Con 37 días instalado en la Municipalidad de Ñuñoa, el alcalde Sebastián Sichel (Ind.) muestra como primer distintivo de su nueva oficina una foto con su esposa celebrando su triunfo sobre la exalcaldesa Emilia Ríos (FA).
La reestructuración en el funcionamiento administrativo de la alcaldía parece un reflejo de los drásticos arreglos que Sichel ha tenido que ejecutar en la comuna debido a lo que caracteriza como “desorden”, pero que escaló esta semana tras un informe de Contraloría revelado por La Tercera, que lo hizo anunciar una querella por presuntas irregularidades durante la administración de la exalcaldesa. “Creo que hubo un fraude a la municipalidad en la administración de la corporación, porque se engañó. Es algo más que desorden”, dice.
Al asumir, mencionó su intención de “destrozar el ñuñoísmo”. ¿Qué representa esa frase hoy?
Voy a terminar la frase completa que dije: destrozar el ñuñoísmo, porque los ñuñoínos somos más que la caricatura que hizo el Frente Amplio de esta comuna. Esta es una comuna en que la libertad prima, queremos que todas las formas de ser ñuñoínos convivan y no esta caricatura, yo diría, mal entendida, como woke, de que ser ñuñoíno es una forma de ser. Cuando digo destrozar, me refiero a reconstituir la idea del ñuñoísmo como el gran valor de la comuna y no la homogeneidad, porque solo destroza las convivencias.
¿Y ya ha ido desarticulando ese ñuñoísmo que usted criticaba?
Estoy demostrando que se puede mascar chile y caminar al mismo tiempo. Es obvio que quiero que Ñuñoa sea una comuna en que viva la cultura, que uno pueda salir a carretear hasta tarde, que podamos tener un teatro y La Batuta en el mismo lugar, que la Plaza Ñuñoa esté viva. La pregunta es por qué no se podía: porque había una caricatura de que defender la libertad era no atacar la inseguridad o no atacar el desorden. ¿Cómo estamos desarticulando en el sentido institucional esta idea? Primero, entendiendo que se puede avanzar en seguridad, limpieza y orden, a la vez que se avanza en cultura, protección de las minorías y defensa de la libertad.
¿Por ahí va el cambio del logo de la municipalidad?
Fui bien práctico. Pregunté cuáles eran los colores de Ñuñoa y es azul y amarillo desde que fue creada. No entendía por qué los colores eran morados. Y parece que tenía solo una explicación, que era básicamente un color identitario legítimo de las marchas de la mujer y todo lo que representa el movimiento feminista, pero yo soy hombre, y hay jóvenes, y hay adultos, y hay mujeres. Por eso es el cambio: recuperar lo que era Ñuñoa, no hacerlo de Revolución Democrática.
¿Cómo administra una comuna tan dividida electoralmente?
Demostrando que perseguir la seguridad y el orden no es contradictorio con defender los valores que ellos vieron representados. Pensar en la administración como una lucha de buenos y malos es infantil. En una comuna donde el Frente Amplio había ganado ampliamente en plebiscitos y elecciones previas, perder refleja una mala evaluación de la gestión.
¿Qué ha encontrado en 24 días de gestión?
Lo digo con mayúsculas: desorden. Una Corporación Cultural con casi $ 400 millones de deuda, la Corporación de Desarrollo Social con $ 1.600 millones de déficit, procesos administrativos enredados, un informe a la Contraloría crítico de los procesos administrativos y también de la politización del funcionamiento de las corporaciones. Un municipio en que la seguridad no era prioridad, ni en que el orden de la comuna era prioridad. Un municipio de este tamaño con 11 inspectores no funciona en ningún lado. Estaban los funcionarios del Frente Amplio, que eran los que tomaban las decisiones, y los funcionarios históricos, que estaban como postergados y escondidos, sin capacidad de decisión. Esta comuna perdió tres años y medio de desarrollo.
¿Puede distinguir irregularidades de mala administración?
Partamos por la Corporación Cultural: en un Concejo Municipal se aprobó una subvención especial de $ 51 millones. Se dijo que con eso, literalmente, se saneaba el déficit. La frase textual es esa y el déficit real supera los $ 350 millones. Se tuvo que sacar plata del municipio de otros beneficios para poder suplementar. Había cotizaciones impagas, proveedores impagos, rendiciones mal hechas. Creo que hubo un fraude a la municipalidad de la administración de la corporación, porque se engañó. Es algo más que desorden.
¿Y en otras áreas?
Tenemos un segundo gran problema que es la Corporación de Desarrollo Social, que es desorden puro de $ 1.600 millones. Lo que tenemos es mala administración global. Hasta ahora no hemos visto responsabilidad administrativa, hay que encargar una auditoría. Tenemos más de $ 450 millones de deudas que llevan más de seis meses vencidas. Pero en la Corporación de Deportes es todo lo contrario, está impecable, para ser justos. En el caso de la municipalidad diría que vamos a auditarla, porque los números no cuadran. ¿Y por qué digo desorden? Porque sobre todo teníamos una municipalidad sobredotada, con contrataciones absurdas.
¿A cuántos funcionarios no renovaron?
Se contrató solo a la mitad de aquellos que no fueron renovados. En la Corporación de Desarrollo Social vamos a disminuir casi un 40% la dotación del nivel central, no de los colegios. Vamos a tener que disminuir de 100 a 60 los funcionarios. Estoy hablando de un 30 o 40 por ciento de las corporaciones, de disminución de personal, porque todos son de la administración de la exalcaldesa Emilia Ríos. Analizamos muy bien cuáles eran las funciones críticas que tenían que seguir y cuáles eran sobredotación.
¿Cómo responde a quienes critican que administra la municipalidad como una empresa?
Me sentí orgulloso. Que alguien crea que preocuparse de los ingresos no es importante es una brutalidad. Si esto no es una empresa... El que está pagando esta oficina, el camión de la basura cada día está pagado por las contribuciones. Mi estrategia ha sido condenar aquellas conductas prohibidas por la ley para generar ingresos municipales que financien el daño que le hacen a la comuna. Pero esto es mucho más que una empresa, es una empresa social. Entonces, malgastar la plata contratando a gente que no se necesita, haciendo cosas absurdas muchas veces, debiéndoles a proveedores, significa gastar la plata que otros se ganaron y pagaron el impuesto. Esto es una empresa social, pero que tiene que tener equilibrados sus ingresos y gastos para no sacrificar a las generaciones futuras. Eso que para algunos es una ofensa, para mí es un orgullo. Ojalá todos los municipios se administraran con la mirada de una empresa social.