Durante la tarde de este viernes 14, la presidenta del Tribunal Constitucional (TC), María Luisa Brahm, fue notificada de una importante resolución. A dos meses de iniciado un sumario en su contra, el ministro instructor Rodrigo Pica la notificaba a ella y a su defensor -el abogado Luis Cordero- que tras una serie de diligencias había decidido levantar cargos por graves faltas de respeto a funcionarios del organismo, dando crédito así a cinco denuncias de acoso laboral presentadas en contra de la abogada.
Conocedores de la indagatoria indicaron, además, que durante el sumario surgieron antecedentes similares que involucran a Claudia Vélez, jefa de gabinete de Brahm, quien también podría ser sancionada.
La resolución es inédita y tiene al borde de un castigo a quien lidera la institución encargada de resguardar la Constitución. Ahora, Brahm y sus abogados tienen un plazo de cinco días hábiles para contestar a cada uno de los cargos alzados por el ministro Pica, quien luego deberá realizar una propuesta a la primera sala del organismo, que es presidida por Iván Aróstica, y ellos a su vez, en base a los antecedentes expuestos por el sumariante, decidir el futuro de la magistrada: absolución o sanción. Con todo, será el pleno del TC quien tendrá la última palabra.
Malos tratos
Los cargos coinciden con las denuncias que fueron presentando en su contra diversos funcionarios del TC. El primero de ellos, quien renunció a su cargo como director de finanzas en marzo pasado, fue el ingeniero comercial Julio Ortiz. Tras volver de una larga licencia y ser sobreseído en el sumario que María Luisa Brahm había abierto en su contra por presuntas irregularidades con los dineros del TC, expresó en una carta de dimisión una serie de situaciones de hostigamientos que llevaron al ministro Aróstica (como segunda antigüedad en la institución) a abrir un sumario y designar a Pica como instructor.
“Motiva mi alejamiento de esta institución un conjunto de situaciones que se traducen en el detrimento de mi función, en la afectación de mis derechos como persona y como servidor público, siendo objeto de prácticas de acoso laboral para lo cual no estoy disponible”, se leía en la carta con la que Ortiz se despidió de la institución tras presentar una renuncia irrevocable. Este sería uno de los principales cargos levantados por Pica, ya que se habría acreditado que Brahm lo separó de sus funciones habituales, hizo que lo investigaran de forma paralela y se comunicó con publicidad -a la prensa- un sumario en su contra, el cual luego fue declarado reservado y luego suspendido. Esto habría provocado en él una situación de estrés emocional extrema que lo llevó a presentar licencias médicas por seis meses, y a su retorno, habría seguido sufriendo tratos poco deferentes, según él mismo habría declarado ante Pica, pese a haber sido exculpado de las sospechas que lo llevaron a ser blanco del sumario abierto por la presidenta del TC.
A la denuncia de Ortiz se sumó la del exchofer de Brahm, el exoficial de Carabineros Cristián Suárez, quien dijo haber sido víctima de gritos y malos tratos por parte de la abogada. En ese sentido, conocedores de la resolución de Pica sostienen que se dio crédito a esta acusación, dando cuenta que los tonos empleados por la magistrada no correspondían a un ambiente laboral de respecto.
En el sumario declaró también un experiodista de la institución, Jorge López, quien habría entregado antecedentes de un patrón en común. Este habría dicho que cuando Brahm llegó a la presidencia le envió correos formales felicitándola y pidiéndole instrucciones de cómo proceder comunicacionalmente, siendo -según la versión que él habría dado- ignorado completamente, incluso de manera física cuando se encontraban en los pasillos del edificio del TC. Todo esto, sumado a las denuncias de un funcionario de informática y de la Asociación de Funcionarios, habría llevado al ministro Pica a acreditar una especie de patrón de comportamiento en la presidenta del TC relacionado a expresiones de desprecio y denostación del trabajo de funcionarios de esa repartición.
A eso se suma la supuesta denigración que habría sufrido la secretaria del TC, quien no participa del Comité de Régimen Interno, y situaciones con uno su secretario personal, Domingo Riquelme. Este se unió a las acusaciones en contra de Brahm, sin embargo, la propia abogada al declarar en el sumario se defendió diciendo que el problema de ese funcionario era que había sufrido la pérdida de familiares y que como era una persona solitaria, las cuarentenas del Covid también lo habían afectado de forma emocional, asegurando que él nunca le adelantó que la denunciaría. Riquelme aseguró que Brahm lo hacía callar y que lo sacó de su escritorio. De esto, y el resto de las denuncias acreditadas por Pica, Brahm deberá defenderse y así convencer al instructor de su inocencia.