El Plan Paso a Paso, como se le conoce hasta aquí, llegará a su fin la próxima semana. Otra vez cambia y se apronta a una tercera versión. Y si antes ya lo hizo, en julio pasado, para dar mayores libertades -una vez avanzado el proceso de vacunación- ahora será modificado a la luz del término del Estado de Catástrofe, que vence el próximo jueves 30 de septiembre.

La rápida desescalada de contagios, asociada a la amplia cobertura de vacunación en el país, alimentó el consenso en el gobierno de que la medida que rige desde marzo de 2020 debe terminar. “Estamos trabajando en un nuevo ‘Paso a Paso’ en el caso de que este estado de excepción no se vuelva a renovar y así tener herramientas desde el punto de vista de la salud pública para poder restringir algunas actividades”, había adelantado la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.

En el nuevo escenario, los confinamientos totales quedarán obsoletos legalmente, puesto que es el Estado de Catástrofe lo que permite dar curso a las cuarentenas y restricciones de movilidad horarias, como el toque de queda.

Y a pocos días del anuncio oficial -programado para el lunes- La Moneda ya tiene lista la nueva estrategia, a la que tuvo acceso La Tercera. Las principales medidas apuntan a eliminar las cuarentenas, modificar dos fases de plan, restringir aforos y reducir aglomeraciones. El Pase de Movilidad, en tanto, seguirá siendo clave.

En detalle, el nuevo Plan Paso a Paso se trabajó sobre cuatro ejes: el primero dice relación con mantener la estructura principal del plan, eliminando las restricciones de movilidad, pero manteniendo la gradualidad de las libertades de reunión, aforos y actividades, dependiendo de las condiciones sanitarias en las que esté cada lugar del país.

Así, ya no habrá más cuarentenas, sí límites de aforos dependiendo de la situación epidemiológica, a la luz de las atribuciones que otorga la Alerta Sanitaria en régimen.

La principal modificación está en los extremos del plan, que ahora tendrá cinco fases: Restricción (en reemplazo de Cuarentena), Transición, Preparación, Apertura Inicial y Apertura Avanzada, esta última la nueva etapa cúlmine.

Además, las medidas dispuestas para cada nivel tendrán vigencia los siete días de la semana, contrario a lo que ocurría anteriormente, por ejemplo, con Transición, que daba libertades de lunes a viernes, pero restringía sábado, domingo y festivos.

El segundo eje tiene que ver con cambios en los aforos y operación de actividades. La estrategia permite realizar cualquier tipo de actividad, pero con aforos y condiciones restrictivas. Lo que se busca con esto es reducir aglomeraciones, sobre todo en espacios cerrados y de acuerdo a los metros cuadrados o características del lugar. También se incorporará una modificación a las actividades con público que no interactúa y que tiene infraestructura fija, como butacas o bancas.

El tercer eje apunta al Pase de Movilidad, el que mantendrá su relevancia y vigencia para acceder a mayores libertades, pues se mantendrán aforos diferenciados en reuniones particulares y espacios públicos dependiendo de si las personas cuentan o no con esta certificación. Este, además, pasará a ser una exigencia para viajes interregionales en transporte público, como trenes, buses o aviones.

En ese sentido, desde el 1 de octubre el requisito de contar con el permiso C19 para desplazamientos interregionales se mantendrá solo para viajes en aquellos medios de transporte público, donde será exigido y revisado. A partir del 1 de noviembre se eliminará el C19 y solo se pedirá el Pase de Movilidad.

Finalmente, el cuarto eje va direccionado a mantener y reforzar medidas de autocuidado, como el lavado de manos, distancia de 1 metro entre personas, mascarilla, ventilar espacios y la responsabilidad individual de testearse y aislarse ante la presencia de síntomas o sospecha de contagio.

La mirada de los expertos

“El desafío es que al no haber cuarentenas poblacionales o territoriales, las cuarentenas de los contactos estrechos sean efectivamente indicadas y cumplidas”, reseña Claudio Castillo, académico en salud pública de la Usach.

En ese sentido, agrega que lo que se necesita es contener la probabilidad de cualquier brote masivo. “Las personas que sean contacto estrecho tienen que iniciar las cuarentenas rápidamente”, asegura. Y cierra: “El desafío es poder detectar si es que hay lugares en los cuales se generan brotes de rápida evolución, para tener medidas de restricción en esos territorios específicos”.

Por su parte, Cynthia Urquidi, académica de Epidemiología en la U. de los Andes y especialista en Salud Pública, asegura que quitar estas cuarentenas territoriales “trae un tremendo desafío: todos sabemos que uno de los puntos más débiles del plan de acción contra el Covid en Chile ha sido la trazabilidad”.

En esto coincide con Castillo: “Si no van a haber cuarentenas poblacionales, el desafío es lograr que esos aislamientos individuales se cumplan, tener la trazabilidad de todos los casos y los contactos estrechos y asegurar que no se va a llegar a un contagio comunitario masivo”. Esto, cree, además de fiscalizar efectivamente el cumplimiento de aislamiento individual.

Para Manuel Nájera, epidemiólogo y docente de la U. del Desarrollo, la estrategia sin confinamiento debe apuntar a lo anterior: “El principal desafío es tener un sistema de testeo y trazabilidad que logre controlar a tiempo los distintos brotes”.

“Lo que hemos observado con mayor fuerza es que podemos contar los casos, porque tenemos una buena capacidad de diagnóstico, pero esa capacidad tiene que ir de la mano con la toma de medidas rápidas y robustas para poder controlar la transmisión de la enfermedad en la comunidad”, añade.

Lidia Amarales, ex subsecretaria de Salud Pública, reseña que se debe mantener la vigilancia epidemiológica y la trazabilidad, “porque es la única manera de mantenerse con un buen control pandémico. Sabemos que esta es una situación que vino a quedarse, por lo tanto, tenemos que mantener siempre una vigilancia epidemiológica y la trazabilidad correspondiente para ir tomando acciones dentro de las medidas sanitarias”.

Sobre el toque de queda, la ex autoridad sanitaria señala que “ya no es una medida sanitaria, es más bien una medida social y política que está teniendo el gobierno”. Por eso cree que está bien que se acabe. “Las personas circulan de día, se ha aumentado la movilidad y los aforos, se han abierto restaurantes, cines, casinos. No se justificaba”.

Y la red integrada, ¿qué?

En Palacio se discutió si es que dejar atrás el Estado de Catástrofe y pasar a Alerta Sanitaria implicaba no poder sostener la red integrada de salud, lo que era puesto en duda desde algunas clínicas privadas, que cuestionaban si es que podrán seguir recibiendo pacientes Covid-19 desde Fonasa.

El equipo legal del gobierno y la cartera de Salud analizaron la situación y llegaron a la conclusión de que sí se puede mantener, porque está expresamente detallada en la Alerta Sanitaria, donde según se estipula que la cartera tiene la potestad de trasladar pacientes. “Otórgase a la Subsecretaría de Redes Asistenciales facultades extraordinarias para disponer, según proceda, de todas o algunas de las siguientes medidas: Coordinar la red asistencial del país, de prestadores públicos y privados”, reseña el articulado.

Para lo anterior, agrega, “podrá solicitar los establecimientos públicos y de los establecimientos privados, la facilitación, a los precios previamente convenidos, del otorgamiento de prestaciones asistenciales que no pueden postergarse sin grave perjuicio”.