“Mire, Jan, si la jefa le escribe en monosílabos, usted también intente responder de la forma más escueta posible. No escriba cosas, por ejemplo, ‘hablar de déficit o hablar de ilegal’, hay que cambiar ese concepto a ‘hay una reducción de ingreso’, pero no hablamos con (la palabra) déficit, porque la gente lo empieza a escuchar y hablar (...), entonces si la jefa le responde de manera más corta, usted también, porque eso quiere decir que es mejor hablarlo en persona, ¿ya?”.
Este es parte de un audio extraído desde el teléfono del exadministrador municipal de Maipú Bastián Báez. El receptor del mensaje era el entonces jefe jurídico, el abogado Jan Aeschlimann. En tanto, “la jefa” que menciona era la entonces alcaldesa de Maipú Cathy Barriga (IND-UDI), quien esta semana quedó bajo arresto domiciliario luego de que la Fiscalía no convenciera a la Corte de Santiago de dejarla en prisión preventiva en una cárcel.
En el marco del expediente de más de mil fojas que se tramita en contra de la otrora autoridad, existen una serie de testimonios que dan cuenta del déficit de $ 31 mil millones que hubo en la comuna tras su gestión, hechos por los cuales está formalizada por delitos reiterados de fraude al Fisco.
Además, quienes han declarado ante la fiscal de Alta Complejidad Constanza Encina describen también el “estilo” que adoptó mientras administró Maipú. Llantos, gritos, bofetadas, peleas, amedrentamientos y hasta humillaciones son los calificativos que dan ahora quienes estuvieron en su círculo más cercano, que hoy está roto.
En busca de un príncipe
El mismo Jan Aeschlimann contó a Fiscalía cuando sufrió maltrato laboral, WhatsApps que le recordaban que su trabajo era 24/7 y que no podía tener días libres. También detalló cuando tuvo que pasearse por las calles de Maipú disfrazado de príncipe.
“En el mes de agosto del año 2020, en una actividad del niño que era una caravana donde se repartían juguetes en un grupo de WhatsApp, ella indica que como no había dinero para contratar corpóreos, dio la idea que de forma voluntaria nos disfrazáramos para participar de esta caravana del Día del Niño. No se entendió como algo voluntario, sino que, al contrario. Nos pusimos de acuerdo con otros funcionarios para arrendar disfraces y yo me arrendé un disfraz de Superman”, declaró.
Sin embargo, justo antes de empezar la actividad, Aeschlimann dice que Barriga lo llamó y le preguntó de qué estaba disfrazado. Y cuando supo que era de superhéroe le ordenó cambiar la tenida. “Me dijo que ella estaba disfrazada de princesa Frozen y que necesitaba de un príncipe que le hiciera compañía. Le dije que no tenía un disfraz de príncipe, y me indicó que fuera al Teatro Municipal de Maipú. Tuve que ir a disfrazarme, y luego volví y me vi obligado a subirme al carro para recorrer Maipú junto a ella. No me sentí cómodo con la situación”, sostuvo.
Su salida se dio el 19 de octubre de 2020. En ese sentido, dijo, ya lo veía venir, pues Barriga le había quitado el saludo. “Se sabía que cuando la alcaldesa dejaba de responder, significaba que era muy probable que te desvincularía”, expresó.
Jugando al quemadito
Uno de los testimonios clave que también describe el ambiente laboral en la era de Cathy Barriga es el de la secretaria de planificaciones María Grevert. Agregó que cuando la alcaldesa solicitaba dinero para proyectos que no estaban en carpeta, ellos emitían las alertas al administrador de turno, pero que nunca tuvieron alguna reacción de la jefa comunal.
“Los proyectos impulsados por la exalcaldesa no contemplados en el presupuesto se financiaban con los ajustes presupuestarios, lo que llevaba a entrar en mora con los proveedores comprometidos, donde estos nos demandaban y nos cobraban intereses” dijo.
Sobre la existencia de registros de estas salidas de dinero del municipio, explicó Grevert, cree que puede haber, aunque “todo se hacía de forma verbal, a fin de que no quedaran en evidencia las instrucciones de bicicleteo”. Junto con esto apuntó a que “en ocasiones la administradora municipal realizaba amenazas indirectas respecto a que si no se cumplía con lo instruido de realizar las rebajas presupuestarias estaba en juego su trabajo, manifestando de forma peyorativa que estaban en el juego del quemadito”.
