Las barreras que existen entre médicos y pacientes que dificultan el tratamiento de la obesidad

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Pacientes que no saben que lo que padecen es una enfermedad crónica y abordajes de manejo que se basan solo en la baja de peso, se han convertido en los principales obstáculos para el tratamiento adecuado de la obesidad.



Aunque suene extraño, uno de los principales problemas que existen para el tratamiento de la obesidad es la desinformación. Desinformación que no solo se refiere a la necesidad de contar con más educación sobre los alimentos que consumimos o la actividad física que debemos realizar, sino que sobre la obesidad misma.

Si bien la obesidad es reconocida desde 1995 por la OMS como una enfermedad crónica multifactorial -es decir, que tiene distintas causas tales como la genética, socioeconómicas, ambientales e incluso el estado psicológico- hoy, de manera transversal, esta enfermedad se sigue viendo como solo un problema de voluntad.

Los resultados que arroja el estudio ACTION-IO sobre “Percepciones de la obesidad y las barreras para su cuidado” van en esta línea: solo el 68% de las personas con obesidad lo considera como una enfermedad crónica y más preocupante aún, el 81% de las personas con obesidad cree que la pérdida de peso es únicamente su responsabilidad. Es decir, ignoran que haya factores externos que pueden tratarse y que no son solo por la voluntad.

Pero esta barrera también se extiende hacia el mundo médico: el 12% de los profesionales tratantes no considera la obesidad como un mal crónico y un 30% sigue creyendo que la baja de peso es de exclusiva responsabilidad del paciente. Una situación que principalmente ha impedido que la enfermedad reciba el tratamiento que realmente necesita, con la rapidez adecuada. ¿Qué hacer para poder superar esta barrera del desconocimiento?

Una mirada social

Para la Dra. Daniela Meza, Nutrióloga de la Fundación Arturo López Pérez y Hospital la Florida, la razón por la cual tanto pacientes como médicos le bajan el perfil a la obesidad es porque prima la idea instalada socialmente que dice que la obesidad es una enfermedad causada por la falta de voluntad.

“Es una enfermedad que carga un estigma social y ese estigma es que tiene solo un origen y que su única solución es bajar de peso, con métodos rápidos, sin seguimientos ni equipos multidisciplinarios, esto se debe en parte a que estamos dirigiendo el tratamiento de una condición multifactorial, con un solo enfoque de tratamiento cortoplacista e intermitente”, nos explica la especialista.

Y esta mirada hace que, tanto pacientes como médicos no quieran conversar sobre el peso durante sus consultas. En el mismo estudio ACTION IO, se dice que el 44% de los pacientes no conversa sobre el peso con sus médicos porque cree que es su responsabilidad controlarlo. Y el 77% de los médicos, en cambio, creen que los pacientes no están interesados en perder peso. Y estos problemas de comunicación tienen consecuencias reales: 6 años es el promedio de tiempo en el que tardan las personas con obesidad para iniciar la primera conversación.

Esto es algo que preocupa particularmente a la doctora Daniela Meza, ya que impide que los pacientes reciban tratamientos adecuados para su enfermedad que vayan más allá de solo la pérdida de peso. Esto, porque la obesidad es en realidad una enfermedad multifactorial, lo que significa que para tratarse de base primero hay que reconocer qué es lo que la está causando, y las explicaciones pueden venir de la genética, otras patologías concomitantes, uso de fármacos estimuladores del apetito, aspectos psicológicos y/o biográficos que tenga el paciente.

“Habitualmente las y los médicos nos especializamos en distintas áreas que son complementarias y eso es algo que debe estar presente entre nuestros pares. Por ejemplo, cuando un traumatólogo ve a un paciente con sobrepeso u obesidad, que consulta por una lesión de rodilla, va a indicar que debe bajar de peso, pero es importante ver el cómo, ver si hay otras patologías metabólicas y darles tratamiento, hacer educación sobre hábitos alimenticios, indagar en la historia de los pacientes, desde cuándo comenzó a subir de peso, indicar ejercicios acordes a las capacidades individuales de los pacientes, entre otras. Estas son instancias que deben ser evaluadas y derivadas a una Nutrióloga con un equipo multidisciplinario”, nos dice.

Por lo mismo, la especialista nos dice que la mejor solución es precisamente hablar sobre estos temas e indagar. “A todos mis pacientes les cuento esto mismo y en vez de sorprenderse me agradecen ya que por primera vez se sienten aliviados de que nadie los esté culpando ni maltratando por lo que padecen, ellos bien saben lo que es pasar toda una vida a “dieta”, sin lograr resultados. Aquí es donde radica la importancia del abordaje”, agregó.

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