Mikel López Iturriaga (Bilbao, 1967) es el rostro y cerebro de El Comidista, la sección especializada en gastronomía del diario El País, que ya con más de una década de historia se ha hecho un nombre y un buen número de seguidores no solamente en España, sino que también en Latinoamérica. Por lo mismo, no son pocos los periodistas gastronómicos, cocineros profesionales y amantes de la cocina en general que sueñan con poder explotar su fórmula. Es decir, tener un sitio especializado en gastronomía, pero habitar la web bajo el alero de un medio poderoso. En este caso, El País. De más está decir que hasta ahora nadie ha repetido este esquema, pero ¿cómo llegó López hasta acá?
“Yo había pasado primero por el diario El País y luego por un diario digital, pero escribiendo fundamente de música, que era lo que me interesaba por esos días”, explica López, y agrega que “en algún momento me quedé sin trabajo y como todos estábamos aún en el apogeo de las punto com se me ocurrió crear Ondakin, un blog de cocina al que le fue muy bien. Y así, tras varios años de trabajo, hubo gente en El País que se interesó por llevarme a hacer más o menos lo mismo, pero en un sitio que era parte al mismo tiempo de la web del diario”.
¿Por qué crees se interesaron en tu trabajo y no partieron en algo propio de ellos?
Eran los tiempos en que aún estaba el debate del papel y lo digital: los periódicos estaban buscando en la web cosas interesantes, gente que llevara un tiempo ya en el negocio. Creo que la idea era no partir absolutamente de cero y en ese sentido gente como yo era útil para estos fines.
Los inicios
Actualmente, en El Comidista es posible encontrar contenidos diversos, como recetas y columnas escritas en torno a la comida, además de videos con catas de productos de consumo masivo -como las cápsulas de café o las pizzas congeladas- junto a especialistas en nutrición y sommeliers. Incluso, por ahí se puede ver a López poniendo en aprietos a chefs y otros expertos haciéndolos catar a ciegas productos -algunas veces muy malos- que ellos no logran identificar. Pero, claro, las cosas no siempre fueron así.
Ondakin lo hacías solo y entiendo que El Comidista en sus inicios también fue una aventura en solitario.
Sí. Lo hacía todo yo, subiendo notas y recetas cada día. La verdad es que era muchísimo trabajo y había momentos en que pensaba que ya no tenía una idea más para seguir dándole contenido al sitio.
Pero la cosa ha cambiado y ahora El Comidista es un equipo.
Sí, claro. Te diría que los cinco primeros años seguí trabajando solo y luego ya pudimos asociarnos con una productora audiovisual y tener una red de colaboradores, con lo que hemos podido estrenar el formato de videos y, además, tener notas y recetas que no hago solamente yo.
En esta etapa te estrenaste como rostro del sitio, algo que no habías hecho nunca...
Y me costó mucho, porque en realidad yo soy una persona muy tímida, no soy alguien al que se le da natural esto de plantarse frente a la cámara. No soy un Karlos Arguiñano (un conocido cocinero vasco), que lo hace ver todo tan fácil, así que no me quedó otra que armar un personaje e ir tirando para adelante. Obviamente que cuando ahora me veo en lo que fueron los primeros videos me encuentro fatal, pero con el paso de los años he ido mejorando y te puedo decir que hasta me gusta hacer el tonto en cámara.
La clave del éxito
Habiendo tantos sitios de gastronomía en todo el mundo, ¿dónde crees está el éxito de El Comidista?
Me parece que la clave de todos estos años está en no haber hecho una web elitista ni solamente para entendidos. Es decir, siempre nos preocupamos de entregar información útil para el día a día de la gente en sus cocinas. Y por otro lado, creo que el humor es también fundamental. Siempre nos hemos reído de nosotros mismos, ya que creemos que el humor no está reñido con el rigor.
Hablando de rigor y más allá de las recetas que ustedes muestran, también se nota una gran preocupación por los ingredientes, los productos y la nutrición de la gente en los temas que ustedes tratan.
Sí, es que para nosotros es muy importante lo que come la gente e intentamos que tengan la mayor información posible a la hora de cocinar en casa, sabiendo lo que se ofrece en el mercado y lo que está bueno y lo que no.
España tiene una tradición e historia de buena cocina ¿Cómo sigue eso al día de hoy?
Honestamente, creo que en España se está comiendo mucho mejor fuera que dentro de casa.
¿Cómo es eso?
