El rol que han tomado las tarjetas para reemplazar al efectivo
Comodidad, seguridad y control de gastos son algunas de las ventajas más relevantes que presentan las tarjetas de prepago, débito y crédito frente al dinero en efectivo.
La economía siempre parece estar en constante cambio, con rumbos que todavía no terminan de revelarse. Pero algo que parece haber llegado para quedarse es el rol que tomaron las tarjetas, tanto de prepago, débito y crédito, para reemplazar al efectivo. Utilizadas mayormente para minimizar interacciones físicas y como medio de pago para el comercio online, las grandes ventajas que conllevan, tanto para los negocios como para los usuarios, están consolidando su predominancia.
Nahuel Bello, Digital Consumer Director de Mastercard Cono Sur, explica que la pandemia ayudó a que las personas se atrevieran más a usar tarjetas. “Su uso es más higiénico, sobre todo las que cuentan con tecnología contactless. Esto tomó mucha importancia y es una preocupación para mucha gente aún. También están las tarjetas de prepago, que permiten a las personas una nueva forma de bancarización y uso, y poder pagar todo tipo de servicios”, detalla y agrega que otra de las ventajas es que son simples de utilizar.
Francisco Troncoso, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez y experto en innovación, apunta que el crecimiento de estos medios de pago estaba en marcha y la emergencia sanitaria lo aceleró. “Las tarjetas de prepago han tenido un crecimiento exponencial básicamente porque no existían hace tres años y porque son una gran solución para bancarizar a personas que antes no podían”, dice y añade que “anterior a eso, el débito y el crédito estaban teniendo un crecimiento muy importante cada año, más o menos en partes iguales. Y con el pie forzado de la pandemia, donde se dejó de usar, o se sugirió que se usara menos el efectivo, se gatilló que la curva creciera mucho más y que la adopción fuera más alta. Eso hizo que gente no tan habituada, empezara a utilizarlas”.
Gestión más eficiente
Pero no sólo hay ventajas para los clientes, como apunta José Tessada, director de la Escuela de Administración de la Universidad Católica de Chile, ya que los comercios también se benefician con el uso de tarjetas. “Simplifica el manejo de efectivo, por ejemplo, para el tema de manejo de vuelto en sencillo. Cambia la gestión del efectivo para cuando reciben el ingreso, pero para cierto tipo de negocios sin duda puede facilitar bastante el manejo”, asegura. Y añade otra virtud en términos de manejos contables: “Por el lado de los negocios no debemos olvidar que los medios de pagos benefician ambos lados de la transacción, lo que puede mejorar el manejo de los flujos de ingresos. Por ejemplo, permite llevar rápidamente estos flujos a cuentas donde se pueden cancelar servicios, o bien, mostrar ingresos para efectos de acceso a otros productos financieros”.
El profesor Troncoso opina que la tendencia se debiera mantener y seguir en aumento. “Cada vez debería ser menos el uso de circulante. Además, los comercios que estaban rezagados, también se sumaron. Una vez que la adopción se materializa y las personas conocen las virtudes y ventajas de las tarjetas, es difícil volver atrás”, resume.
Nuevos hábitos
Claro que no todo es tan simple; también hay desafíos que afrontar. Tessada apunta a los “pero” de las distintas opciones. “Puede facilitar gastos ya que implícitamente la tarjeta siempre está disponible. En ese sentido es bueno plantear estrategias que permitan controlar compras impulsivas. No todo el mundo tiene la disciplina de revisar en qué gastó el mes anterior, ni el tiempo de hacerlo muchas veces”, explica y agrega que “diversos productos permiten colocar límites, como las tarjetas de prepago, por lo que deberían ser favorecidos para personas que desean limitar ciertos gastos. Como producto de deuda, las tarjetas de crédito ofrecen un acceso rápido a un monto preaprobado y eso se debe manejar con cuidado”.
Francisco Troncoso señala que “la tarjeta de crédito es para un público más bancarizado. Tiene una serie de beneficios y descuentos y en algunos casos te permite pagar en cuotas sin interés. En la medida que uno es ordenado es la mejor opción”, mientras que coincide en que prepago y débito son preferibles para tener un mayor control de gastos.
Pero, en general, el diagnóstico del profesor Troncoso en cuanto al dilema que enfrentan las tarjetas es “conciliar la mejor experiencia de usuario con las menores fricciones posibles. Todo esto dentro de una transacción que tiene altísimos estándares de seguridad y que está regulado. El ‘trade off’ entre seguridad y experiencia de usuario, ahí es donde hay que encontrar el balance”.
Nahuel Bello, de Mastercard, coincide: “El futuro de los medios de pago está en lo digital y las medidas biométricas para otorgar mayor seguridad. La biometría se está abriendo camino con fuerza como la opción para encontrar el equilibrio entre comodidad y seguridad. Todos estos avances también van en directo beneficio de los comercios y empresas al momento de gestionar sus pagos”. Además, detalla cómo Mastercard trabaja en esa dirección: “Principalmente, buscamos generar e implementar las tecnologías necesarias para hacer de los distintos medios de pago algo más seguro y confiable, como también estar atentos a las nuevas necesidades que surjan y las soluciones que se pueden desarrollar”.
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