Cada vez que el gobierno o los senadores de la Comisión de Constitución son consultados respecto de quién asumirá el mando en la Contraloría General de la República, hay una frase que se repite: “Las subrogancias en dicho organismo suelen durar entre seis y ocho meses”.

Aquello no es un simple comentario con el que se pretenda eludir el debate o esfumar las presiones, sino que se ha convertido en una declaración que esconde un significado mucho más profundo.

Es que la Contraloría, entendida como la entidad encargada de vigilar la legalidad de los actos administrativos y que resguarda el correcto uso de los fondos públicos, es una institución que interesa tanto a oficialismo como a oposición y, por lo mismo, el nombramiento de su principal autoridad no es tomado a la ligera. Ninguna de las partes está dispuesta a ceder más de la cuenta.

Por lo mismo, el sucesor de Jorge Bermúdez se busca con pinzas. Lo principal, reconocen los diferentes sectores, es que sea un nombre de consenso, aunque encontrarlo tarde más de lo que algunos quisieran.

Lo cierto es que hoy no hay un candidato que tenga todos los apoyos necesarios para que el Presidente Gabriel Boric lo proponga al Senado, lo que ha traído aparejada una revaloración de las aptitudes que tiene para el cargo la subrogante en el puesto: Dorothy Aurora Pérez Gutiérrez.

Esto, porque la profesional, desde el 18 de diciembre a la fecha, pasó de tener apoyos más bien tímidos a posicionarse como una carta con un perfil más que elegible.

Dorothy Pérez, la candidata impensada a liderar la Contraloría. Foto: Mario Téllez / La Tercera

Si bien su nombre no ha sido formalmente puesto sobre la mesa de negociaciones que llevan los ministros de la Segpres y de Justicia, Álvaro Elizalde y Luis Cordero, respectivamente, fuentes conocedoras de las tratativas reconocen a La Tercera que Pérez, por medio de las labores desarrolladas, ha ido despejando las dudas que había sobre ella, sobre todo tras la pública pugna que tuvo con Bermúdez.

Aludiendo pérdida de confianza, el otrora contralor le pidió el cargo a la entonces subcontralora en agosto del 2018. Esto, ya que había sido citada en el marco de la investigación por el fraude en Carabineros. Por esa época se cuestionaba el control que el organismo había tenido respecto de la fiscalización de las arcas policiales y porque la abogada estaba casada con un oficial. Sin embargo, Pérez apeló a la decisión y, finalmente, logró ganar este “gallito” en la Corte Suprema, que declaró “la arbitrariedad” de la actuación y confirmó que Dorothy Pérez era inamovible.

Dado lo anterior, personeros que son parte del debate aseguran que se creía que la abogada llegaría con “ánimo de revancha”, sensación que se vio fortalecida con las determinaciones que tomó en su primer día como subrogante. En menos de 24 horas dictó dos resoluciones con las que reestructuró por completo el funcionamiento del organismo.

Con la primera, cuestionó la gran cantidad de funcionarios que existían desde la “era Bermúdez” en la jefatura de gabinete, por lo que decidió pasar de nueve unidades a solo tres, y para ello argumentó el buen control de los recursos públicos. Y con la segunda, volvió a crear la división de Gobiernos Regionales y Municipalidades.

En razón de ello es que se avizoraba que con el correr de los días iría sumando más y más modificaciones. Sin embargo, eso no ocurrió y dio garantías, a juicio de quienes han estado evaluando su trabajo, de que mantendría la estabilidad y tradición de Contraloría.

En el mes y medio que lleva en el cargo, además, le ha tocado pronunciarse sobre distintas temáticas, como lo referente a los gastos en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023 y las reuniones que sostuvieron ministros del gabinete del Presidente en la casa del exalcalde y lobbista Pablo Zalaquett. Con eso, aseguran las mismas fuentes, dio pruebas de que su nombre puede ser visto con simpatía por la derecha y el oficialismo.

Dorothy Pérez, la candidata impensada a liderar la Contraloría. FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Una carrera abierta

Con el cierre del periodo legislativo se pausaron las tratativas del gobierno con los senadores para resolver quién será el candidato formal a la Contraloría.

Hace dos semanas, el tema fue abordado por el ministro Cordero y los senadores Rodrigo Galilea (RN) y Luz Ebensperger (UDI). Conocedores del proceso señalan que la primera aproximación del Ejecutivo será con la oposición, que busca un paquete de acuerdos amplios para varios cargos vacantes.

Quienes supieron de la conversación del ministro con los parlamentarios de Chile Vamos señalan que si bien el escenario está abierto, Pérez pasó a ser una carta. “Hasta hace poco no lo era. Ha ido despertando entusiasmo”, dice un senador de oposición.

En el Socialismo Democrático comparten esa visión. “Evidentemente está desplegada para mostrar lo que hace, tiene sentido político y está sumando simpatías en los dos sectores”, añade un senador de esa tendencia.

Desde el gobierno, el ministro Cordero ha dicho que al Ejecutivo le gustaría que el próximo contralor sea una mujer, pero también ha transmitido que se la jugará por la carta que genere menos roces de cara a las negociaciones que vienen durante el año.

Y si bien algunos senadores son de la idea de llegar a un acuerdo antes de que cambie la integración de las comisiones, eso, a estas alturas del debate, se ve más bien lejano.

Con todo, este lunes podría ser una jornada importante para Dorothy Pérez, dado que, producto de la reunión del Cosena, estará junto al Presidente Gabriel Boric, quien es finalmente quien decide por quién se la jugará el gobierno. Según fuentes consultadas por este medio, podría ser momento para dejar en evidencia las características que tiene para convertirse formalmente en la primera jefa de la Contraloría.

Dorothy Pérez, la candidata impensada a liderar la Contraloría. FOTO.JAVIER SALVO/AGENCIAUNO