Hemos aprobado un presupuesto de más de $ 250 mil millones dedicado exclusivamente a la revinculación”.

Hacia fines de noviembre, Marco Antonio Ávila, ministro de Educación, daba cuenta así de los recursos destinados por el Mineduc para ponerles freno a las alarmantes cifras de deserción escolar que la propia cartera había revelado poco tiempo antes. Tiempo después, en su balance final de año, el profesor de Castellano reiteraba: “El Presupuesto 2023 destina cerca de $ 250 mil millones para el Plan de Reactivación Educativa”.

Hoy, con miles de alumnos ya de vacaciones y tanto directivos como autoridades preparando el año escolar 2023, bien vale preguntarse dónde irán destinados esos $ 250 mil millones que con mucho ahínco ha revelado en más de una oportunidad el ministro.

En la interna de la cartera reseñan que el Presupuesto 2023 enfocó todos los recursos que administra el Mineduc y que no están comprometidos por ley a otras cosas, hacia el Plan de Reactivación. Fue en ese marco que se hicieron reasignaciones y modificaciones, por lo que se trabajó en el presupuesto a través de los capítulos y programas que ya tiene la cartera. “La base de análisis es cómo reenfocamos todos los esfuerzos hacia esta prioridad de gobierno en reactivar la educación”, decían puertas adentro. Así, desde más o menos abril de 2022 la instrucción para los equipos fue identificar en cada programa presupuestario cuántos recursos se podían destinar a la reactivación.

Por esto y según advierten algunos entendidos en materia educativa, el monto obedece al presupuesto total de educación que no está dirigido a subvenciones, más que a un plan específico de revinculación escolar. En el fondo, que se le puso un nombre -o tinte- particular al Presupuesto 2023 dado el magro contexto de desescolarización por el que atraviesa el sistema chileno.

Sin embargo, al interior de la cartera se incomodan con esta lectura. “No es ponerle un apellido, sino dirigir los esfuerzos para que tributen al Plan de Reactivación”, dicen. Insisten, de hecho, que lo que hicieron fue reorientar recursos, con nuevas priorizaciones, entendiendo que para 2023 lo más importante será la convivencia y la salud mental. “Es usar equipos que ya trabajaban enfocados en una nueva tarea”, resumen algunos entendidos.

Esta visión, sin embargo, encuentra detractores. O al menos gente que la cuestiona. “Decir que se trata de recursos destinados a la revinculación, atribuyéndolos a una iniciativa liderada por el gobierno, parece poco prudente”, expone María Paz Arzola, investigadora de Libertad y Desarrollo.

Por su parte, Juan José Obach, director ejecutivo del centro de estudios Horizontal, señala que “para el 2023 el incremento anual real del presupuesto de Mineduc es de 4,6%. Este aumento se explica, principalmente, por un aumento de las subvenciones ($ 450.000 millones), más recursos a la Junaeb ($ 100.000 millones) y más recursos para la educación superior ($ 76.000 millones). En ninguna de estas partidas se encuentra un plan de reactivación educativa integral”.

En el Mineduc, en todo caso, han querido aclarar que nunca se ha hablado de una inyección de 250 mil millones de pesos, sino que dentro de los esfuerzos se priorizaron cosas. De recursos frescos, por tanto, ni hablar.

Esto último, sin embargo, no resulta relevante para la cartera, porque entienden que los esfuerzos cambian durante el año, a lo largo de todos los años, y que lo que se proyecta es la reorganización de prioridades respecto del gobierno anterior. Que, al final, todo se evalúa y programa en función de las prioridades ministeriales o las necesidades del sistema. Y que este año aquello apunta a la reactivación. “Al tener más información vas alineando los programas en función de esa información”. Esa es la consigna.

Los números

En efecto, si se mira el detalle de la partida de Educación del Presupuesto 2023, la ‘revinculación’ no está especificada ni tiene una cifra particularmente asignada. Esto lo refrendan personas entendidas del Mineduc, quienes señalan que finalmente los $ 250 mil millones son la suma de varios programas y políticas. Algunas, ejemplifican, ya existían y se quieren ampliar y reforzar, como el programa Habilidades para la Vida de la Junaeb.

