Exportación de frutas baja un 20% su valor y refuerzan sanitización
Pese a la baja durante el primer trimestre del año, los gremios están optimistas, por el ingreso de nuevas frutas al mercado chino. Su mayor preocupación es la sequía a nivel nacional.
El último Boletín de fruta fresca de Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) mostró que el valor de la exportación de frutas bajó cerca de un 20% durante el primer trimestre, producto de las complicaciones que tuvieron los últimos envíos por al brote de coronavirus en China. Según datos oficiales del gobierno, el sector frutícola alcanzó ventas por US$ 2.069 millones, con 879 mil toneladas durante enero a marzo de 2020. Si bien hubo una lentitud derivada de la pandemia y las normas adoptadas por la autoridad, los líderes del gremio aseguran que la fruta continuó moviéndose, más lento de lo habitual, pero no se detuvo. “Lo que ha ocurrido con la logística a nivel mundial, por efecto de las cuarentenas parciales o totales, es que el proceso de distribución de los productos alimenticios frescos se ha tornado más complejo", dice el presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (ASOEX), Ronald Bown. "Ha ayudado mucho que en general los países, dentro de los cuales está Chile, han declarado a la industria de alimentos como esencial para mantener a la población con suministro suficiente de productos agrícolas básicos”, detalla el dirigente, quien reconoce: “Nadie estaba preparado para enfrentar una situación como esta pandemia, por lo que tomó un tiempo para que la cadena de distribución, incluido los puertos de entrada a China, adecuar su funcionamiento a la nueva realidad”. Chile es uno de los líderes mundiales en exportación de cerezas, arándanos y uvas, y el presidente de Asoex dice que “los grandes países recibidores de nuestros productos mantienen abiertas las puertas para el ingreso de nuestra fruta”. Eso los llevó a extremar medidas adicionales de sanitización, tanto en los huertos como en las centrales frutícolas, además de los trayectos de los trabajadores, según relata Jorge Valenzuela, presidente Federación de Productores de Fruta de Chile (Fedefruta). “Desde un inicio elaboramos instructivos para que los productores tomaran medidas adicionales de seguridad y sanitización. La responsabilidad es gigantesca, por lo que el rubro se esforzó en mantener la cadena funcionando con todos los cuidados posibles”, apunta. La industria ha definido lineamientos para no tener imprevisto, tomando en cuenta que cada componente de la cadena, desde el trabajador de los campos hasta el camión que lleva la producción en los puertos tiene un rol, con tal de que el producto final sea recibido en los mercados. “La logística depende mucho de cómo evolucionan los mercados de destinos. Por lo que, más que un método de trabajo establecido, hay que estar atentos a cómo avanza la pandemia en el mundo, ya que si se generan nuevos rebrotes pueden volver a imponerse restricciones en los mercados que reciben nuestros productos”, aclara Francisco Gana, jefe del Departamento de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
Las frutas en números
Aún faltan casi cuatro meses para que finalice la temporada y, aunque ya hay algunos frutos como cerezas, arándanos, duraznos, nectarinas y uvas que ya han terminado sus cosechas y procesos, falta exportar alrededor de un 20% de fruta en volumen. Dentro de las razones por la que la industria ha seguido llegando a otros países, dentro de los puntos más relevantes, es que el Hemisferio Norte, al estar en contraestación, no está en etapa de producción, y por lo mismo, requieren de la fruta importada. “Lo que hemos podido percibir en los mercados es una creciente tendencia los consumidores están buscando alimentos saludables, que les puedan aportar a sus defensas naturales”, explica el presidente de Asoex. Es en este escenario que la fruta ha tomado mayor protagonismo, en particular aquellas que contienen alto contenido de vitamina C, como el kiwi y los cítricos, pese a que el alza venía presentándose desde hace un tiempo, en particular en mercados como el chino. Al analizar lo que va de la temporada de exportaciones frutícolas 2019-2020, se puede apreciar una disminución en las toneladas exportadas de un 8.56%. En cuánto a las especies, las cerezas alcanzaron su mayor crecimiento, con un 27,05% de las frutas exportadas, llegando a enviar al exterior 228.592 toneladas. Asimismo, se destacan los nectarines, que aumentaron en 9.46%, totalizando 73.154 toneladas exportadas los primeros tres meses de este año. En tanto la uva de mesa (-7.02%), manzanas (-19.48%), ciruelas (-18,75%), peras (-7.07) y kiwis (-24,64) han experimentando disminuciones en los volúmenes exportados, pero no necesariamente producto del coronavirus, asegura Asoex, sino más bien responden a tendencias que se han podido observar desde hace temporadas, y que están relacionados con una multiplicidad de factores, tales como recambio varietal, productividad de los huertos y cambio en los gustos de los consumidores, entre otros. Mayo, junio y julio son meses de manzanas, peras, limones y otras frutas, y pese a que “el negocio sin duda está más lento”, desde Fedefruta argumentan que el mercado extranjero sigue expectante para el ingreso de fruta chilena: “Los productores seguimos en contacto con los importadores y los compradores, que nos están consultando de forma virtual sobre programas de envío para la próxima temporada”. Además, Valenzuela complementa que se acaba de abrir el comercio de cítricos chilenos a China, por lo que las expectativas por parte del gremio son altas: “Hay buenas posibilidades para fruta como la manzana, debido a su mayor guarda, y los kiwis, por su alto contenido en vitamina C que puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico”. En pleno período de exportaciones, ambos líderes reconocen que tras finalizar la temporada el mercado debiera estar mejor preparado, con planes de contingencia que les permita hacer frente a esta situación. “Nos preocupa más el efecto sobre la economía china que este virus pueda provocar, así como si habrá una recuperación para la siguiente temporada”, detalla Bown. Además, ambos afirman su preocupación por los efectos que puede provocar la escasez hídrica que está afectando a gran parte de la zona productora frutícola del país, y que tiene directa relación con una contracción de la demanda en temporadas futuras. “La sequía es un problema que se instala en el origen mismo de la cadena”, dice el presidente de Fedefruta, haciendo una comparación de la contingencia: “La pandemia es una situación de verdad sin precedentes. No obstante, llegaremos a un momento en que la curva empezará a bajar, se dispondrá de una vacuna y podremos sobrevivir al covid-19. Lamentablemente, no hay vacuna para la mega sequía”. Valenzuela apunta a que “se trata de una crisis hídrica a la cual Chile, como Estado, nunca ha tenido una institucionalidad clara para enfrentarla. No tenemos un diseño de políticas que nos haya permitido responder al cambio climático, a la desertificación y a la falta de agua. Hay inversiones postergadas por décadas y ahora que el problema es gravísimo, son muy pocas las herramientas que disponemos para la sequía”.
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