Esto último lo entendieron más adelante. En una ocasión le dijeron a uno de los funcionarios de Secpla que él estaba jugando al “horcado” o al “quemadito”, ya que tenía una “patita quemada”, porque ya le había dicho que no en algo a la alcaldesa y que “a la alcaldesa no se le podía decir que no, y que buscara presupuesto como fuera”.
Sólo la vieron por la TV
Grevert agregó que “nunca nos sentimos con el derecho de decirle a la administradora que necesitábamos reuniones con la alcaldesa. Un día le pregunté a Lucía si la alcaldesa estaba al tanto del déficit y de que hay cuentas sin pagar, y ella me contestó: ‘A la alcaldesa no se le podían dar problemas’”.
Una de las cosas que más llamaron la atención a los investigadores es que Barriga no tuvo reuniones con quienes manejaban el presupuesto en sus cuatro años al mando de Maipú. Bajaba las órdenes a través de subalternos y, según el propio relato a Fiscalía de la jefa Secpla, “nosotros a esta alcaldesa nunca la conocimos, sólo por redes sociales y la televisión”.
Investigaciones en RR.SS.
En la administración Barriga, dicen conocedores de los tratos, si la alcaldesa te estimaba podía ser una muy buena estadía. Si por el contrario, algún acto le generaba desconfianza, se ingresaba en una “lista negra”.
Una testigo sostuvo al respecto que “sabíamos que investigaban a la gente en redes sociales, etc. A los mismos funcionarios. De hecho, a un chico que conocemos que trabajaba en presupuesto de la Dirección de Salud lo vieron en sus redes que él había hablado mal de la alcaldesa, no con insultos, pero que algo no le parecía, y lo despidieron. Supo porque llamaron a su jefe que era el de presupuesto de la Dirección de Salud, y le dijeron que la razón para despedirlo era eso. Él era un funcionario más nomás, y le hicieron esto”.
Para esta dependiente del municipio, las actitudes de Barriga generaban una serie de licencias médicas y un “ambiente tenso”.
“Bendita pandemia”
Ya por el 2020, el personal de Finanzas comenzó a pedir respaldos, es decir, correos con las instrucciones. “Ya estábamos en un punto en que esto lo comentábamos, es decir, que teníamos que empezar a respaldarnos, que nos daba miedo. Esto fue como el último año, en que ya estábamos preocupados porque se veía el déficit que había, y decíamos “si esta señora sigue vamos a tener que pararnos y poner un candado afuera, porque si esto fuera una empresa privada ya estaríamos quebrados””, explicó una testigo.
En esa misma línea aseguró que siempre se pedían recursos para cosas que el departamento de planificación consideraba innecesarias. “A ella se le ocurrían proyectos completos que no estaban financiados, por ejemplo, el primer año “casa fuerza de mujer”, no era un proyecto que estuviera financiado. A esto me refiero a que, para poder hacer un proyecto propio, cada administración debe generar los ingresos y la forma de financiarlo, no es llegar y gastar. Uno tiene que disponer del presupuesto que va a estar aprobado por un decreto a fin de año para poder hacerlo”, detalló.
El primer año, explicó, gastaron más de mil millones para Fiestas Patrias, cuando en años anteriores el presupuesto era de 250 millones. “Cuando vino la pandemia, en algún minuto pensamos “bendita pandemia”, porque si hubiese sido un año normal hubiese sido peor, ya que tuvieron que detener las actividades”, sostuvo.
El nuevo jefe comunal
En el expediente está también la declaración de quien sucedió a Barriga, el actual alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic.
El 24 de noviembre declaró ante Encina sobre el municipio que recibió.
“Así fue que en el momento en que fui electo, sabíamos, ya que era un secreto a voces, el mal estado en el que se encontraba financieramente, administrativamente, humanamente (muchas denuncias de maltrato), la situación era muy crítica. El día en que Cathy Barriga se va hubo incluso bocinazos en la calle de la gente que estaba celebrando que se iba. La percepción final y desorden de los procesos administrativos era muy brutal”, sentenció.