Amarillos x Chile ya dio el primer paso para lograr su objetivo de convertirse en partido: este viernes firmó la escritura para su conformación. El secretario general de la futura colectividad, el empresario Sergio Solís, sostiene que aportar en el proceso constitucional es una primera meta que tienen, pero posteriormente “vamos a querer ser parte de la estructura de poder del gobierno del país”.
¿Por qué formar un partido político?
Desde el punto de vista de los espacios donde se iba a definir el proceso (constitucional), las organizaciones de la sociedad civil, como Amarillos, no estaban muy consideradas. La única forma de cumplir la promesa de una nueva y buena Constitución era entrar a la política formal.
¿Dónde se ubican en el espectro político, de izquierda a derecha?
Los principios del partido los escribió Ernesto Ottone, que es un cientista político de nivel internacional. Las visiones que tiene respecto de la política son muy modernas y complejas. En ese sentido, las variables en que se mueve Amarillos no son las típicas de izquierda o derecha, son otras, son democracia, son reformas, son libertad. A alguien que esté disponible para aplastar la libertad, no cabe aquí. Este es un partido que tiene principios.
¿Serían un partido de oposición?
No nos hemos puesto en el tema si somos un partido de gobierno o de oposición. Solo puedo decir que no tenemos a ninguno de nuestros miembros en algún puesto de gobierno. De Estado sí, porque tenemos un diputado.
¿Qué es lo que caracteriza a las personas que están con ustedes?
La característica más común de todos es que todos fuimos personas que queremos una nueva Constitución. Amarillos tuvo una evolución, porque nosotros partimos haciendo alertas. Éramos ex Concertación la que estaba ahí, era gente de centroizquierda.
Hay harto huérfano de la ex Concertación, ¿o no?
Yo diría que sí, que hay mucho de eso. Pero también mucha gente que está aquí, cuando existía la Concertación, eran niños. Por lo tanto, tienen una comunidad de ideas y de principios con nosotros, con los viejos concertacionistas, que somos muy viejos ya a estas alturas. La gracia de esto, de Amarillos, fue establecer un centro de estudios, una fundación.
¿Quiénes van a estar ahí?
Toda la gente amarilla que va a permanecer en sus partidos. No sé si pueda nombrarlos, pero, por ejemplo, Jaime Campos (PR). Me imagino que Ignacio Walker (DC).
El propósito del nacimiento de Amarillos tiene que ver con el proceso constituyente. Una vez que haya una nueva Constitución, ¿qué pasará con ustedes?
Este no es un partido instrumental. Si uno lo analiza desde el punto de vista de la política, se debe aceptar que los partidos son organizaciones que pretenden ser parte de la estructura de poder de un país. Los partidos tienen esa intención. Sin duda vamos a querer participar en los espacios de poder. Amarillos va a querer tener alcaldes, concejales, diputados y senadores, y vamos a querer ser parte de la estructura de poder del gobierno del país.
¿Buscarán desarrollar una política de alianzas? Quizás con la centroderecha, la derecha, ¿o no?
En general, los partidos tienen que tener vocación de alianzas, que se hacen con aquellos que comparten principios. Si hay partidos que se definen, entre comillas, en esta lógica actual de centroizquierda y comparten principios, bueno, son aliados naturales. Y si hay partidos de centroderecha que comparten los principios, también son aliados.
¿Con qué partidos ven posible ser aliados?
Jaja. No lo sé. Por lo que he leído en la prensa, hay varios grupos de centroizquierda que están pensando en crear partidos nuevos. Es difícil saber con quién vamos a hacer alianza, pero es natural con quienes compartimos principios. A mí no me extrañaría que llegáramos a tener una cosa parecida a una antigua Concertación.
Existe la tesis de que las bases militantes del PS, del PPD y la DC votaron distinto a lo que decidieron sus cúpulas. ¿Ellos podrían llegar a Amarillos?
Sí, es posible, porque en general la política es dinámica. Cuando empiecen a leer los postulados del partido, bueno, mucha gente a lo mejor dice: “Esto recoge mejor mi punto de vista”.
Los partidos en general no plantean una postura respecto de la violencia en sus declaraciones de principio. ¿Por qué ustedes sí?
Nos preocupamos de todo aquello que hace peligrar la democracia y la libertad. Es fundamental pensar que los procesos exitosos no son revolucionarios. En el mundo, los procesos revolucionarios son casi todos fracasados. Son procesos que no han llegado a nada, donde el bienestar general es malo, donde la gente sufre. Los ejemplos a seguir son de países que han adoptado mecanismos reformistas, de ir paso a paso. Por eso nosotros ponemos esos énfasis.
¿No invitó a Lagos a Amarillos?
Lagos tiene una sola militancia. Él es PPD. A mí me da la sensación de que estos principios del partido no son lejanos a lo que Lagos piensa.
¿Pero lo invitó o no?
No, yo soy muy respetuoso del Presidente. Converso mucho con él, pero jamás le plantearía una cosa así por ahora... Por ahora.
Pero el laguismo es evidente que está en Amarillos...
Hay un grupo de laguistas en el nacimiento de Amarillos. La Concertación fue una estructura que nos marcó a muchos de nosotros. Por eso, a lo mejor nos retiramos un tiempo. Pero hoy día nos parece que hay que volver e invitar a un montón de jóvenes a ser parte de esto, para que ellos sigan, porque nosotros estamos ya al borde del retiro.
¿Cómo ve que Carlos Maldonado, Matías Walker y Ximena Rincón quieran crear un partido propio? Quizás les complejizaría la búsqueda de militantes.
Nos parece bien. Felicitamos la iniciativa de ellos, les deseamos mucho éxito. Tenemos grandes amigos en ese grupo.
¿Por qué no cuajó un movimiento común, más unitario?
Amarillos ha invitado a todos a unirse a nuestro grupo. Hemos tenido conversaciones y nosotros somos súper respetuosos de que las conversaciones que se dicen privadas son privadas.