En estos días, Paulina Vodanovic (PS) dice que ha dedicado bastante tiempo a explicar cómo funciona el sistema indirecto de elecciones del Partido Socialista.
La abogada, exsubsecretaria de FF.AA. y exbrazo derecho de Michelle Bachelet en la Fundación Horizonte Ciudadano, obtuvo la primera mayoría con 2.521 sufragios, el pasado 15 mayo. Sin embargo, ahora procede que se constituyan los 110 miembros del comité central (elegidos en esos comicios), quienes definirán la nueva directiva.
En esa instancia, Vodanovic corre con ventaja. Ya tiene el respaldo de tres facciones: Tercerismo, Nueva Izquierda y Renovación, lo que -en teoría- le da un piso de al menos 60 votos. El problema es la postura renuente de otro “lote” importante: Grandes Alamedas, que cuenta con el mayor número de senadores y diputados.
Muchas decisiones importantes se toman en el Congreso. ¿No ser parlamentaria es una debilidad?
Es evidente la importancia de nuestros parlamentarios. El presidente y el secretario general tienen una labor de dirección y coordinación. Pero la dirección también recae en una mesa ampliada. En esa mesa habrá, sin duda, parlamentarios y parlamentarias. No soy parlamentaria, pero podemos complementar el trabajo con el gobierno y el diálogo con senadores y diputados.
Generó ruido cuando dijo que no veía la posibilidad de hacer cambios sustantivos para una nueva Constitución en este Congreso.
Esa frase la dije por lo que significa que la derecha tenga un alto número de diputados y senadores. No la dije en relación a mi partido. Evidentemente, los parlamentarios socialistas están por los cambios y apoyarán las reformas para la implementación de la nueva Constitución.
Ud. dijo que hay lealtad del PS al gobierno, pero algunos senadores han sido críticos, en particular con el ministro Jackson y en los temas de seguridad. ¿Comparte esas críticas?
Cada momento tiene su explicación. Hay que construir una coordinación más afinada.
¿Y comparte las críticas de algunos socialistas de que ha faltado un rol más activo del gobierno sobre la Convención’
La Convención por definición es autónoma. Pedir ciertos roles no corresponde. Lo que pasa es que algunos convencionales con posturas muy identitarias han forzado ciertas cosas. El Colectivo Socialista ha hecho un trabajo de diálogo y ha mostrado el compromiso del PS con los cambios.
¿Ud. ha llamado a apoyar la nueva Constitución, pero hay alguna norma que no le guste y que sea necesario cambiar?
Yo personalmente estoy involucrada en el cambio constituyente. Hice campaña por el Apruebo, el PS estuvo en el acuerdo del 15 de noviembre. Creemos que Chile necesita una nueva Constitución. Me centraría en los aspectos importantes de esta Constitución. El hecho de que contemple una norma del Estado social y democrático de derechos es suficiente para aprobar la Constitución. El resto es perfectible.
¿No teme que se convierta en un Transantiago institucional, como sugirió el presidente del Senado, Álvaro Elizalde?
Ahora que se están viendo las normas transitorias, creo que los constituyentes están analizando que haya una gradualidad, responsabilidad fiscal. Es muy importante la discusión de estos días para que haya un texto armónico y converse una norma con otra.
Respecto de las conversaciones para elegir a la nueva mesa del partido, existe la posibilidad de que el acuerdo sea más amplio.
Tenemos que conversar entre todos. Nuestra institucionalidad es fuerte. Yo la respeto. Todas las conversaciones son necesarias. Necesitamos un partido fortalecido para enfrentar las grandes tareas, que parten por apoyar decididamente la opción de una nueva Constitución.
¿La facción de Grandes Alamedas será parte de esa gobernabilidad? Al parecer, hay renuencia de ciertos grupos a sumarse al acuerdo.
No creo que haya renuencia, simplemente tenemos que ver cómo logramos una directiva que sea comprensiva de las problemáticas actuales y que sea capaz de liderar este período histórico.
Para un acuerdo amplio, ¿estaría dispuesta a deponer su aspiración de presidir el partido?
Aquí no hay una aspiración personal, obtuve la primera mayoría de los votos a nivel nacional y si mis compañeros y compañeras del comité central así lo estiman, seré la presidenta del partido, y si hay otra solución... no es deponer, sino simplemente que funcionen los órganos de nuestro partido.
¿Ha conversado con el senador Alfonso de Urresti, la otra carta para presidir el partido?
Los socialistas hablamos entre todos. He hablado con muchos. Aquí no hay conversaciones de cúpulas, porque al menos yo no formo parte de ninguna cúpula.
Hay críticas por la posibilidad de que Eduardo Bermúdez, exasesor del destituido alcalde Miguel Ángel Aguilera, asuma en la directiva. ¿Ud. apoya su inclusión en una nueva directiva?
Nuestra política en el partido ha sido de cero tolerancia con la corrupción y con hechos que pueden ser investigados por la justicia. Con la misma claridad, tenemos una institucionalidad que es el Tribunal Supremo. Si hay hechos que se conozcan de algún compañero, esa es la instancia. Ventilar estos temas por los periódicos tampoco corresponde.
¿Ud. no dirá públicamente si apoya o no su inclusión en la mesa?
Es que tampoco me corresponde, porque es el comité central el que tiene que elegir la nueva directiva. No soy yo.