Confirmando las dudas que existían sobre su presentación -debido a unos polémicos tweets de hace unos años donde aludía a Chile-, el humorista venezolano firmó una pésima rutina que solo fue apoyada por una masiva presencia de venezolanos en la Quinta Vergara. Su show no prendió nunca, no hizo reír, y para colmo se puso desafiante y respondió de mala manera al público. Y tras largos -y eternos- 45 minutos, abandonó el escenario a pifias. Un fracaso.
Hace 16 horas