La jornada del miércoles 20 de marzo, Eduardo Cerna recibió un llamado que rompió su rutina. Tras convulsionados cinco días, marcados por la formalización del director de la PDI, Sergio Muñoz, el entonces prefecto general fue oficializado como el nuevo jefe institucional.
Cerna había sido seleccionado por el Presidente Gabriel Boric y la ministra del Interior, Carolina Tohá, donde se le transmitió lo necesario de encabezar una policía que se vio fuertemente dañada por la conducta de su antecesor. La necesidad de sostener la institución en medio de esta crisis es algo que Cerna tiene claro.
Para nadie en la PDI es un secreto que el caso que involucra a Muñoz, y antes a Héctor Espinosa -exdirector acusado de malversación y lavado de activos- causó estragos en la imagen del organismo. De hecho, como reflejó la última encuesta Cadem de marzo, la aprobación ciudadana respecto de la PDI cayó 26 puntos en un mes, pasando de un 86% a un 60% de valoración.
Por lo mismo, Cerna activó un plan para manejar una crisis que está en pleno desarrollo.
Disculpas y lineamientos
Tras sostener un primer encuentro con la ministra Tohá y el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, el recién nombrado director abordó el tema. “Aprovecho la ocasión de pedir disculpas a los y las ciudadanos, a los y las detectives, a las autoridades que me acompañan, por la situación que hemos estado viviendo. Son conductas individuales, pero que no tienen cabida en la institución. No las hemos aceptado y no las aceptaremos”, dijo desde La Moneda, el jueves 21 de marzo.
Al día siguiente, además, desde la PDI confirmaron que la casa de propiedad de la Fuerza Aérea que era arrendada por la institución para el uso del director general dejará de ser utilizada por expresa instrucción del nuevo jefe policial.
Durante la ceremonia en que tomó posesión formal del cargo, asimismo, enfatizó en que no temerá “tomar decisiones, aunque algunos las consideren injustas. Sin embargo, temeré querer ser injusto o dejarme llevar por los sentimientos más allá de la justa objetividad. Mis acciones deben y serán una clara manifestación de lealtad a la misión, de actuar con rectitud y de un liderazgo ético, y así poder exigir el mismo nivel de compromiso, por cuanto la coherencia entre el discurso y la acción es una obligación moral para mirar de frente a todas y todos los integrantes de la PDI y a cada habitante de nuestro amado Chile”.
De igual forma, este miércoles 27 confirmó la apertura de un sumario por la supuesta pérdida de la hoja de vida de Héctor Espinosa durante la investigación que lleva la Fiscalía en su contra.
Pero eso no es todo, pues como mencionaron fuentes de gobierno, en las próximas semanas Cerna concretará una serie de medidas en pos de la transparencia y probidad.
Entre sus tareas, además, está la definición del nuevo alto mando, puesto que su designación obliga la salida de los tres prefectos generales que lo antecedían en la línea de mando: Claudio González, Lautaro Arias y César Cortés.
Pero como indican fuentes conocedoras de las evaluaciones que realiza, también podría ponderar ajustes en otras unidades. Por ejemplo, en las subdirecciones de Inteligencia, Crimen Organizado y Seguridad Migratoria, en la jefatura nacional Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado y, entre otras, en la dirección de la Escuela de Investigaciones Policiales.
Las razones de su elección
Para el Ejecutivo no fue fácil definir al sucesor de Sergio Muñoz. Y es que se debía realizar una “prueba de la blancura” que no resistiera errores.
Así, desde Palacio transmiten que Cerna se transformó en el elegido, porque no sólo tiene una hoja de vida “impecable”, sino también porque tiene un “prestigio transversal” al interior de la institución. Prueba de ello, dicen en el gobierno y la PDI, es el aplauso cerrado y contundente que recibió en su ceremonia de investidura.
Junto con ello, desde La Moneda comentan que un punto a su favor es que no “pertenece a ninguna de las camarillas”, es decir que no está por ningún bando.
De igual forma, relevaron que posee experiencia en distintas áreas, y que su perfil táctico operativo es el que requiere hoy la institución. Durante sus más de 35 años en la PDI se desempeñó, entre otras unidades, como jefe de la Brigada de Reacción Táctica Metropolitana, como subdirector de la Escuela de Investigaciones Policiales, como director del Centro de Capacitación Profesional, fue jefe de la Brigada de Investigación Criminal de Santiago, jefe de la Prefectura de Operaciones Especiales y jefe nacional de Logística y Grandes Compras.
Además, desde el Ejecutivo destacan que en algunas de las reparticiones donde se desempeñó como mandamás, instaba con ahínco a que sus subalternos pagaran las pensiones alimenticias que adeudaban.
Para los funcionarios policiales, Cerna reúne las características para que la institución pueda reposicionarse. Subrayan que es un profesional muy querido y que se le reconoce como un hombre recto.
Consultado al respecto, el exdirector general Marcos Vásquez, quien lideró la entidad policial entre 2009 y 2015, manifestó que el nuevo jefe de la PDI “es un oficial que ha pasado por todos los procesos institucionales, ha sido jefe de distintas unidades, lo que le permite tener un conocimiento cabal de cómo funciona el organismo. Eso, unido al apoyo de los funcionarios, de quienes estamos afuera, de la autoridad y de la gente, le permitirá hacer lo mejor y recuperar la confianza de la ciudadanía”.