Editorial

editorial

Sábado 11 de mayo de 2019, edición N°835




Reciclar, en todos los niveles posibles, hay que grabárselo a fuego y tenerlo presente al momento de descartar algo o incluso antes, cuando se piensa en comprar algo nuevo, porque nuestra basura nos seguirá acompañando por muchos años, incluso más de lo que nosotros duremos en el planeta.

Buscando información sobre reciclaje de basura, y sobre todo de plásticos, encontré un artículo de la revista Wired ("The World's Recycling is in Chaos. Here's what has to Happen", por Cheryl Katz, 13 marzo 2019). En él se habla sobre la crisis que está significando en el mundo la cancelación por parte de China de la recepción de residuos plásticos. En enero de 2018 China decretó que ya no recibirían los desechos enviados masivamente desde Europa y Norteamérica, ya que estos están siendo cada vez más difíciles de seleccionar y clasificar y ellos están mejorando sus políticas ambientales. Los números son alarmantes, ya que el 95% de los plásticos recuperados en Europa y el 70% de los provenientes desde EE.UU. eran vendidos a China; hoy ese plástico no tiene dónde ir y mucho está quedando en vertederos en su ciudad de origen. Parte de él es incinerado en plantas que lo transforman en energía, pero incluso las plantas más modernas generan contaminantes en este proceso, según un estudio de la ONG Zero Waste Europe, citado en el reportaje.

Si a eso sumamos que antes de la cancelación por parte de China solo 9% del plástico mundial era reciclado y un 12% incinerado, nos queda un 79% que va a parar a vertederos o simplemente al medio ambiente, un panorama color hormiga. No encontré números de la realidad chilena, pero dudo que el porcentaje de reciclaje sea mayor a las estadísticas mundiales.

Resumen: todo lo que tiramos a la basura, abandonamos en una playa o dejamos olvidado en un paseo va a seguir en la tierra por muchos muchos años más, y como aún no se inventa la tecnología o el proceso que revierta esta situación, lo único responsable que nos queda es tratar de que la huella personal, familiar, cercana, sea la menor posible; es la única parte donde hay control y supervisión sobre esos residuos.

Si esto lo encuentran un exageración y creen que el mundo aún puede recibir más basura, háganlo por ustedes, porque les garantizo que ya estamos comiendo y respirando plástico de múltiples maneras.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.