Plan Nacional de Tutorías: cómo nivelar en lectura y escritura a escolares del primer ciclo básico
En un esfuerzo transversal por superar la crisis educacional que afecta al país, con preocupantes resultados en el retraso de la lectoescritura en los más pequeños, el Ministerio de Educación lanzó un plan a nivel país que busca contar con 20 mil tutores a nivel comunitario y la colaboración de instituciones de educación superior. Respondiendo a este desafío país, la U. San Sebastián ya cuenta con planes de intervención en las regiones de Los Ríos y Los Lagos.
Los efectos que tuvieron los años de no presencialidad producto de la pandemia siguen siendo materia de preocupación de todos los agentes involucrados en la formación de los estudiantes de nuestro país.
A la alta deserción escolar, el déficit en el desarrollo de habilidades sociales y problemas de salud mental, se suma el atraso en las capacidades de leer y escribir de los más pequeños, que en la última medición de la prueba Simce bajaron en promedio 4 puntos, de 271 en 2018 a 267 en los cuartos básicos del año pasado. Es decir, se midió a niñas y niños que cursaron el primero básico en 2019 sin pandemia, por lo que obtuvieron una base “normal” en su proceso educativo, el que se vio afectado con los confinamientos durante los dos años siguientes.
Así como en matemáticas, el retraso en las habilidades lectoescritoras ha encendido alarmas transversalmente. Para fines del 2022, el 96% de los estudiantes de primero básico no conocían bien las letras del alfabeto, revelando su incapacidad de leer y, por ende, su entendimiento frente a algún texto, según un estudio financiado por la Agencia Nacional de Investigación (ANID). Una situación, sin duda, dramática, pues la comprensión lectora y la escritura, el lenguaje, es la habilidad imprescindible para todas las demás materias que van a afrontar los más pequeños en el futuro.
La realidad en el aula
Lucía Vidaurre, profesora jefa de primero básico del Liceo Municipal Amanda Labarca, de Vitacura, sufrió en carne propia todo el proceso de la pandemia con los alumnos que hoy cursan segundo y tercero básico. “Si bien se espera que nuestros niños y niñas pasen a segundo básico con un nivel lector o fluido o de palabra a palabra, tras la pandemia, seguíamos teniendo niños de segundo y tercero básico no lectores, que se mantenían en el nivel silábico, recién decodificando y sin fluidez lectora. Esto, en nuestros estudiantes generaba mucha frustración. Cuando se enfrentaban a textos, muchos de ellos lloraban y no querían leer, por lo que tuvimos retroceder a seguir decodificando y a adquirir fluidez, además de sumar profesoras en nuestras horas de lenguaje, psicopedagogas en horas extras e incorporar de manera fuerte a los apoderados para sacar a nuestros alumnos adelante”, sostiene la docente.
Era de esperarse, pues los niños se alejaron mucho del mundo lector y letrado, porque no tenían acceso a los libros ni a la biblioteca, ni muchas a veces contextos favorables para su desarrollo, privilegiando el consumo audiovisual de las redes sociales.
Al igual que otros establecimientos educacionales, no han tardado en subirse al tren para sacarlos adelante, pues luego de realizar un diagnóstico con pruebas estandarizadas como la SEPA, el reforzamiento de lenguaje fue a través de la incorporación del material del Plan Ministerial de Reactivación Educativa 2023, el cual, según dice a Formando para crear el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, “apunta precisamente a que el sistema escolar tenga las herramientas necesarias para comenzar a superar los efectos que implicó el cierre de escuelas a causa de la pandemia”.
“En esa misma línea”, agrega Ávila, “levantamos desde el año pasado la Estrategia para la Reactivación de la Lectura, entendiendo lo central y basal, que es el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura para el desarrollo de todos los aprendizajes. Esta estrategia contiene un nuevo instrumento que es el Diagnóstico para la Reactivación de la Lectura, que es voluntario y que fue aplicado este año por 3.965 establecimientos. Esto va acompañado de recursos pedagógicos para la reactivación de la lectura, a través de una plataforma que suma 72 mil visitas.”
