“¿Juráis o prometéis desempeñar fielmente el cargo de alcaldesa de Santiago?”. “Sí, prometo. En el nombre del pueblo”. El puño izquierdo de Irací se alzó, con una pañoleta verde atada en la muñeca, en el Salón de Honor de la Municipalidad de Santiago. Era el 28 de junio de 2021, y así se dio inicio a la era de la alcaldesa Hassler (PC); la era post Felipe Alessandri (RN).

Sin cambios sustanciales en su oficina, más allá de algunas plantas que le han regalado, la exconcejala cumple 68 días como alcaldesa. Con 30 años, es la segunda mujer electa democráticamente en el cargo donde ha buscado instalar su estilo, frontal, feminista y con enfoque de género, en jornadas maratónicas, cruzadas también por los enfrentamientos con su antecesor. Lo mismo en el concejo que lidera, donde la contraparte ya se ha hecho oír. “El haber sido concejala durante cuatro años me ayudó mucho a dimensionar el desafío que implica dirigir este municipio”, cuenta Hassler.

Quienes conocen a la militante del PC destacan su templanza, algo que, aseguran, ha cultivado con los años. Dicen que cuesta sacarla de sus casillas, aunque no permite que la pasen a llevar. “Si debe disparar, lo hace”, cuentan testigos de los concejos municipales a los que llega con su mochila de Frida Kahlo -se la hizo una artesana local- y que dirige acompañada de un café cargado.

Así se vio en el concejo del 21 de julio, cuando fue interpelada por el concejal Juan Mena, independiente por RN, quien reclamó por las declaraciones que Hassler había emitido sobre la situación financiera del municipio.

Miente, miente, que algo queda”, llegó a decir Mena, quien, entre otras cosas, también fustigó las críticas contra la jefa de Educación de Alessandri. “Hablan tanto de lo feminista y están llegando puros hombres a la DEM (…) Se trata de displicente a Bárbara Soto y yo la recuerdo a usted felicitando, saludando y teniendo buenas palabras hacia quien en ese momento dirigía la educación de la comuna, y otros logros que obtuvo ella como mujer. Tanto decimos del feminismo y hoy día se habla muy mal de ella”.

La respuesta de la ingeniera comercial fue tajante: “No vamos a hablar de la mala utilización del feminismo, concejal. Creo que tiene mucho que seguir aprendiendo”. Y aunque Mena intentó seguir el round, Hassler le indicó que su tiempo de uso normativo había acabado.

En estos dos meses ella ha trabajado en muy mala lid. Ha cuestionado cosas que no tienen ningún sentido”, señala el concejal, quien, asegura, ha visto un trance de Hassler de concejala a alcaldesa. “La he visto muy distinta. Ella predicó una alcaldía a puertas abiertas y hoy día tiene una concejalía a puertas cerradas”.

Rosario Carvajal (PI) lo retruca. “Los cambios se han notado en el trato”. Y agrega: “Hoy podemos tener diferencias, pero existe un trato de respeto y podemos debatir”.

Pero el ambiente en los pasillos de distintas direcciones de la alcaldía también es tirante a ratos, según algunos trabajadores. “Se nota la tensión, hay bandos, enemigos y aliados, por así decirlo, y eso todos lo saben”, señala uno de ellos. La concejala Carvajal lo refrenda así: “Ha sido una instalación complicada, porque el exalcalde perdió unas elecciones, pero no necesariamente se va de la municipalidad. Siguen operando grupos y funcionarios que eran de su confianza”.

Alto y claro también ha hablado Irací sobre su antecesor, con quien se ha enfrascado en varias ocasiones. Solicitado por una valoración sobre su sucesora y las interpelaciones que ha recibido, Alessandri es escueto: “No me corresponde opinar. Le deseo, como lo dije al entregarle el mando de Santiago, el mayor de los éxitos en su gestión”. En el pasado, eso sí, señaló que las críticas que lo apuntalaban le provocaban tristeza. “Cuando se trata de enlodar a la persona, miente, miente, que algo queda”, expuso en julio.

La agenda de Hassler

Menos frontal y más cercana se ha mostrado Hassler, según sus interlocutores, en las reuniones que ha sostenido. Si es cerca, camina. Y hasta ahora, comunidades escolares, centros de alumnos, juntas de vecinos, unidades municipales, direcciones y distintos trabajadores engrosan la lista de personas o instituciones con las que se ha dado cita.

“Nos reunimos con la alcaldesa y el director de Educación (Rodrigo Roco). Hablamos varios temas, como hacer del Inba un liceo poligenérico”, cuenta Ignacio Duarte, presidente del Centro de Alumnos. Esa cita se dio en el Palacio Consistorial y los encuentros posteriormente siguieron con Roco. “Hubo un cambio totalmente, hemos podido lograr instancias de mucho más diálogo, de más entendimiento que con Alessandri”, añade.

Y así como ellos, las reuniones de Hassler y su jefe educativo se han suscitado con las comunidades escolares de los 44 establecimientos de la comuna. “Hay diferencias positivas, tienen ambos harta disposición al diálogo, sin duda”, expone Esteban Rodríguez, vicepresidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional (IN).

Y aunque tuvieron una nueva reunión con Roco, el dirigente estudiantil supone que “porque tienen que estar atendiendo constantemente a mucha gente, es complejo llegar a ellos”.

