BMW F850 GS: el apellido GS se adivina, pero lo nuevo sorprende y encanta
Una semana nos movilizamos en la nueva F 850 GS, la trail multipropósito de cilindrada media de BMW Motorrad. Su parentesco con la "800" se queda casi en la anécdota, porque acá cambia, casi todo cambia.
Mientras unos colegas mexicanos hablan de un "charco", yo me acerco con sigilo a ese paso de agua chocolatosa en mi BMW F850 GS. Ha llovido bastante en la Andalucía española de marzo, pero la moto me demuestra que tiene con qué afrontar y salir airosa de esos pisos deslizantes. Bajo la ladera de un camino que se abre paso entre unos bosques y ahí está, el "charco", es mi turno, y cuando ya estoy a punto siento que es una pequeña laguna… "Pero la rueda de adelante es de 21 pulgadas, Alexis, dale, tranquilo, tú sabes cómo…".
Esto de darse ánimo vale para todo en la vida y, por cierto, para afrontar los escollos off road de una travesía en moto. El recuerdo corresponde a la presentación internacional y prueba del modelo en Málaga, en marzo de 2018. Esta vez, y justo un año después, tenemos la posibilidad de tenerla casi una semana y bajo el calor todavía muy presente del marzo santiaguino.
Tengo un par de amigos con una 800 GS. ¿Una evolución? Ni para ellos ni para mí. La verdad, más que una evolución, derechamente parece otra moto. Y se siente así. Sigue el motor bicilíndrico, claro, pero además de crecer en cilindrada, también añade unos 11 caballos más que se notan en todo el rango y que acreditan muy bien los 95 caballos que en total da el conjunto de 853 cc.
Pero veamos la estructura. A primera vista se ve una máquina con mayor esmero en sus detalles, ángulos, remates, anclajes, da una sensación de mucho mayor calidad. Y tiene que ser así, ojo. El estanque pasó de la parte trasera al frente, es de 15 litros y su presencia en esta nueva parte de la corporalidad ayuda a un mejor reparto de pesos y con ello ganamos en la idea de dominio de la moto, algo clave para todo conductor.
El examen visual más inmediato con la F850 GS también me hablará del nuevo escape que pasa del lado izquierdo al derecho, pero esto es mucho más que un mero enroque, ya que su disposición actual lo exhibe más unido a la estructura longitudinal, lo cual, por ejemplo, nos favorece en el caso de instalar el kit de maletas laterales. Afinemos algo más nuestro "scanner" y demos cuenta de su nuevo chasis, que deja atrás la horma tubular para pasar a uno monocasco de acero. La marca, acá, buscó dar una mayor rigidez torsional y luego de la exigente prueba en Málaga y nuestra Santiago, así lo certificamos.
Pese a sus 229 kilos, jamás sentí A LA F850 GS una mole pesada ni nada por el estilo. Claro, no es una cabra de montaña para andar endureando casi de manera acrobática, pero quien la lleve por parajes no asfaltados y bien metidos por caminos que entenderemos como "naturaleza pura" verá lo sencillo y cómodo que resulta, además, cuando adoptamos la clásica pose de manejo parado (erguidos, bien apoyados en los pedalines) tendremos que reconocer lo bien fabricada que está, independiente de la estatura del piloto (mi ejemplar tiene una altura del asiento de 860 milímetros, pero hay un kit para dejarla en 815 mm, lo cual la vuelve más abordable para personas de 1,70 o menos).
La pantalla es una delicia y con mucha información, para seguir pese al choque con un sol intenso. La programación del motor mediante modos es también un plus que la marca trabaja hace rato y muy bien. Y de sencilla operación desde las piñas con mandos: normal, para invierno, mojado o bien si salimos a suelos con adherencia compleja.
Por ciudad se mueve con soltura, aunque constaté que le falta una pizca de empuje desde el rango muy bajo de revoluciones, luego, despertando, es imparable y a altas velocidades sucede una experiencia que crea adicción y confianza: es sumamente estable. Esto vale para la ciudad y para su mejor escenario: la carretera interminable. Los frenos que están descritos en la ficha técnica, en tanto, cierran una apreciación sin dos opiniones: ¡Motaza esta BMW F850 GS!
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