Durante la mañana del martes colapsó una sección del puente Morandi, en Génova, haciendo que el concreto cayera al suelo. Esto provocó el volcamiento y caída de automóviles, y cientos de víctimas atrapadas entre los escombros.

El servicio de bomberos local dijo que no se habían encontrado nuevos sobrevivientes durante la noche, pero sí otros tres cuerpos. El equipo utiliza perros como ayuda, pero aún no oyen ni ven signos de vida; además, la situación en los alrededores del puente sigue siendo peligrosa.

La ciudad italiana comenzó su duelo de dos días, y las banderas de todo el país y la Unión Europea estarán a media asta en los edificios municipales.

Por su parte, el Papa Francisco expresó su pesar en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, por "la tragedia que ocurrió ayer en Génova". Además rezó por todos los afectados.

Según la directora del Laboratorio de Ingeniería Estructural y Materiales en la Universidad Georgia Tech, la tragedia se debe a un "fracaso estructural".

Lauren Stewar mencionó que la edificación cayó debido a un mal mantenimiento, y que "(la) infraestructura está envejeciendo en un punto en el que tenemos puentes estructuralmente deficientes que conocemos dependiendo del entorno. Es posible que los componentes se corroan".