Que afortunadamente seguimos teniendo en las distintas ciudades una buena oferta de sitios en los que puedes comer bastante bien y todavía por relativamente poco dinero, siempre y cuando no caigas en las trampas para turistas, que las hay muchas y donde te cobran muy caro.
¿Y qué pasa en los hogares?
Cada vez se cocina menos, se le destina poco tiempo a preparar lo que comemos día a día y se cae entonces en el uso de productos congelados, ultraprocesados y llenos de azúcares que nos hacen mal. De alguna manera los españoles seguimos contando el cuento de la dieta mediterránea y hablamos mucho sobre esta, pero a la hora de estar en casa la cosa cambia y nos vamos por lo fácil, por la dieta más bien americana, de Estados Unidos, que es la que triunfa hoy en tantas partes.
Lamentablemente lo de cocinar poco en casa y echar mano a productos poco saludables es algo que se da en muchas partes, incluido Chile...
Sí, por eso es que en nuestra web nos preocupa tanto entregarle información de calidad a nuestros lectores en cuanto a nutrición y calidad de los ingredientes que están disponibles en el mercado. Hacemos muchos videos en que nos damos el trabajo de juntarnos con expertos para analizar etiquetas y probar diversos productos para mostrarle a la gente las alternativas existentes y lo que derechamente te puede hacer mal.
Nace una estrella
“Es un rockstar”, dice entre risas la escritora chilena Lola Larra (Claudia Larraguibel) acerca de Mikel López. Ambos son amigos desde que coincidieron trabajando en el diario El País en Madrid y por lo mismo es la razón por la cual López viene de tanto en tanto a Chile a visitarla. Más allá de las risas, lo cierto que El Comidista -sobre todo desde que tiene videos- ha transformado a Mikel en una pequeña celebridad que es reconocida en las calles y que también ha tenido sus coqueteos con programas de radio y televisión.
¿Pensaste alguna vez que te dedicarías a ser el rostro y cerebro de una web como El Comidista?
La verdad que no. Nunca tuve las cosas demasiado claras en mi vida. Yo partí estudiando filología hispánica en Bilbao y luego alguien me comentó sobre el master en periodismo de El País y me fui a Madrid, pero sin ninguna vocación de periodista Y, claro, me dediqué un tiempo a escribir sobre música, pero la verdad es que nunca pensé que iba acabar en lo que estoy ahora, y lo cierto es que estoy muy a gusto. Probablemente es el trabajo que hecho en la vida que me tiene más pleno y feliz, pero nunca lo imaginé.
Tampoco imaginaste que en un país lejano como Chile la gente te reconociera en la calle.
(Risas) Sí, la verdad que es bien increíble que haya gente acá que me reconozca y se me acerque a saludar y hacerse una foto conmigo. Aunque, por otro lado, nosotros miramos nuestras métricas y sabemos que nos lee gente no solo en España.
¿Es un contenido atractivo el gastronómico para los lectores?
Pero claro, todo el mundo prácticamente habla de comida y más o menos se interesa. Y por lo mismo, no es nada de extraño que notas de El Comidista suelan aparecer en los rankings de los más leídos de El País.
Entiendo que ya has visitado varias veces Chile, así que supongo que ya tienes tus favoritos a la hora de comer...
Claro que sí, me gustan muchas cosas que he podido conocer acá. Sus sándwiches son muy buenos y la empanada de pino, así grande, es muy buena. Pero una de las cosas que más me sorprenden, sobre todo en esta época del año, es el sabor de sus frutas. Los duraznos, por ejemplo, o los damascos y las cerezas, son una maravilla. Que no me escuchen los productores de cerezas españoles, pero las de acá están mucho mejor. Lo mismo con la palta, que en España ya hace algunos años se cultiva, pero acá tiene un sabor y una cremosidad increíbles. Desayunar un trozo de pan con palta molida es un privilegio y un lujo que ustedes no se dan cuenta lo que es.
¿Algo más?
El marisco en general, por supuesto. Creo que tienen una variedad de gran calidad y que incluso me da la impresión que para el volumen de costa que tienen, aún lo utilizan muy poco. También me gusta mucho el merkén y, de hecho, siempre me llevo de vuelta a España para cocinar.
¿Has podido visitar algunos restaurantes durante tu estadía en Chile?
Sí, hasta ahora pasé por la Fuente Alemana -que me encanta-, estuve en la Viña Casas del Bosque, donde comimos muy bien, y lo mismo en Tres Peces, en Valparaíso. La verdad es que no me puedo quejar.