En detalle y tras varias semanas de espera, desde el Mineduc detallaron a La Tercera que, en total, consideraron 10 programas para que el ministro hiciera referencia a “250 mil millones dedicados exclusivamente a revinculación”: cinco del capítulo 01 del Presupuesto por $ 64.767.367.502; uno del capítulo 04 por $ 34.436.982.000; tres del capítulo 03 por $ 55.564.956.000, y uno del capítulo 17 por $ 94.567.000.000. Ellos totalizan $ 249.336.305.502.

El mayor ahondamiento que estuvo dispuesta a realizar la cartera solo desglosa de modo general el monto de los programas mencionados en el párrafo anterior, sin mencionar a qué glosa corresponde, lo que impide identificar un mayor detalle.

En ese sentido, lo desglosan solamente así, con cifras, en su mayoría, redondas: $ 1.049.291.000 del Capítulo 01, Programa 01 (Subsecretaría de Educación); $ 30.556.822.000 del Capítulo 01, Programa 03 (Mejoramiento de la Calidad de la Educación); $ 1.355.655.000 del Capítulo 01, Programa 04 (Desarrollo Profesional Docente y Directivo); $ 31.555.440.502 del Capítulo 01, Programa 11 (Recursos Educativos); $ 250.159.000 del Capítulo 01, Programa 20 (Subvenciones a los Establecimientos Educacionales); $ 34.436.982.000 del Capítulo 04, Programa 01 (Subsecretaría de Educación Parvularia); $ 229.985.000 del Capítulo 09, Programa 01 (Junaeb); $ 21.015.283.000 del Capítulo 09, Programa 02 (Salud Escolar de Junaeb); $ 34.319.688.000 del Capítulo 09, Programa 03 (Becas y Asistencialidad Estudiantil de Junaeb); $ 9.567.000.000 y $ 85.000.000.000 del Capítulo 17, Programa 02 (Fortalecimiento de Educación Escolar Pública).

Es irresponsable hablar de un programa de reactivación educativa de $ 250.000 millones sin identificar el gasto en la Ley de Presupuestos 2023″, dice Obach, y añade que “la única glosa que hace referencia a un plan de reactivación conlleva recursos por apenas $ 9.567 millones y son exclusivos para establecimientos públicos, que alcanza un 37% de la matrícula total”.

En ese sentido, la glosa 3 del programa de Fortalecimiento de la Educación Pública (Capítulo 17, Programa 02) permite destinar hasta esa cifra a la creación de un Fondo para la Reactivación Educativa. Esos recursos, según calcula Obach, alcanzarían, en promedio, 8.400 pesos anuales por estudiante. “Poco y nada con relación al verdadero terremoto educacional que enfrentamos”, asegura.

En tal sentido, Arzola expone que “en lo que respecta a los programas de apoyo a las escuelas a cargo del propio ministerio, a fines de octubre este había ejecutado menos de un tercio de los recursos presupuestados, lo que hace dudar sobre cuál será su capacidad real de llevar adelante las iniciativas requeridas en ese ámbito y cumplir así con lo comprometido por el ministro”.

En esta línea, de hecho, en el ministerio prefieren ser cautos con las cifras totales, porque los números pueden comprometer “muchísimo”, según han justificado puertas adentro.

Como se ha dicho, La Tercera pidió al Mineduc un desglose de los $ 250 mil millones. Sin embargo, además de solo reducir la entrega de ese detalle a los programas -y no glosas- que ya se han detallado, el ministro Ávila expone que “como Mineduc seguiremos trabajando y poniendo todos nuestros esfuerzos en la reactivación de nuestro sistema educativo. Hemos destinado recursos para este desafío prioritario, no sólo a través de los 250 mil millones, sino también del aumento de las subvenciones escolares”.

Tendremos un 2023 con más recursos y donde el foco será traer de vuelta a los estudiantes a las aulas y disminuir las brechas de aprendizaje. Junto con ello, estamos impulsando un trabajo transversal con organizaciones de la sociedad civil y del mundo privado, y reforzando nuestros equipos internos, para enfrentar este desafío país que nos ocupará por varios años, pero del cual saldremos fortalecidos con la contribución de todas y todos”, señala.

Según han sugerido en la cartera en más de una oportunidad, el ministro Ávila debería presentar en algún momento más detalles de las cifras involucradas en este plan, el que todavía se afina. Parte de esto, de hecho, es mantener conversaciones con parlamentarios para alinearlos en cuanto al destino fino de algunos de los recursos que ya fueron aprobados en la Ley de Presupuesto 2023.