La mañana del viernes 15 de septiembre el comandante en jefe, Ricardo Martínez, y el ministro de Defensa, Baldo Prokurica, tenían que afinar más de un asunto. Quedaban cuatro días para la Parada Militar y junto con conversar algunos temas protocolares había un punto fundamental en tabla: la reciente citación a declarar de dos generales activos que había cursado la ministra en visita Romy Rutherford, quien investiga el denominado caso fraude en el Ejército.

Lo que preocupaba no era el hecho mismo del interrogatorio -es algo procesal y no implica necesariamente la culpabilidad de quien es citado-, sino que el sistema antiguo de justicia, y como ha pasado otras veces, la jueza tenía la facultad de dejar a los generales en prisión. Habían sido requeridos el jefe de la División Educación, Hugo Lo Presti, y el jefe de Personal, el general Guillermo Paiva.

Ambos altos oficiales son investigados por el presunto delito de fraude al Fisco, el que se habría cometido en el ya conocido cuaderno judicial “empresas de turismo”, una de las 45 aristas que lleva Rutherford en la causa. Esta es especialmente delicada para el mundo militar, reconocen, dado que el sistema de devolución de dinero por pasajes y fletes habría involucrado a gran parte de los funcionarios del Ejército y otras ramas de las Fuerzas Armadas (FF.AA.).

De los dos nombres, el que más preocupaba era Paiva, dado que hace un tiempo era uno de los posibles escogidos para integrar la quina que el general Martínez tiene que proponer al gobierno para la elección de su sucesor.

La selección para la quina es algo que ya ronda en el Ejército. Si bien nada es oficial aún, al interior del Ministerio de Defensa y la entidad castrense se manejan algunos nombres para integrar la lista de candidatos, desde donde saldrá el comandante en jefe número 61 de la institución.

Todo se oficializará entre la segunda y tercera semana de noviembre, dado que es ahí cuando Martínez liderará la junta de generales, donde se propondrá al gobierno quiénes deberían pasar a retiro, ascender e integrar la mencionada quina.

El general Ricardo Martínez junto a la ex Presidenta Michelle Bachelet quien no nombró en noviembre de 2017.

Una de las interrogantes que había al interior del Ejército era si el Presidente Sebastián Piñera designaría al nuevo comandante en jefe o, como gesto, dejaría eso en manos del próximo gobierno que asume en marzo. En La Moneda despejan esa duda y explican que replicarán lo que hizo la expresidenta Michelle Bachelet, quien nombró a Martínez tres meses antes de dejar su segundo mandato, en marzo de 2018.

Los favoritos

De los 10 generales de división que integran el Alto Mando del Ejército, cinco serán parte de la quina. Al consultar distintas fuentes del mundo castrense y Defensa, el panorama se reduce al ya mencionado Guillermo Paiva; Javier Iturriaga, actual jefe del Estado Mayor Conjunto (Emco) y recordado por su rol tras el estallido social como jefe de la Defensa Nacional de la Región Metropolitana; Osvaldo Vallejos, comandante de Educación y Doctrina, y Cristóbal de la Cerda, jefe de la Guarnición y de Industria Militar e Ingeniería.

El quinto nombre, en tanto, podría salir entre cuatro generales, aunque advierten que este grupo no cuenta con los años suficientes de experiencia para asumir, eventualmente, la máxima autoridad de la institución. El cupo saldría de los generales Rodrigo Ventura, Carlos Castillo, Rodrigo Pino y Claudio Weber.

Quienes han recorrido el Edificio Bicentenario del Ejército -enclave de la comandancia en jefe- circunscriben la sucesión en tres candidatos que son quienes contarían con mayores posibilidades: Iturriaga, Vallejos y De la Cerda.

El general Javier Iturriaga.

El general Iturriaga es, probablemente, el más conocido por la opinión pública. Como jefe de la Defensa Nacional en la RM, cargo que ocupó por nueve días, luego de las protestas del 18 de octubre de 2019, protagonizó una de las escenas más recordadas de esa época. Consultado por las palabras del Presidente Piñera, quien había dicho horas antes que “estamos en guerra contra un enemigo poderoso”, el uniformado se limitó a contestar: “Yo soy un hombre feliz, la verdad es que no estoy en guerra con nadie”.

Hay quienes piensan al interior de las FF.AA. que esto podría jugarle en contra a Iturriaga, dado que, para algunos, “contradijo” al Presidente de la República. Sin embargo, otras fuentes consultadas le bajan el perfil a lo que califican “una controversia artificial” y añaden que el alto oficial al ser nombrado Emco pasó a ocupar un cargo clave de confianza para el actual gobierno.

A Iturriaga se le ve cercano al ministro Prokurica, está en prácticamente todas las reuniones estratégicas y fue designado para posesionar al Ejército en La Araucanía. En febrero de este año, agregan, fue quien viajó junto a los jefes policiales para acordar un trabajo en conjunto con Carabineros y la PDI en la zona.

Vallejos, en tanto, acumula credenciales internas como el encargado de trabajar en las mallas curriculares de la institución, siendo fundamental en el proceso formativo de los oficiales. Además, agregan, tiene una buena relación con el general Martínez, quien tendría una alta valoración de su persona, pues en diciembre de 2020 lo ascendió al escalafón de generales de división.

El otro nombre que corre con fuerza -y que “pelea” con Iturriaga el favoritismo en La Moneda- es el general De la Cerda. Encargado de la Guarnición de la Región Metropolitana, ha estado en la primera línea del trabajo de los militares en el estado de excepción decretado a propósito de la pandemia del Covid-19.

Además, ha liderado el mando de distribución de los funcionarios durante las últimas elecciones de los constituyentes y las primarias presidenciales. También, advierten los consultados, fue quien pidió el permiso oficial al Jefe de Estado para dar inicio a la más reciente Parada Militar la mañana del 19 de septiembre en la elipse del Parque O’Higgins.

La ministra Romy Rutherford.

Pero los generales favoritos, dicen al interior de la institución, podrían ser afectados por la situación coyuntural de la investigación del fraude en el Ejército. En el caso del general Vallejos, esta semana fue citado a declarar en calidad de inculpado por la ministra Rutherford. La semana pasada le tocó a Paiva, y durante los próximos días podría haber más diligencias en las que podría ser llamado a testificar el general Iturriaga, también en la arista “empresas de turismo”.

Entre quienes conocen el proceso de selección del nuevo alto mando miran con preocupación las citaciones de Rutherford. Esto, luego de que la Corte Marcial acogiera el sobreseimiento del general Pablo Onetto, luego de estimar que el delito que se le imputaba había prescrito.

Ahí, una de las aprensiones en cercanos a Defensa y las FF.AA. es que no sean las pesquisas de la ministra las que terminen por “quemar” ante la opinión pública a alguno de los aspirantes a suceder al general Martínez, dado que, consideran, sería una diligencia más dentro de una investigación, lejos aún de zanjar una condena definitiva.

Otros intervinientes en la causa agregan que las citaciones responderían a la posibilidad de interrumpir el periodo de prescripción de los casos investigados, tomando en consideración el fallo de la Corte Marcial en favor de Onetto, el que podría marcar el camino a seguir por varios oficiales investigados.