El poderoso consejo de amor que Andrónico Luksic compartió en Twitter
El empresario que se ha convertido en toda una celebridad de la tuitósfera salió al rescate de un joven buscando alguna luz de esperanza para su corazón
Tal como alguna vez nos cantara Myriam Hernandez, la fuerza del amor es todo, la fuerza del amor es grande. Y si hay alguien que entiende de fuerza y de poder es Andrónico Luksic, el empresario que a través de sus intervenciones en Twitter se ha ganado el apodo de Tío Luksic, siendo hoy una de las personas más importantes dentro de la red social del pajarito en la era de la postinfluencia.
El poderoso twittero ha usado la red social para acercarse a la gente, accediendo a tomar once con sus seguidores, entregar opiniones e incluso responder a quienes le han pedido empleo en menos de 140 caracteres.
Pero el ajetreado empresario también ha demostrado en este tiempo su manejo en el mundo del amor, quizás la más importante de todas las fuerzas. Así lo demostró en su momento, cuando tras llegar a su tweet número 1.000, decidió dedicar estas palabras a su esposa.
https://twitter.com/aluksicc/status/887647345059520512
Con esos antecedentes fue que un usuario de Twitter recurrió a la cuenta de Luksic para contarle un problema de carácter romántico, no sólo de el, sino que de un amigo. Ambos, despechados y habiendo sufrido el desprecio de sus cortejadas, decidieron en la más profunda de las desesperaciones acudir a la siempre precisa palabra del tío Luksic quien, como sabemos, escoge con pinzas los comentarios que responde.
https://twitter.com/AlePizarroLeon/status/892839394834620416
Probablemente fue la cara triste del final o las evidentes faltas de ortografía las que llamaron la atención de Andrónico -porque evidentemente nadie puede escribir así con sus plenas facultades- y así es como decidió tomar cartas en el asunto y emitir una poderosas palabras de aliento y de consejo que todos deberíamos leer.
https://twitter.com/aluksicc/status/893153702202269696
Ya lo saben amigos, menos llanto y más encanto y en una de esas podamos ser como nuestro tío favorito, el Oráculo de Delfos del Siglo 21.
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