A pesar que el proceso de renovación de autoridades de la Cámara se ha vuelto complicado para el oficialismo, el jefe de bancada de los diputados comunistas, Luis Cuello, no pierde el optimismo que un militante del PC llegará por primera vez, en 112 años de historia partidaria, a presidir una de las ramas del Congreso. “Tengo la expectativa de que las dudas que plantean algunos colegas se vayan disipando”, dice el legislador, que personalmente ha tomado contacto con algunos diputados que aún tienen dudas de cómo votarán el próximo 15 abril.
La derecha ya ha levantado la postulación a la presidencia de la diputada Joanna Pérez de Demócratas. ¿Ustedes ya dan por desechado el apoyo de Demócratas a la carta del PC?
Como oficialismo, tuvimos una conversación el año pasado con fuerzas fuera de la coalición, fuerzas de centro, y logramos una reconfiguración del pacto administrativo. En esa reconfiguración, participó Demócratas. Ellos expresaron su voluntad de apoyarnos para asumir la presidencia. No hemos sido notificados que el Partido Demócratas no vaya a cumplir con su palabra.
¿Por qué tanto hermetismo en ustedes de quién va a ser su candidato o candidata? ¿Temen un desgaste como el que sufrió la diputada Karol Cariola en 2022?
No es lo más relevante cuál va a ser nuestra propuesta de candidato o candidata. Lo importante es que la bancada encabece esa responsabilidad, tomando en cuenta que fuimos objeto de un veto político al partido, que ciertamente no se puede repetir.
¿Puede ser Ud. o la diputada Cariola?
Como digo, no hemos hecho la discusión de los nombres y, por lo tanto, no puedo adelantar nada.
Algunos creen que debiera haber pragmatismo. ¿No sería mejor para ustedes evitar el riesgo de una derrota y optar por otra carta al oficialismo? ¿Es plausible esa alternativa?
No entiendo esos planteamientos. Es un dilema artificial, falso. Como referencia, en el Senado, la oposición se hizo del control de la mesa. Y lo que está buscando la derecha, en la Cámara, es justamente lo mismo: desplazar al oficialismo. Entonces, el debate no está centrado en que sea o no nuestra bancada, sino en qué coalición conducirá la mesa.
En dos ocasiones anteriores, han depuesto la aspiración de la bancada, por lo tanto, podría ocurrir una tercera. ¿O esta postulación es irreversible, sin marcha atrás?
Ya sufrimos la postergación. El año pasado también hubo una discusión respecto de quién le correspondía. Nosotros acordamos con la DC que ellos encabezaron la mesa, pero estableciendo ciertas condiciones que quedaron por escrito. No hay vuelta atrás. No vamos a aceptar un veto para presidir la Cámara.
La oposición ya ha usado las declaraciones del presidente del partido sobre Venezuela, ahora están levantando las declaraciones del senador Daniel Núñez sobre la presión social para las reformas. ¿No creo que ello contamina el proceso de definición de la Cámara?
Lo que ha planteado el senador Núñez tiene que ver con un factor de la política que no podemos dejar de analizar: el grado de participación y movilización ciudadana. Probablemente con un grado mayor de involucramiento de la sociedad, la reforma de las pensiones hubiera avanzado de un modo distinto. Yendo a su pregunta, no podemos dejar de hacer política, inhibir nuestra opinión en función de la mesa de Cámara. Sería una exigencia ilegítima y antidemocrática. ¿Por qué nosotros tenemos que dejar de hacer política? No nos complica opinar.
Pero inevitablemente le entregan municiones a la oposición.
En ese debate, sobre la presión ciudadana, la derecha no tiene ni la moral ni las credenciales democráticas para criticar al PC.
Lo que pasa es que van a ser decisivos los PDG y los independientes, que pueden mover su voto con estas declaraciones.
No lo creo, porque antes de esta polémica ya algunos habían planteado diferencias respecto de cómo se va a componer la mesa de Cámara. Todo lo demás es un poco acomodaticio.
¿Pero no es mejor tener un silencio estratégico?
Nadie tiene derecho a acallar a una fuerza política, como tampoco vamos a exigirle a otros que guarden silencio.
Pero el mismo Gobierno tampoco compartió las declaraciones del senador Núñez y también tomó distancia de las declaraciones sobre Venezuela del Presidente. El gobierno no quedó cómodo ¿o no?
Bueno, cada cual cumple su rol. Ahora, el gobierno le restó dramatismo. Incluso, la ministra Tohá, planteó que la presión ciudadana es parte de la realidad política. Hay matiz respecto de cuál es el rol del gobierno. Ahí tenemos una diferencia. Todavía no encuentro una razón para que un gobierno no pueda convocar a la ciudadanía a defender sus reformas.
¿Uds. esperan que el gobierno se mantenga firme con la postulación del PC a la presidencia?
El gobierno participa en las conversaciones. Eso es normal. Ahora las definiciones de la Cámara se hacen en el ámbito de las bancadas y los partidos. El gobierno sí tiene conciencia de que nuestra bancada ha sido postergada injustamente en un objetivo que es legítimo y que hace justicia a nuestro grado de representación en la sociedad. Tenemos una bancada parlamentaria importante, tenemos senadores, tenemos presencia en el mundo social y tenemos una gran cantidad de militantes. Por lo tanto, tenemos méritos para asumir esta responsabilidad.
¿Qué pasaría si el gobierno decide que es mejor darle la presidencia al PDG? Hay rumores.
Siempre en este tipo de negociaciones surgen rumores que no tienen fundamento.