Eran las 11:52 del martes tres de marzo de 2020 y desde La Moneda el expresidente Sebastián Piñera presentaba el ‘Plan de Acción’ que el gobierno estaba implementando para prevenir la propagación del Covid-19, un virus que ya atemorizaba al mundo. En ese punto de prensa, el Mandatario tranquilizaba a la población: “Hasta ahora Chile no tiene ningún caso comprobado de coronavirus”.
Pero menos de 25 minutos después la situación cambió diametralmente. “Habíamos terminado el punto de prensa y yo seguía en La Moneda cuando me llamaron del Instituto de Salud Pública (ISP)”, detalla el exministro de Salud Jaime Mañalich. Del otro lado del teléfono estaba Judith Mora, por ese entonces encargada de los testeos que llevaba el Instituto de Salud Pública (ISP). Entre los exámenes que se habían realizado, que eran aproximadamente 80, había uno claramente positivo.
-Presidente, ya hay primer caso.
Esas son las palabras que Mañalich dice recordar que le dijo al exmandatario cuando subió a su despacho, donde en ese momento se encontraba Raúl Figueroa, recientemente asumido ministro de Educación.
-Bien pues, hay que pasar a la etapa dos -dijo Piñera.
Así fue que Chile avanzó a la fase que solo minutos antes habían explicado a la ciudadanía y que consistía en identificar a las personas que podrían traer la enfermedad al país, y tratarlas con aislamiento y control para que no contagiaran a otros. Eran cerca de las 12:15 horas, pero la población general no se enteraría sino hasta las 16:30 de la llegada del Covid al país, poco más de cuatro horas después. ¿La razón? Por un lado, las autoridades decidieron que era necesario visitar al paciente. Y por otro, un tema comunicacional: determinaron que era mejor dar la noticia desde el Hospital de Talca, donde habían ingresado al contagiado.
Pero el inicio de la pandemia en Chile se había empezado a gestar 24 horas antes, cuando un médico de 33 años que recién regresaba de su luna de miel -había recorrido España y el Sudeste Asiático- consultaba por un resfriado en un recinto privado del Maule. Y aunque los países en los que había estado no pertenecían a los destinos de riesgo que implicaban un PCR obligatorio, la autoridad sanitaria local decidió realizarlo de todas formas pues la médica que lo examinó afirmaba que la sintomatología era muy parecida a la que se decía daba el Covid-19.
En ese momento los laboratorios que analizaban muestras eran pocos. Su examen, de hecho, tuvo que ser enviado al Hospital Guillermo Grant Benavente, de Concepción. Las sospechas en torno a ese PCR fueron evidentes, según recuerdan involucrados de la época, pues el resultado tardó más que las 12 horas habituales y tuvo que ser repetido: había que estar seguros de lo que se estaba a punto de comunicar. La pandemia cruzaba definitivamente las fronteras chilenas.
Cuatro años después, y según la última actualización del Minsal, se han pesquisado 5.726.414 contagios y han fallecido 62.578 personas, ya sea confirmadas o sospechosas de Covid.
Las horas posteriores
Con la etapa 2 ya activada, Mañalich y el exsubsecretario de Redes asistenciales Arturo Zúñiga viajaron con lo puesto a Talca.
“Llegamos cerca de las tres de la tarde e inmediatamente nos reunimos con las autoridades del establecimiento y los profesionales que trataban al paciente. Había mucha curiosidad, porque el resto del personal no sabía qué estaba pasando y tampoco sabían por qué habíamos viajado sin aviso”, relata Zúñiga.
Una hora y media después -16:30 horas-, junto al exsubsecretario Zúñiga, la seremi de la Región del Maule y el director del hospital, un Mañalich rodeado de micrófonos dio la noticia: “Tenemos que confirmar que en este recinto está hospitalizado el primer caso positivo de coronavirus en el país”.
Apenas minutos después las redes sociales se desbordaban de comentarios y el miedo frente a esta nueva y desconocida patología se desató. “Ese día se agotaron las mascarillas y el alcohol gel, porque la gente de verdad estaba muy asustada”, relata la entonces seremi Marlenne Durán. En efecto:a las seis de la tarde los medios de comunicación ya alertaban que en las farmacias de Talca no quedaban de esos insumos.
Y quizás intuyendo algo de esta histeria, el paciente en lo que más insistió fue en resguardar su privacidad, una petición difícil de cumplir. “Al ser médico él no temía tanto por su salud, sino por su familia, porque pensaba que podían ser discriminados. Y así fue: fotografiaron su casa y hasta revelaron información personal”, dice la seremi.
Cuatro años después, esa caracterización como ‘caso cero’ y el consiguiente escrutinio público pudieron haber sido en vano. Y es que con el correr de los días las autoridades modificaron la fecha de diagnóstico a cuando se iniciaban los síntomas y hubo otra persona con PCR positivo que empezó a sentirse mal antes que el médico de Talca. “Era del Biobío”, reseña Mañalich. Lo único seguro es que en Talca fue el primer caso documentado.
Como sea, a 250 kilómetros, en las oficinas del Minsal, la exsubsecretaria de Salud Pública Paula Daza ese 3 de marzo se reunía con sus equipos y repasaba los protocolos que se habían trabajado desde enero, uno de las cuales apuntaba a extremar cuidados cuando ella compartiera con Mañalich y Zúñiga, porque no podían contagiarse los tres. “Si me ven poco ahora, los próximos meses me verán mucho menos”, le dijo Daza a su familia. Y añade:”Ahí no pensábamos que iba a ser una pandemia tan larga”.
Pero sí, fue así. Las escuelas estuvieron cerradas por 259 días y el estado de excepción duró 560. Además, la alerta sanitaria termió recién el 1 de septiembre de 2023, es decir, 1.304 días después de haberse decretado en febrero de 2020, apenas unos días antes de que el Covid cambiara la ruta de Chile y el mundo.