el texto de la Convención del cambio constitucional. Por lo mismo, como sector tenemos que dar señales concretas de que esta Constitución actual ya no da para más y que el cambio constitucional va sí o sí. Tenemos que enviar señales de forma, los quórums, y señales de fondo, como el estado social de derecho.
¿La derecha ha sido poco proclive a los cambios?
Intentamos en su minuto hacer una correlación. Por un lado, la necesidad de las reformas, pero también advertíamos que no había un interés y clima de hacer esto de cara a la unidad de los chilenos. Pero mi sector político no ha tenido la audacia ni la iniciativa suficiente para propiciar cambios, y se nos ha visto en la lógica de resistir procesos. No solo la centroderecha, sino que en general la élite política.
La idea de Macaya se basa en un problema que tienen en la derecha. No les creen que quieren reformar la Constitución...
Aquí hay una nueva generación de dirigentes de derecha que hemos ganado nuestros espacios en las urnas, internamente y a nivel país, que queremos dar señales concretas.
Pero todos ustedes estuvieron por el Rechazo.
Uno siempre puede reflexionar las cosas que podría haber hecho distinto. Traté de levantar una bandera que advertía la necesidad de cambios, pero también que el interés de ciertos sectores no era construir una casa para todos. Esta discusión no es sobre el pasado, es sobre los gestos que hacemos de cara al futuro. La tarea de esta nueva generación es dar señales claras y precisas. Empatizamos con el ímpetu de cambio constitucional.
¿Cuál sería la autocrítica?
El malestar expresado a fines de octubre del 2019 es una crítica contra la élite en general y mi sector formó parte de una élite política que no tuvo la audacia para hacer los cambios a tiempo. Eso lamentablemente alimenta los proyectos refundacionales como los que estamos viviendo.
Ustedes buscaron un acuerdo con la izquierda para un plan B. Pero hasta ahora no se ha dado. ¿Fracasó la estrategia del Rechazo?
No. Veo con preocupación cómo reaccionó el Presidente Boric respecto de la carta que le enviamos como Chile Vamos, porque eso denota una falta de visión, de sentido de futuro. Los líderes no encajonan a los países en dilemas de blanco y negro, sino que abren alternativas. Y en esto el Presidente prefirió el proselitismo antes que el liderazgo.
¿Cuál es el riesgo de que el pleno de la Convención apruebe un quórum de 2/3 para reformar la nueva Carta Magna?
Mientras vemos a un Fernando Atria preocupado de poner cerrojos que impidan al Congreso ejercer su trabajo, lo que empujamos de la centroderecha es todo lo contrario, abrir puertas. ¿Por qué tanta preocupación por poner esta camisa de fuerza? Mi impresión es que esto es como un constructor que tiene que entregar la casa y tiene miedo de que los dueños entren y se den cuenta de que está llena de pifias. Esto deja de manifiesto que hay un sector de la Convención que tiene una mirada refundacional y autoritaria.
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