Autos lanzados al agua desde un portaviones. No es un videojuego ni escenas de una película de acción, sino que es un ejercicio que realizan la Marina de Estados Unidos y que ha llamado la atención por el hecho de que se envían vehículos por la borda a toda velocidad.

Todo esto ocurre en el USS John F. Kennedy, uno de los últimos portaviones del país norteamericano. Pesa más de 100 mil toneladas y tiene casi 340 metros de largo, cifras que lo convierten en el segundo más grande de clase Ford con propulsión nuclear de la Armada de Estados Unidos.

La inversión para este portaviones fue de US$ 11.300 millones y tiene capacidad para 90 aviones de combate. Pero la idea del período de pruebas es probar si es capaz de catapultar vehículos a través de su plataforma, pensando en que luego se hará con aviones. Ahora, es con unos vehículos adaptados que tienen un costo bastante menor que un caza o un F-18 Super Hornet como el de la película Top Gun.

La novedad del portaviones es que dispone de una catapulta electromagnética especial, que es un sistema de propulsión que ayuda a los aviones a despegar en escasos metros. Reemplaza las catapultas de vapor existentes actualmente en los portaaviones clase Nimitz de la Marina de los EE. UU.

“A medida que logramos un progreso sostenido en la construcción, las pruebas y la renovación de John F. Kennedy , llegar a la fase de prueba de carga muerta es una demostración visual de lo lejos que hemos llegado”, dijo Lucas Hicks, vicepresidente del John F. Kennedy. “De los miles de mensajes escritos se desprende claramente que nuestros constructores navales y sus familias aprecian y comprenden la importancia de nuestro trabajo. Estamos orgullosos del increíble trabajo en equipo que nos ha llevado hasta este punto y seguimos comprometidos a entregar este poderoso portaaviones a la flota para que la tripulación pueda llevar a cabo la importante misión que tenemos por delante”.

Entonces, igual que cuando se lanzan piedras a ríos o lagos, se pudo apreciar que el portaviones encallado en el río James en Virginia se lanzan vehículos de 36 toneladas, un peso similar al que puede tener un avión.

Y apoyados en esta plataforma antes señalada, son lanzados a 240 km/h, tal como se ve en el video publicado por Huntington Ingalls Industries.

Los vehículos salen disparados a esa velocidad y algunas veces realizan “patitos”, igual a los que se hacen cuando se tira una piedra en el río.

Ahora, el ejercicio no involucra dañar el río, por lo que la Armada los recoge y los vuelve a usar en nuevas pruebas.