En la Admisión 2023 el resultado promedio para Competencia Matemática 1 (M1) de la Prueba de Admisión a la Educación Superior (PAES) fue de 562 puntos. Un año después este escaló a 603 y para el proceso actual subió otra vez, llegando a 625. Esto llevó, a su vez, a que como M1 es una de las pruebas obligatorias junto con Competencia Lectora (CL), el promedio general también subiera. “Si hay cambios es porque ha aumentado la habilidad para responder M1 y puede que siga aumentando, pero de ninguna manera a este ritmo. Debería estabilizarse”.

Esa fue la explicación que el día de la entrega de los resultados dio Leonor Varas, directora del Demre, organismo de la U. de Chile que se encarga de la admisión. Resumidamente, la profesional intentó explicar que esto no es sorpresa y que, incluso, era algo que se compartía como esperable. Que es parte de un diseño.

En efecto: Verónica Santelices, profesora de la Facultad de Educación UC, enumera factores para argumentar similarmente: mayor preparación al conocerse más ejemplos de M1 y M2; un mayor número de personas dando la prueba por segunda vez, aprovechando poder combinar puntajes, o que M1 está diseñada para evaluar una zona de habilidad donde hay más alumnos. “No es raro que muchos estudiantes obtengan muy buenos puntajes”, dice. Y es que hasta los puntajes nacionales en M1 han aumentado: 523 en la Admisión 2023, 1.423 en 2024 y 1.942 ahora.

El subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, aclara que se proyecta que la velocidad en el aumento de los puntajes tenderá a estabilizarse. “Aunque se acumulan cada vez más referencias y ejemplos de preguntas tipo, y los efectos de la pandemia van quedando atrás, futuros incrementos significativos dependerán principalmente de un aumento general en las habilidades matemáticas de la población”.

La situación, en todo caso, no es igual para Competencia Lectora, que ha tenido 18, 5 y 3 puntajes nacionales en sus versiones de verano. Esto, según los expertos, también es esperable: ese tipo de pruebas son más estables, al contrario de M1 que depende de la ejercitación. “La gente se puede preparar mejor y eso tiene efecto”, dijo Varas el lunes.

En tal sentido, Mauricio Bravo, vicedecano de la Facultad de Educación UDD, concuerda en que la prueba está más enfocada en habilidades, lo que hace que se pueda preparar más eficientemente. “La PAES puede estar diseñada para ser más entrenable y accesible, pero también se debe garantizar que mida las habilidades que los estudiantes deberían tener al finalizar la educación media y que garanticen un mejor éxito en la universidad”, dice.

Pero aun cuando es entrenable, Edmundo Concha, jefe del Departamento de Matemáticas del Preuniversitario Pedro de Valdivia, señala que si bien cualquier alumno puede obtener un puntaje nacional, “claramente aquellos que tienen mejores notas tienen mayor probabilidad”. A pesar de eso y de que casi el 6,5% de la generación que da la PAES sale con NEM sobre 6,75, menos de 1% logra 1.000 puntos.

Como sea, en el Demre han sido enfáticos en señalar que M1 es el resultado de una demanda surgida casi en paralelo con el inicio de la antigua PSU, toda vez que la de Matemáticas, además de obligatoria, era muy difícil para la población general, con pocos puntajes altos. Que distinguía mal al grueso de quienes la daban.

Por eso para el Demre los resultados de la presente PAES fueron buenos en términos técnicos, luego de recomendaciones que señalaban que M1 debía ser formulada para adaptarse mejor. Y para medir si se va adaptando hoy se usa un coeficiente de asimetría (mientras más cercano a 0, más simétrica es la prueba), que pasó de 1,65 en la PSU, a 1,23 en la M1 de 2023, 0,92 en la M1 de 2024 y a 0,68 en la presente. “Está enormemente más parecida a lo que queremos, lo celebramos como el mayor logro técnico de esta prueba”, destacó el Demre.

“M1 fue diseñada y ensamblada con preguntas de una dificultad promedio menor en comparación con las evaluaciones previas. Este cambio responde a la división de la prueba en M1 y M2, cuyo objetivo es ofrecer una prueba obligatoria más alineada con las habilidades de la población general”, se extiende el subsecretario Orellana, quien suma que como en los últimos años ha bajado la asimetría de la prueba, “se puede afirmar que M1 proporciona una evaluación más representativa de la población general y es más precisa”.

¿Otras razones para las alzas de puntajes? Que M1 considera en sus temarios contenidos hasta segundo medio o que todas las PAES consideran únicamente el currículum común entre modalidades científico-humanista y técnico-profesional, con lo que toda la población de cuarto medio tiene las mismas condiciones, no como antes. “Las PAES tienen un lenguaje cercano y neutral, mejorando el entendimiento de todos los postulantes del país”, agrega Orellana.

Habilitados y cortes

Quienes están a cargo de su elaboración van concluyendo que la PAES es una prueba que discrimina mejor en las habilidades medias, que es donde se produce la “habilitación” para postular, dada para quienes tienen al menos las dos pruebas obligatorias y una electiva vigentes, y un puntaje promedio entre las pruebas obligatorias superior a 458 puntos, guarismo establecido para la Admisión 2023 y renovado hasta la de 2027. Ahora, por ejemplo, los estudiantes habilitados para postular llegaron a 231.006, 3% más que el año pasado, cuando fueron 224.386.

Y como los puntajes promedio subieron -pero con ello también los habilitados-, algunos rectores han ido advirtiendo puertas adentro que los puntajes de corte de sus respectivas carreras probablemente subirán. Que no necesariamente más habilitados significará más estudiantes universitarios matriculados.

“Los puntajes de corte para algunas carreras podrían subir, efectivamente”, dice Santelices desde la PUC, quien suma que la posible variación en los cortes implica que los alumnos deben informarse de sus opciones reales en la carrera de interés “y explorar seriamente alternativas” para postular.

Pero el subsecretario Orellana contextualiza que alzas y bajas en puntajes de corte ocurren todos los años y que esas fluctuaciones no dependen exclusivamente de los puntajes PAES, NEM o ranking, sino también de factores externos, “como cambios en las ponderaciones y variaciones en el número de vacantes”.

Se mantienen brechas

Y aunque en la reciente prueba se dio un salto general en los puntajes, las brechas de desempeño entre colegios pagados, subvencionados y públicos se siguen manteniendo inalterables en los últimos diez años, con 61,3% de estudiantes de establecimientos pagados metiéndose en el 20% nacional de mejores resultados. Solo el 16,8% de los estudiantes de establecimientos particulares subvencionados y 9,5% de los de establecimientos públicos lograron este mismo rendimiento.

Por eso, y aun cuando las autoridades celebran que la PAES es una mejor prueba, desde la UDD Bravo dice que el éxito se debe medir también en la reducción de las brechas. “Y siguen siendo significativas. Los colegios privados han mejorado su posición frente a los colegios públicos, que han sido relegados de las primeras posiciones, restándoles la posibilidad de movilidad social”.

En esa línea, todas y cada una de las brechas que se miden en las pruebas obligatorias de la reciente PAES se mantuvieron.

Para Orellana las brechas de puntaje por nivel socioeconómico han mostrado una persistencia estructural. “No existiría una pérdida de competitividad de estudiantes más vulnerables debido al aumento en los puntajes, dado que el aumento ocurre en todos los tipos de establecimientos”, dice, admitiendo, eso sí, al igual que otros actores relevantes, que la PAES sigue teniendo espacios de mejora, como hacerle cambios al ranking de notas a la hora de postular debido al fenómeno de inflación de notas.