En 2016, David Hernán Landaeta Garlotti (25) estaba recluido en la cárcel Tocorón, en el sur del estado de Aragua, en Venezuela. Figuraba privado de libertad , sindicado como responsable de diferentes delitos, entre ellos homicidio y sicariato. Pero su plan en ningún caso incluía cumplir una condena, por lo que diseñó una estrategia que le permitiría, si tenía suerte, darse a la fuga. Y así fue. Haciendo honor a su apodo “Satanás”, generó un verdadero caos en el penal al activar dos granadas: a su paso dejó fallecidos y lesionados, y escapó.
Aunque una alerta de Interpol se activó en su contra, logró sortear los controles policiales, emprendiendo rumbo -primero- hacia Perú, donde ingresó con una identificación falsa. Ahí mantuvo un perfil más bien bajo, aunque en 2018 ya tenía a la policía peruana siguiendo sus pasos. Meses más tarde, fue aprehendido por efectivos de la Dirección de Investigación Criminal de ese país, pero Landaeta una vez más logró huir, siendo ahora su destino Chile. El integrante del temido cartel venezolano llamado Tren de Aragua logró pisar territorio nacional, tras ingresar por un paso irregular, alargando los tentáculos hasta nuestro país de la agrupación internacional.
Dado que en medio de la pandemia se crearon más de 160 pasos irregulares en la zona norte del país, de acuerdo con datos que entregó el gobernador de Arica, Jorge Díaz, “Satanás” no tuvo mayores impedimentos para ingresar. Por lo demás, ya se ha podido establecer por parte de la PDI que una de las especialidades de los integrantes de esa banda criminal es promover la migración irregular. Según cifras que entregó la División de Seguridad Pública de la Subsecretaría del Interior a La Tercera, sólo en 2021 el Tren de Aragua ingresó a 3.600 inmigrantes.
Pero esta agrupación internacional con presencia en Chile no es la única que preocupa a las autoridades. De hecho, fue el propio subsecretario Manuel Monsalve quien confirmó que junto con el cartel venezolano, la policía ha detectado la presencia de ramificaciones de los mexicanos del Cartel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
¿Quiénes son? ¿Dónde operan? ¿A qué delitos se dedican? Estas son las interrogantes que los investigadores que persiguen delitos complejos están tratando de responder, ya que se teme que Chile se convierta en el refugio de este tipo de crimen organizado que ha penetrado los pasos fronterizos y que amenaza con radicarse.
La puerta del norte
La Fiscalía de Tarapacá ha concentrado los operativos en que se ha detenido a integrantes de estos carteles. De hecho, se sabe que la puerta de entrada para estos criminales está en los pasos no habilitados que existen en las primeras regiones del país.
Uno de los que han participado en estos operativos es el jefe nacional Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de la PDI, el prefecto inspector Paulo Contreras, quien explicó que en el norte el Tren de Aragua -que opera como una suerte de “franquicia” en territorio nacional-, se dedica principalmente a la trata de personas. Desde las fronteras organiza su estrategia, copa sectores, extorsiona a sus connacionales para que les paguen por “cuidarlos” y definen los puntos claves del país para concretar sus ilícitos.
“La principal característica de los integrantes de esta banda es su absoluta indiferencia con la vida, al nivel de arriesgar la propia y al quitársela a una segunda persona. Creemos, y lo estamos estudiando, que viene de un tema cultural, porque son sociedades que están muy afectas a circuitos violentos desde hace mucho tiempo. De alguna manera, comportamientos como los homicidios, la muerte o actos de corrupción fueron normalizados en sus países de origen”, comentó el policía. Agregó que en su catálogo de delitos destacan: secuestro con homicidio, secuestro con lesiones graves, trata de personas, asociación ilícita y tenencia ilegal de armas.
