La mítica Casona colonial de Las Condes abre sus puertas por primera vez en el Día de los Patrimonios
Un tesoro que escondió de los españoles el cacique Vitacura y que nadie lo ha encontrado aún; túneles secretos que conectan con Argentina; mobiliario que se mantiene desde la colonia. Todas estas historias -y muchas más- serán contadas a los visitantes que lleguen, previa inscripción libre de pago, este domingo 28 hasta las dependencias que mantiene y preserva la Universidad Andrés Bello.
El Día de los Patrimonios Culturales cada año gana más adeptos, convirtiéndose en una cita imperdible para los amantes de la historia, de las construcciones y del pasado, en un país con poco más de 200 años de historia republicana, pero con relatos sorprendentes que se remontan a la colonia y antes de la llegada de los españoles.
En esta ocasión, y por primera vez, se suma al panorama patrimonial capitalino de este domingo 28 de mayo, la mítica Casona de Las Condes, ubicada en Fernández Concha 700, en la comuna del mismo nombre, declarada monumento histórico en 1982, que luego fue administrada por la Congregación de los Hermanos Maristas entre 1983 y 1985, lo que coincide con los daños que sufrió su estructura de adobe producto del terremoto de este último año. El histórico recinto desde 1992 aloja al Campus Casona de la Universidad Andrés Bello (UNAB), institución que lo ha reparado y conservado en muy buenas condiciones, y que por primera vez abre sus puertas de par en par a la comunidad en el Día de los Patrimonios Culturales este 2023.
La Casona de Las Condes es una de las construcciones más antiguas y mejor preservadas de la ciudad de Santiago. Su arquitectura imponente, clásicamente colonial, con tejas chilenas y jardines que encapsularon un pasado rico en historias, objetos, mobiliario y también mitos.
EL TESORO QUE ESCONDIÓ EL CACIQUE VITACURA
Hasta los faldeos de la cordillera llegaban antes de 1600 las tierras que hoy ocupan lo que conocemos como Las Condes y donde está enclavada la Casona, una de las construcciones que le fueron dando forma y vida a la Hacienda San José de la Sierra. Su primer dueño fue el españo Anton Díaz, de quien se dice fue compañero de expedición de Pedro de Valdivia. Díaz solicitó 16 cuadras en 1559. En los años siguientes, el territorio se fue consolidando, se utilizó para pastizales en la zona precordillerana y tuvo un sentido estratégico, de paso fronterizo y de control del territorio chileno.
Estos vastos territorios, que solo unos años antes eran de dominio indígena incaico, guardan una de las leyendas que ha mantenido en vilo a historiados y exploradores, al punto de que en la historia reciente expediciones completas han salido en su búsqueda. Se trata del tesoro escondido por el cacique Vitacura, nacido en Cuzco y enviado a Chile para gobernar las tierras desde el Mapocho hasta prácticamente la Cordillera de Los Andes.
Vitacura era el encargado de llevar al Perú los tributos que debían pagar los indígenas de la zona y que se cobraba en kilos de oro. Uno de estos viajes coincidió con la llegada de Diego de Almagro, quien habría interceptado el millonario envío, obligando a Vitacura a ocultar los futuros tributos para que no cayeran en manos españolas. La leyenda cuenta que el cacique ocultó dos toneladas del precioso metal.
“El cacique Vitacura recolectaba un impuesto en oro para el Imperio Inca y, según la leyenda, varias de estas piezas de oro las habría ocultado en los terrenos que hoy ocupa la Casona de Las Condes para que no cayeran en manos de los españoles”, cuenta María Gabriela Huidobro, Dra. en Historia y decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales UNAB, anticipando parte de los relatos que se podrán conocer a fondo en dos charlas abiertas, previa inscripción (ver link al final de esta nota), que se efectuarán el próximo domingo a los visitantes que concurran este Día de los Patrimonios.
ORIGEN DE LA COMUNA DE LAS CONDES
La decana Huidobro explica la relación entre la Casona y el nombre de la comuna de Las Condes: “la Casona era la casa patronal del Condado de Sierra Bella, antes Hacienda. Como uno de los nuevos propietarios (Pedro de Torres) había comprado el título nobiliario de Conde, pasó a tener esta denominación, la que heredó a sus descendientes, que llamaban las condesas. Así, este título se fue heredando por la línea materna, y por eso la comuna se pasó a llamar desde su fundación en 1901 como ‘Las Condes’ y no ‘Los Condes’”.
La leyenda también cuenta que, en la época de la Independencia de Chile, en la Casona estuvo Manuel Rodríguez, ya que existirían túneles que le permitían conectar directamente a través de esta residencia patronal con Argentina.
“Acá se puede entender cómo era la vida en la época de la colonia, y es eso lo que queremos traspasar en la visita que estamos ofreciendo a la comunidad. Tendremos dos charlas, un concierto con nuestra orquesta profesional, dos exposiciones fotográficas, y todo en una ambientación muy típica chilena, para que sea una experiencia mágica para adultos y niños”, sostiene Felipe Karadima, director de Extensión Cultural de la Universidad Andrés Bello.
María Gabriela Huidobro complementa que “en la UNAB estamos orgullosos de ser custodios de este patrimonio nacional. Sabemos que es una responsabilidad muy grande preservar este lugar, que es una puerta de entrada al pasado, y uno de nuestros constantes propósitos es la generación de nuevo conocimiento a partir de la promoción y difusión de la cultura”.
Quienes deseen ser parte del debut de la Casona de Las Condes en el Día de los Patrimonios Culturales 2023, deben inscribirse en el siguiente link.
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