En esa Época, de Sergio Bizzio (Laurel)
A lo lejos, los soldados distinguieron una figura. Se acercaba por el gran descampado. No levantaba mucho polvo. Era “un indio manso”, con taparrabos y una pluma descolorida en la cabeza. “¿Qué hay?”, le preguntó el coronel Godoy, a cargo de la brigada. “Nada. Ando boludeando un poco”, respondió el indio. Corría 1870 en Argentina, y por entonces “los indios tenían un imperio bárbaro”, cuenta el narrador de la novela. Los malones iban de aquí para allá y llegaban hasta las puertas de Buenos Aires. Entonces el ministro de Guerra, un moderado que creía en el diálogo, tuvo una idea desmesurada: cavar una zanja de 1.000 kilómetros al sur de Buenos Aires, para contener a los indios. El coronel Godoy estaba a cargo de una cuadrilla que trabajaba en la zanja. La tarea era lenta y farragosa y a las semanas, una picota chocó con algo metálico: salieron chispas. Bajo tierra encontraron algo nunca visto, una máquina con forma de platillo de 80 metros de largo. Y en su interior los soldados descubrieron a dos chicos de un metro de altura, de piel transparente y surcados de venitas azules. La historia, la imaginación, el absurdo y el humor se conjugan en esta divertida y provocativa novela de Sergio Bizzio, el notable autor de Rabia. Una novela que recuerda los mundos de César Aira, con una voz propia y distintiva.
Pessoa Múltilple, de Fernando Pessoa. Ed. de Jerónimo Pizarro y Nicolás Barbosa (FCE)
Poco después de los 40 años, Fernando Pessoa (1888-1935) escribió uno de sus poemas más complejos y profundos, y uno de los más brillantes de la literatura portuguesa. “No soy nada/ Nunca seré nada/ No puedo querer ser nada/ A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo”, dicen los primeros versos de Tabaquería, un poema atravesado de contradicciones y melancolía. El texto lo firma Alvaro de Campos, uno de los heterónimos de Pessoa y el más experimental de ellos. Alberto Caeiro, “mi maestro”, según Pessoa, y Ricardo Reis completan el trío de heterónimos más importantes del poeta portugués. Si Caeiro es el poeta bucólico y Reis el pagano, Alvaro de Campos es su voz más sofisticada. La obra de los tres conforman “un conjunto dramático”, escribió el autor. Esta estupenda antología recoge una selección de sus tres creaciones, así como una muestra de la obra poética y teatral firmada por Pessoa, parte de su poesía inglesa y francesa, una producción muy poco conocida en español. “¿Cuántas capas de máscaras recubren/ el semblante del alma? Cuando en broma/ nuestra alma a sí misma se descubre/ ¿distingue si hay más capas que se asoman?/ La máscara real no siente revés/ y tiene la mirada enmascarada”, escribe.
Filonimo. El Erizo de Schopenahuer, de Alice Briére-Haquet (Hueders)
El dilema del erizo; en un día muy frío del invierno, un grupo de erizos que se encuentran cerca se juntan para darse calor y no morir congelados, pero se pinchan con las espinas del otro. Naturalmente sienten dolor y deciden alejarse, pero vuelven a sentir frío. De modo que se acercan y se alejan una y otra vez hasta encontrar la distancia precisa. Dice el filósofo alemán Arthur Schopenhauer que las relaciones de los seres humanos son como la fábula del erizo: nos acercamos pero la cercanía pronto nos provoca incomodidad. Así, “nuestras cualidades y defectos, nuestros logros y tropiezos hacen que nos alejemos y nos reunamos de nuevo, una y otra vez”, escribe Alice Briére-Haquet en este libro con ilustraciones de Olivier Philipponneau que busca acercar la filosofía a los jóvenes lectores. La clave parece estar en los erizos: hallar la distancia precisa para tener una buena convivencia, y así relacionarnos afectivamente sin herirnos. Editado por Hueders, el libro se publica junto a una edición hermana titulada El pato de Wittgenstein y que se basa en la ilusión pato-conejo que planteó el filósofo vienés: una imagen que al mismo tiempo puede ser pato y conejo, ¿es eso posible? Sí, responde el filósofo: todo depende de la perspectiva y el punto de vista.