Plan Nacional de Tutorías
Una de las iniciativas que destaca en este desafío país es el Plan Nacional de Tutorías, una de las principales medidas ministeriales que busca acompañar el aprendizaje de escolares de 2°, 3° y 4° básicos que requieren apoyo en el desarrollo de la lectoescritura y complementar la labor insustituible que ejercen los docentes en sus establecimientos, del cual la U. San Sebastián (USS) se hizo parte a través de su Facultad de Educación para participar de esta iniciativa en sus sedes de Valdivia y De la Patagonia, en Puerto Montt.
Ávila explica que las tutorías tienen dos modalidades dependiendo de qué organismo las realiza: las de Instituciones de Educación Superior, que llevan adelante estudiantes de pedagogía y carreras afines; y las comunitarias, que son impartidas por ciudadanos que se han inscrito, y que son coordinadas por las fundaciones Letra Libre y Conectando Aprendo, entre otras. En las últimas, el ministro sostiene que “se han inscrito más de 13 mil personas en las primeras semanas de lanzamiento del plan, siendo nuestra meta contar durante este año con 20 mil tutores, por lo que tenemos una buena evaluación de esta primera etapa”.
El aporte de la USS
Los proyectos en los cuales está participando la USS, por su parte, están a cargo del académico Felipe Alegría, director nacional del Departamento de Pedagogía de la Facultad de Educación de esa casa de estudios, en el contexto de los Proyectos de Vinculación con el Medio de la institución. Estas tutorías se desarrollarán en cinco establecimientos del sector rural de Palena y en cuatro establecimientos (dos rurales y dos urbanos) en Valdivia.
En tanto, Ana Luz Durán, decana de la Facultad de Educación USS, explica que “el proyecto Más inclusión Palena; acortando las brechas de alfabetización en la educación rural es parte del programa y busca contribuir en la disminución de las brechas de alfabetización generadas por la pandemia, condiciones de ruralidad y necesidades educativas especiales, en estudiantes de cinco establecimientos rurales de la comuna de Palena”.
Es así como, a través de la elaboración e implementación de planes de apoyo especializados y pertinentes para potenciar la adquisición de los aprendizajes instrumentales de lectura y escritura, más de 200 estudiantes USS de las carreras de Pedagogía en Educación Diferencial, modalidades Pregrado y Advance y Psicología, desarrollarán competencias y conocimientos pedagógicos, didácticos y disciplinares, acordes a las necesidades educativas especiales que presentan los y las estudiantes de estas localidades del país. En ese sentido, la decana Durán es enfática en señalar que “el foco en el mundo rural que estamos poniendo es porque usualmente este segmento queda relegado de las políticas públicas y es tremendamente necesario hacer un esfuerzo adicional en las escuelas multigrado que tienen menos acceso a tecnología y profesores especialistas”.
Lectoescritura: una tarea de largo aliento
A pesar de la conciencia del problema de todos los agentes involucrados a nivel país, la preocupación aún persiste y el llamado de las autoridades es a no bajar los brazos.
“Si bien sabemos que el Plan de Reactivación Educativa se debe seguir perfeccionando y ampliando, también tenemos certezas que ha sido altamente valorado por las comunidades educativas”, señala el ministro Ávila, y agrega: “La constante retroalimentación que tenemos con directores, profesores, asistentes de la educación y los propios estudiantes, nos permite seguir avanzando en el necesario apoyo que requieren las comunidades escolares. Como lo he dicho varias veces, necesitamos comprender que esta tarea de recuperación de aprendizajes implica una labor a largo plazo que debe continuar en los próximos gobiernos”.
En esa misma línea, Ana Luz Durán invita a los jóvenes, estudiantes universitarios y egresados de las carreras de pedagogía a sumarse a esta iniciativa: “La educación y la enseñanza son cruciales para cambiar las vidas de muchos niños y contar con un buen profesor/a en un momento en que te estás quedando atrás, en que te sientes solo o sin saber qué hacer, puede producir un impacto positivo en ese niño, niña o joven y cambiarle la vida para siempre y darle una oportunidad de una vida mejor, íntegra y con sentido trascendente.”
En esta misma línea, la profesora Lucía Vidaurre agrega el tema de la salud emocional de las y los menores, como condición para adquisición de los aprendizajes y habilidades retrasados: “Hay que ser flexibles ante cualquier circunstancia que vaya en favor de las y los menores; es necesario darse el tiempo y los espacios para abarcar los problemas emocionales que involucran a nuestros escolares. Si me voy a demorar más, no importa, porque, además, un niño o niña emocionalmente interferido no puede aprender”.
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