Otra semana, otro juego indie con gráficas retro. A estas alturas ya se ha convertido en una suerte de comodín para cualquier estudio independiente que quiera presentarse al mundo y la gente de Easy Trigger no quiso salirse del guión.
Huntdown es a todas luces, una celebración a la nostalgia como muchas otras que existen. ¿Gráficas pixel-art? Check. ¿Música con sintetizador? Check. ¿Niveles lineales con un jefe al final? Check. ¿Estética Cyberpunk? Check. ¿Easter Eggs del mundo del cine y la música? Check.
Y bajo esa capa de uniformidad del mercado indie, Huntdown logra sentirse como una apuesta única, atractiva y lo más importante de todo, bastante entretenida, lo que la eleva más que un par de escalones por sobre el resto de la competencia.
Todo lo que busca hacer Huntdown lo hace bien, partiendo por ser un juego tremendamente entretenido. La excusa de esta vez es que formamos parte de un grupo de cazadores de recompensas que opera en una ciudad tomada por bandas criminales. Nuestro objetivo será ir eliminando maleantes hasta llegar a sus jefes, recoger las recompensas y seguir. Sin preguntas, sin parar.
El juego es un run and gun, como Contra o Metal Slug, en donde tendremos que avanzar por un nivel mientras matamos a todo lo que esté frente a nosotros. Hay tres personajes para elegir cuyas diferencias principales son sus armas iniciales, las que de todas formas querrás usar muy poco ya que en cada nivel estarás constantemente encontrando arsenal mucho más destructivo y útil: metralletas, escopetas, lanzallamas, lanzacohetes, granadas, bombas molotov, palos de golf y rifles de asalto son parte del armamento que te encontrarás en cada escena con el solo propósito de destruir a tus rivales.
Porque si hay algo que define la personalidad de Huntdown es su violencia ininterrumpida. Los niveles no tienen puzzles, ni acertijos, ni mecánicas que evolucionan. Desde la primera de sus 20 etapas hasta la última, el juego no pretende ser más que un festín de balas y explosiones que logra ser tremendamente efectivo y detallista para un juego de su tipo.
A pesar de ser un ambiente con gráficas de 16 bits, los chicos de Easy Trigger se encargaron de hacer que por lo menos todo lo que hagas deje algo en el ambiente: hoyos de balas en las paredes, vidrios que se rompen y un tenebroso camino de sangre y cuerpos botados en el piso -que no desaparecen sino que quedan ahí, inertes- son parte del reflejo de esta sociedad ultraviolenta en donde las balas parecieran ser la única solución al crimen. Y claro, siendo tu un cazarrecompensas lo cierto es que la moral debería ser la última de tus prioridades.
Por supuesto, tener un personaje invencible es solo divertido un par de veces, por lo que si bien tu terminas siendo más fuerte que tus rivales, ellos siempre serán más en cantidad y allí es donde radica la dificultad y el encanto de este juego: secciones cortas pero intensas de acción donde con el mínimo descuido podemos perder mucha energía y en el peor de los casos, morir.
Por suerte, el juego incluye una mecánica que es más propia de los juegos 3D: ya sea usando cajas que están en los niveles, automóviles o sombras, puedes cubrirte momentáneamente mientras tus enemigos atacan, para luego salir del escondite y golpear. Por supuesto, los enemigos también ocuparán estas herramientas, pero siempre puede gastar algunas balas o un explosivo para romper esas cajas y dejarlos desprotegidos. Acá tengo un ejemplo de una sección que no dura más de 30 segundos pero que muestra lo intensos y lindos que pueden ser estas secuencias.
Y más allá de un botón para hacer dash que en realidad se usa principalmente para perseguir a los jefes del juego, Huntdown no tiene más mecánicas ni profundidad que moverse, saltar, esconderte y disparar. Los controles son tan simples que de hecho, solo puedes disparar hacia adelante o atrás, no para arriba ni para abajo ni menos en diagonal como ocurre en Contra o Metal Slug, lo que te obliga a exponerte para realizar ciertos ataques y no jugar al “campeo”.
Punto aparte le doy a los jefes, que son 20 al igual que el número de niveles. El juego se divide en cuatro áreas, por lo que la última de ellas siempre tendrá un jefe mayor, pero todos son entretenidos, obligando a ejercitar la memoria y los reflejos y llenos muchas veces de fases diferentes, finales falsos y estrategias que debemos cambiar cuando se nos van acabando las balas de las armas buenas.
La jugabilidad siempre es lo más importante, y en ese sentido, Huntdown entretiene a pesar de su simpleza. Y gran parte de ello se debe a lo tremendamente atmosférico que termina siendo la aventura. Sí, ya se que partí esta reseña hablando de lo repetitiva que es esta temática en cualquier forma de entretenimiento, pero los chicos detrás de Huntdown lograron darle vida a este mundo a punta de puro talento.
Todos los detalles en Huntdown están muy bien cuidados: cada uno de los 20 escenarios sí, responde a un cliché pero logran verse únicos y bien tratados entre sí, además de las cuatro bandas temáticas de enemigos que aparecen, también tienen sus propias características: algunos más anarcos, otros sacados de películas de terror. Huntdown es un juego que recomiendo jugar en una pantalla grande ya que ahí es donde más luce el excelente trabajo de animaciones y dibujado en 16 bits que en el modo portátil de la Switch, se pierde un poco.
La música también es variada en ese sentido: es ochentetera y siempre sientes que está referenciando a algo, ya sea una canción pop o bien una banda sonora de una película de acción. Y además, el juego cuenta con voces para todos sus personajes, incluyendo un narrado y un sinnumero de one-liners, esos típicos chistes gringos que nuestros tres protagonistas dirán cada cierto tiempo.
Y otra cosa sacada directamente desde el pasado es la duración del juego. Huntdown es un juego corto, de esos que se pasan en una tarde y que apuestan al su carisma para la rejugabilidad. Cada nivel posee 3 misiones para completarlo que siempre son idénticas: eliminar a todos los enemigos, pasar la etapa sin morir y recuperar 3 maletines ocultos a través de cada etapa. Por supuesto, es muy difícil hacerlos todos en tu primera pasada, por lo que quieres lucir un juego completo, tendrás que repetir los niveles un par de veces.
También ayuda a su tiempo de vida diferentes niveles de dificultad y un modo cooperativo local, en donde podrás jugar con un amigo o amiga extra sentados en el sillón (con distanciamiento por supuesto) a la vieja usanza. Pero no esperen modos de juego especiales ni mucho contenido extra. El juego es lo que es y los 20 dólares que cuesta más que financiar un título largo, en realidad premia el esfuerzo hecho por el equipo por haber hecho un juego que es nostálgico pero no se siente como un robo.
Y sí, personalmente dentro del género creo que hay opciones muy parecidas dentro de la Switch. Katana Zero por ejemplo es un juego de estética retro pero con mecánicas de juego mucho más creativas o My Friend Pedro, que también trata sobre violencia pero con un giro creativo. Cualquiera de esos juegos lo considero superior a Huntdown en más de un aspecto. Pero el encanto de este juego no está en lo que viene a decirnos ni a innovar, sino en su capacidad de entregar una experiencia similar a la de esas películas de acción clásicas que no podemos dejar de ver: una herramienta de distracción muy bien hecha y que no apuesta a entregar más de lo que se deja ver: un juego pensado en los 80 pero creado con las herramientas de hoy.