El Range Rover Evoque de segunda generación ha recorrido un largo camino para convertirse en uno de los best sellers de la marca.
Hace más de una década, Land Rover presentaba el LRX, nombre con el cual bautizaron al conceptual de su primer SUV compacto, el cual vería la luz recién en 2011 con la llegada del Evoque.
Una apuesta arriesgada, pero de diseño cautivador que supo darle vida a la marca inglesa en el momento preciso y, de paso, creando el segmento de los SUV compactos premium.
De ahí en adelante, el Evoque sólo supo de elogios y premios, lo que se vio reflejado con las más de 800 mil unidades que se han vendido del modelo en estos ocho años.
Algo que también se repitió en nuestro país, con más de 1.100 unidades vendidas en este tiempo llegando a ser el best seller de la marca.
Y mejor aún, el 80% de los compradores del Evoque eran nuevos para Land Rover, cifra similar a lo que sucedió en el mercado local, por lo que el modelo cumplió con todas las expectativas que se trazaron en un comienzo.
"El nuevo Range Rover Evoque ha capturado la atención de los clientes y se ha posicionado dentro del segmento como la mejor opción para todos aquellos que buscan la aventura dentro y fuera de la ciudad. Su completa renovación, mezclada con las líneas maestras del diseño original del modelo, y la incorporación de tecnologías que asisten al conductor, son las principales características que harán de este modelo todo un éxito", señaló Rodrigo Espinoza, gerente de Jaguar Land Rover.
Cambios para el Evoque de segunda generación
Pero era necesario un cambio. Una tarea que no fue fácil para el equipo de diseñadores e ingenieros a cargo del proyecto, quienes debían ser capaces de renovar, actualizar y mantener el ADN del Evoque de segunda generación.
Lo primero que hizo la firma fue darle vida sobre la plataforma PTA -13% más rígida que la anterior-, para así poder entregar en un futuro una versión híbrida (2020).
Las medidas del Evoque de segunda generación se mantienen casi intactas, con 4.371 mm de largo (+1 mm), 2.100 mm de ancho (+10 mm), 1.649 mm de alto (-11 mm) y una distancia entre ejes de 2.681 mm (+21 mm), ofreciendo mejor habitabilidad y un maletero que alcanza los 591 litros (+16).
A pesar del cambio de plataforma se siguen apreciando sus proporciones características, algo que se ve en la segunda generación, que mantiene las líneas que lo reconocen como un verdadero Evoque, con ese peculiar y característico techo descendente.
Viene con unos focos más finos, una parrilla delantera más pequeña, inclinada y flanqueda por dos tomas de aire verticales y parachoques de formas más limpias. Atrás, los focos están integrados en una franja negra que atraviesa la zaga, influencia inevitable de su hermano mayor, el Velar.
Tecnología de punta
En el interior del Evoque de segunda generación también hay una gran evolución en el diseño y en los materiales. Gracias al sistema Touch Pro Duo 2 y el display de 12'' hay pocos botones. Un punto llamativo es el espejo retrovisor interior digital, que se activa con solo pulsar un botón.
En él se puede observar lo que pasa detrás del auto, incluso llevando objetos voluminosos dentro, pues las cámaras están ubicadas en la antena del techo.
Cuenta con el Terrain Response 2 de serie, con el que se puede seleccionar el tipo de superficie sobre la que circulará, y actúa sobre la tracción (transmisión, ESP, ABS), los bloqueos de diferencial y la dureza de los amortiguadores.
Estará disponible con motores 2.0 Ingenium diésel (180 Hp) y gasolina (250 Hp), con tres niveles de equipamiento (cinco versiones en total). Sus precios parten van desde US$ 53.900 hasta US$ 69.900. Espinoza espera vender este año 200 unidades y para septiembre la llegada del R Dinamic HSE con 300 Hp.