Los consejos para crear la mejor contraseña
El Gobierno de Estados Unidos modificó las recomendaciones que mantenía desde el 2003: claves largas y poco comunes son la mejor opción para no ser hackeado
En el año 2003, el Instituto de Estándares y Tecnología de Estados Unidos (NIST) publicó una guía con recomendaciones para crear contraseñas más seguras y evitar así los llamados hackeos. La recomendación en ese momento era tomar una palabra o frase común y reemplazar sus caracteres por letras, números y símbolos especiales, para así hacerla más difícil de descifrar.
Así, por ejemplo, para el caso de "Mouse", una buena contraseña bajo ese estándar seria m0U53! Sin embargo, el tiempo demostró que ese tipo de técnicas ya han sido adoptadas por los hackers y usuarios que buscan meterse en cuentas ajenas. De hecho, Bill Burr, creador de este documento, señaló a The Wall Street Journal que ninguna de las recomendaciones realizadas en ese tiempo tienen validez hoy, incluyendo la de cambiar la contraseña cada 90 días, ya que lo único que hacía era motivar a la gente a crear claves cada vez más y más fáciles.
Es por eso que el NIST lanzó recientemente un nuevo documento en donde aparecen recomendaciones para crear passwords fáciles de recordar, pero sobre todo, difíciles de descifrar para las máquinas que son las que hacen la gran tarea a la hora de entrar a la fuerza a una cuenta.
¿Cuáles son las nuevas recomendaciones para tener una clave cada vez más segura?
El tamaño si importa. El largo de la clave hará que sea cada vez más difícil descifrarla. Y acá hay dos caminos: o utilizas una clave hecha con un generador de contraseñas que sea indescifrable y que llegue contigo a todas partes guardada en tu billetera, o bien, para estar más seguro, crear una cadena de palabras que no tengan sentido entre si, pero que sean fáciles de recordar. Un ejemplo sería "estrellamurcielagolagunapersiana", intercalando entre medio algunos números, mayúsculas y símbolos, pero no tantas como para no olvidarse tan rápido.
La idea de las palabras es que tengan alguna relación que puedas recordar, por ejemplo, palabras que vengan de las iniciales de tu nombre completo o las de algún conocido o, por ejemplo, temas como debilidades de superhéroes o apodos de futbolistas. Eso sí, no hay que ser tan obvio, y a eso hace relación el segundo consejo.
Olvidate de lo común. Mucha gente que adopta contraseñas largas lo hace, por ejemplo, anotando una frase famosa de una película o un libro que recuerden. Obviamente si un amigo te conoce bien tratará de buscarla. Lo mejor es el consejo anterior: crear una serie de palabras sin sentido entre sí, pero que uno pueda recordar.
Cuidar todas tus contraseñas. Siempre solemos tener la mejor contraseña para nuestro correo o para el banco, pero en otros servicios a los cuales necesitamos "entrar rápido", ponemos las claves más comunes y fáciles de adivinar. Un grave error, ya que a veces esos servicios cuentan con otros datos que son de interés para los ladrones, como nuestros números de tarjeta de crédito. Todas las claves deben ser tratadas de igual manera, y si no quieres memorizarlas todas, el siguiente consejo puede ayudarte.
Usar un gestor de contraseñas. Servicios como 1Password o LastPass crean claves seguras y al azar que son prácticamente imposibles de adivinar ¿Cómo funciona? Simplemente debes crear una "contraseña maestra" y ella se encargará de guardar todas tus otras claves. Cualquier quieras usar alguna de ellas, vas al sitio o a la aplicación, abres tu bóveda digital y listo. Obviamente tu clave maestra debe ser segura y seguir las indicaciones de la NIST, pero es mucho mejor recordar una sola clave larga que varias ¿no?.
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