Carabineros, Policía de Investigaciones, Contraloría y fiscalía también han pasado por las oficinas municipales. La agenda de Irací también ha visto, entre otros, al ministro de Educación, el general de Carabineros Zona Oeste, el jefe de la Prefectura Metropolitana Centro Norte de la PDI, la prefecta de la Brigada de Investigación Criminal y al fiscal regional Centro Norte.

Además, ha comandado reuniones del directorio del Teatro Municipal y recibió a los diputados del distrito 10. Giorgio Jackson (RD), Tomás Fuentes (RN), Jorge Alessandri (UDI y hermano del exalcalde), Natalia Castillo (FA), Sebastián Torrealba (RN), Maya Fernández (PS), Gonzalo Winter (CS) y Luciano Cruz-Coke (Evópoli) atendieron la invitación. “Si bien tenemos visiones políticas distintas, buscamos un mismo objetivo”, dijo en esa oportunidad Torrealba, antes de agregar: “Si no trabajamos unidos (...) no vamos a encontrar objetivos comunes”.

La edil resume el largo listado de reuniones así: “Como principal logro mencionaría estar escuchando a la ciudadanía de manera real, no solo en el discurso”. En contraparte, cree que entre las principales dificultades podría contar “los desórdenes administrativos y déficits financieros” pesquisados y que algunas acciones, ante la urgencia de la pandemia, se pudieron haber adoptado con mayor celeridad: “Se encontraban frenadas simplemente por la falta de una firma”, sostiene.

El terreno

La candidatura que terminó con Hassler en el sillón municipal nació en los barrios de la comuna, misma donde reside en los alrededores de Lastarria y Bellas Artes (antes lo hizo en Yungay y Santa Isabel). De hecho, el programa fue denominado como Alcaldía Constituyente. “Estamos muy orgullosas y orgullosos de estar llevando nuestra propuesta de cogestión municipal a la realidad”, revela.

Tal razón es la que, según su entorno, la ha llevado a no descuidar los lugares donde surgió su carrera para quitarle la alcaldía a Alessandri, con tiempo para actividades serias y otras más lúdicas. Y así ocurrió, por ejemplo, a inicios de esta semana, cuando se viralizó un video de ella bailando zumba con la junta de vecinos Mireya Pinto. En contraparte, Mena, el concejal RN, asegura que hay “muchas” organizaciones vecinales “complicadas” con la idea de la alcaldesa de trabajar con mesas barriales. “La junta de vecinos se está sintiendo pasada a llevar”, asevera.

Francisco González, presidente de una de ellas, la N°2 Bellas Artes, y quien ya se ha dado cita con la alcaldesa, toma el guante: “Lo único que critico, y a diferencia del exalcalde, es que con él había diálogo más directo, contestaba el WhatsApp o el teléfono y acá no hay línea directa con ella, sí con sus asesores, pero con esto no quiero decir que no se logra nada”.

Al respecto, Hassler asegura que llegaron con la voluntad “de avanzar rápidamente en el programa, pero los tiempos administrativos, además del desorden de la última gestión, hacen que los cambios sean un poco más lentos de lo que deseamos”.

El dirigente comunal, en tanto, quien aplaude que con Irací la sensación de inseguridad en el barrio ha bajado, advierte que percibió que algunos dichos de la alcaldesa, apenas asumida, causaron preocupación en los vecinos. “Se entendió como que quería propiciar la venta ambulante y eso provocó muchos reproches”.

Los locatarios del barrio Lastarria y los fonderos también han sido parte de sus encuentros. “Se ha recibido a distintos sindicatos y es difícil creer cuando comentan que nunca habían podido entrar al municipio a presentar sus requerimientos”, asegura la concejala Yáñez. “Hablamos en el mismo idioma para suspender todo, priorizando la salud”, comenta un fondero que no quiere revelar su nombre.

En estos dos meses, Santiago se ha sumado a organizaciones como la Asociación Chilena de Farmacias Populares, pero también a fuerzas colectivas, como el día en que junto a otros 19 alcaldes, entre los que se cuentan Jorge Sharp (Valparaíso) y Tomás Vodanovic (Maipú), le exigieron al Minsal una mejor coordinación en el proceso de vacunación.

Los desafíos

Cuarenta medidas. Ese es el compromiso de su alcaldía constituyente. Desde plebiscitos y consultas vinculantes a la promoción del oficio artesanal. Recuperar las áreas verdes, poner fin a la política de Aula Segura y promover la educación municipal no sexista, entre otras.

En privado y en público Hassler ha enfatizado que le gustaría mejorar la comunicación entre las direcciones. Además, mejorar y sobre todo actualizar las ordenanzas municipales. Pero hay más desafíos, como avanzar en apertura de liceos, combatir la delincuencia y regular el comercio ambulante.

¿Su sello para esto? “El diálogo”, asegura la alcaldesa, quien suma los desafíos autoimpuestos de construir un buen vivir en la comuna, con una ciudad “más amigable, más cercana, con mejor calidad de vida para todas y todos”.

“Santiago tiene una diversidad que es nuestra mayor riqueza. La administración anterior quiso invisibilizarla o reprimirla. Nuestra intención es que esa pluralidad de voces y miradas puedan expresarse y convivir, más aún en este momento constituyente histórico, donde la gente quiere participar e incidir”, cierra Hassler.