Las luces rojas para Lula y Bolsonaro en la recta final de la campaña en Brasil

Brasil
Toallas con imágenes de Bolsonaro y Lula son comercializadas en Río de Janeiro, en julio pasado. Foto: AP

A una semana del balotaje, ambos candidatos se han acercado en las encuestas. Con un elevado nivel de rechazo, ahora se centran en los más de 32 millones de personas que no sufragaron en primera vuelta. El voto religioso y las fake news también preocupan a los comandos.


Después de estar cerca de ganar las elecciones presidenciales en la primera vuelta del 2 de octubre pasado, Luiz Inácio Lula da Silva, el candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), se mostró confiado en que su victoria era inevitable. Ese domingo por la noche, el expresidente brasileño dijo que el balotaje contra Jair Bolsonaro, el actual mandatario de Brasil y abanderado del Partido Liberal (PL), sería “solo una prórroga” y declaró: “Vamos a ganar”.

De cara a la segunda vuelta del próximo 30 de octubre, el optimismo que Lula derrochaba a comienzos de mes ha dado paso a la preocupación.

De partida, Bolsonaro ha acortado las distancias, acercándose peligrosamente al petista. La última encuesta de Datafolha da cuenta de ese escenario. Lula se mantiene al frente, con el 49% del total de votos, frente al 45% de Bolsonaro. Blancos y nulos suman un 4% y los indecisos un 1%. La semana pasada, el candidato del PT obtuvo el 49% del total de votos y el presidente el 44%. La diferencia entre ambos, por tanto, pasó de cinco a cuatro puntos porcentuales. Con el margen de error de dos puntos, Lula puede tener del 47% al 51%, y el presidente, del 43% al 47%, alcanzando por primera vez en esta disputa el límite máximo para un empate técnico.

Nara Dauri
Una mujer coloca un adhesivo de Bolsonaro en el automóvil de un simpatizante, frente a la sede de la campaña en Campo Grande, estado de Mato Grosso. Foto: AP

Tal escenario, sin embargo, es considerado estadísticamente improbable en este momento por Datafolha. Los ojos se vuelven entonces hacia el contingente de indecisos (unos 17 millones electores, según la revista Veja), que, además del abstencionismo, podrían definir el resultado.

Al respecto, CNN Brasil destaca que, en la recta final para la segunda vuelta, las campañas de Bolsonaro y Lula se centran en los 32,3 millones de personas que pudieron haber votado en la primera vuelta, pero no lo hicieron.

En las ciudades donde Bolsonaro ganó en primera vuelta, 16,4 millones de votantes no acudieron a las urnas. En las que venció Lula, en tanto, hubo 15,9 millones de abstenciones.

En teoría, reducir esa abstención convenciendo a estos votantes de acudir ahora a las urnas podría ayudar a Lula y Bolsonaro a conseguir los votos necesarios para ganar. Pero el problema es que sucede exactamente lo contrario. Históricamente, el número de electores que no votan aumenta en la segunda vuelta, señala BBC Brasil.

Partidarios de Lula asisten a su mitin de campaña junto a un muñeco gigante del candidato, en Río de Janeiro, el 20 de octubre de 2022. Foto: AP

Una mayor abstención puede favorecer a Bolsonaro, porque los estudios muestran que es mayor entre los votantes con menor educación e ingresos, que tienen más dificultades para ir a votar, y es entre esta parte de la población donde Lula obtiene los mayores niveles de apoyo, destaca el medio. Una encuesta de la consultora Quaest divulgada el 13 de octubre apuntaba en esa dirección al indicar que, entre los que no deberían votar, el 45% son electores de Lula y el 27% de Bolsonaro. “Un electorado más ideológico, como es el caso de los simpatizantes de Bolsonaro, tiende a asistir más”, dice Fernando Meireles, investigador del Centro de Análisis y Planificación (Cebrap).

Las encuestas también muestran otro fenómeno que inquieta a ambos candidatos: el alto nivel de rechazo. Una encuesta de Ibespe publicada el martes muestra que el rechazo a Lula se mantuvo en el 45% de los votantes que dicen que no votaría por el PT en absoluto. El actual presidente tuvo una caída de un punto en el rechazo, pasando del 49% al 48%.

Bolsonaro saluda durante una reunión con líderes políticos en Sao Paulo, el 20 de octubre de 2022. Foto: Reuters

Con estos datos de rechazo y probabilidad de voto, el responsable de la investigación, Antônio Lavareda, destaca la incertidumbre en torno al resultado de la elección. “La cercanía de los respectivos números de rechazo es el indicador que mejor señala la incertidumbre en este momento sobre el resultado del proceso electoral”, explica Lavareda.

Voto evangélico y fake news

Dentro de este cuadro de incertidumbre, la encuesta de Datafolha apunta a un movimiento favorable a Bolsonaro entre hombres, evangélicos, negros y en la región sureste de Brasil. Mientras tanto, Lula se ha acercado a su rival entre los blancos y ha mantenido su ventaja entre las mujeres y los más pobres.

Resaltando la importancia del voto evangélico, Lula lanzó el miércoles una carta a esta comunidad en la cual se posicionó contra el aborto y denunció el uso de la fe para fines políticos por parte de Bolsonaro, a quien acusó por la “ola de mentiras” en su contra, como que existe un peligro del cierre de iglesias y templos y la apertura de baños unisex en las escuelas primarias y jardines infantiles.

Lulasaluda a sus seguidores durante un mitin de campaña en São Gonçalo, estado de Río de Janeiro, el 20 de octubre de 2022. Foto: AP

En ese sentido, el Tribunal Superior Electoral (TSE) aprobó este jueves prohibir la publicidad electoral pagada en internet en el período que comienza 48 horas antes del día de la votación y termina 24 horas después de la segunda vuelta. La resolución también redujo un máximo de 2 horas el plazo para que las redes sociales eliminen las fake news tras sentencias judiciales. Este plazo será aún más corto, una hora, entre 48 horas antes de la votación y 3 días después de la elección.

Un informe de la ONG Global Witness alertó esta semana que, después de repetidas advertencias, YouTube y Facebook continúan aprobando la desinformación flagrante en sus plataformas antes de la tensa segunda vuelta presidencial brasileña.

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