Como sostiene el funcionario, “Satanás” -que reconoció ser el autor del homicidio registrado el 22 de marzo en el sector La Pampa de Alto Hospicio y que fue detenido en marzo-, es uno de los cabecillas de una de las facciones del Tren de Aragua que opera en Chile, pero ciertamente no está solo. Han identificado también como otro de los líderes a Carlos González Vaca, alias el “Estrella”, quien -según los investigadores- tiene línea directa con el dueño del clan: Héctor Rusthenford Guerrero Flores, quien está preso en Venezuela.
Además, ubicaron a Carla Pérez Jiménez (pareja del “Estrella”), a Luisa Moreno Rodríguez, Carlos Mendoza Gómez, Joel Henríquez Castillo, Jhoblimer Vásquez Santana y Juan Blanco Berroterán. Todos fueron detenidos en operativos paralelos que se realizaron en Iquique, Quilpué, Quillota y Santiago. Asimismo, en la zona sur del país, específicamente en Puerto Montt, se detuvo a otras seis personas vinculadas a la banda, específicamente por trata de personas con fines de explotación sexual.
En Arica, además, la fiscalía y la PDI desbarataron otro de los brazos operativos de la banda: Los Gallegos. Se trata de un grupo de 11 personas a quienes se les incautaron 10 armas, una granada, municiones, 37 kilos de droga y chalecos antibala. Igualmente, en medio del operativo se produjo el hallazgo de un cadáver que permanecía enterrado.
Sobre las características de estos individuos, el prefecto Contreras sostiene que “salvo cuando cometen sus delitos, todas estas personas se caracterizan por tener un bajo perfil. No viven con grandes lujos. Son organizaciones que no ven el lucro en forma personal. No ven el lucro en función de sí mismo, sino en función de la organización, y por ello envían lo que obtienen a Venezuela”.
Los “hijos” del “Chapo”
Pero no todo se remite al Caribe. Actualmente hay antecedentes de fracciones de los mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación que han arribado a Chile. En el caso de la primera, ramificación del temido cartel que lideró el reconocido narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, se detectó su presencia en Alto Hospicio e Iquique, en la Región de Tarapacá, donde se vinculaban directamente con otras bandas de narcotráfico como proveedores e incipientes “generadores” de marihuana. El funcionario de la PDI detalló que por medio de la Operación Vendimia se neutralizaron las operaciones de cultivos de cannabis indoor que ellos estaban realizando.
Y en el caso de la segunda agrupación, la PDI los detectó cuando en el puerto de San Antonio intentaban descargar un cargamento de 898 kilos de cannabis. En esa oportunidad, y en lo que denominaron Operación Azteca, detuvieron a tres colombianos y un chileno.
De acuerdo con el análisis que hacen en la División de Seguridad Pública de la subsecretaría, la incursión de ambas bandas en territorio nacional obedece a los intentos que estos carteles están realizando por aumentar su poderío en la región tras la condena dictada en contra del “Chapo” Guzmán”. El interés se incrementa, como dicen en la repartición, porque también Chile tiene la más alta tasa de consumo de marihuana y la tercera de cocaína en la región.
Además, según precisan conforme a datos que han recibido desde fiscalía, el territorio chileno ha sido usado por los carteles mexicanos para evadir el control de las rutas que tiene el sistema satelital y de inteligencia de Estados Unidos.
En cuanto a su forma de organizarse, Contreras precisó que “las estructuras de los carteles mexicanos reflejan, por lo general, el clásico diseño piramidal, pero al momento de reconocer a los grupos operativos, estos tienen bastante atomización, lo que busca en principio instalar una especie de fragmentación primaria que dificulte llegar a la cúpula. En nuestro país no hay antecedentes de rivalidades entre ellos, estas eventualmente están dadas en los territorios de incidencia de cada uno en México”.
Por si fuera poco, el último hallazgo policial y que ha encendido aún más las alertas de la PDI son los recientes tentáculos que se han descubierto de la mafia china “Bang de Fujian”. Hace poco se detuvo a 13 de sus aliados y no se descarta que algunos más hayan ingresado al país, concretando así una importación de bandas delictuales nunca antes visto en el país.