En medio del antiguo circuito Terramar, a unos 40 kilómetros del centro de Barcelona, y en medio del lanzamiento de los nuevos modelos de CUPRA, la firma española puso sus mejores ejemplares de competición. Ahí, en ese descuidado y olvidado circuito catalán se encontraba Jutta Kleinschmidt, una de las mejores pilotas del mundo y la única ganadora mujer del Rally Dakar.
De sonrisa simple, la alemana de 59 años no tenía problemas en saludar a quien pasara por su lado (era obligado caminar entre medio de los autos para llegar al enorme centro de convención instalado para la actividad), ni menos entablar una conversación animosa con todos aquellos que le hacían preguntas, mientras generosamente mostraba la unidad del CUPRA con que corrió la temporada pasada en la Fórmula Extreme E, la carrera de SUV eléctricos que se desarrolla en parajes naturales y especialmente escogidos por la organización. Ella, una connotada pilota, una de las grandes del automovilismo mundial, demostraba que la humildad y la grandeza pueden convivir sin problema.
¿Quién es ella?
Jutta Kleinschmidt, nació en Colonia (Alemania) es piloto de rally raid y es reconocida por ser la primera mujer ganó el Rally Dakar (2001). Física e ingeniera de carrera, realizó su tesis de grado en BMW, donde trabajó entre 1987 y 1992 en el departamento de diseño de vehículos.
Su carrera deportiva se funde con la profesional y en 1987 compitió por primera vez el Rally de Los Faraones, pilotando una motocicleta y un año más tardes, debuta en el Dakar, la que fuera su mayor pasión. Participó en los 90 en carreras de de automóviles de resistencia, en las 24 Horas de Nürburgring y las 24 Horas de Spa, y siempre combinó las dos ruedas con las cuatro, obteniendo en cada una de las competencias, destacadas posiciones. En 1997 fue quinta en la clasificación del rally Dakar en la categoría de Autos y obtuvo dos victorias de etapa, convirtiéndose en la primera mujer en conseguirlo. La hazaña se acercaba, pues en 1999 termina en el tercer lugar de la general de autos, con dos etapas ganadas, y nuevamente es la primera pilota en liderar la prueba y terminar en el podio.
Finalmente, en 2001 vino su consagración, perteneciendo al equipo Mitsubishi y ganó el ansiado Dakar, cumpliendo uno de sus sueños.
A lo largo de su carrera, Kleinschmidt representó a marcas como BMW, Mitsubishi y Volkswagen. Sin embargo, desde 2016 no había vuelto a competir regularmente y estaba dedicada a sus charlas motivacionales y sus funciones en la dirección de la Comisión de Rallys Cross-Country. Eso hasta que CUPRA la llamó para ser parte de su tribu, como piloto de reserva en la Extreme E.
De regreso a las pistas
Jutta Kleinschmidt regresó a las carreras al mismo lugar donde hizo historia dos décadas antes: el Lago Rosa de Senegal. La piloto alemana debutó en 2021 en la segunda fecha de la primera temporada del campeonato Extreme E, en reemplazo de su compañera de equipo Claudia Hürtge, en el mismo lugar donde en 2001 celebró el único triunfo absoluto logrado en el Rally Dakar por una mujer piloto.
Hoy Jutta Kleinschmidt comparte el volante con el último ganador del Rally Dakar, Nasser Al-Attiyah, en la actual segunda temporada de la Extreme E y ambos formarán parte del equipo CUPRA ABT XE, que estuvo también en la temporada inaugural de la categoría eléctrica, cuando alcanzaron la quinta posición y 100 puntos totales.
En la actualidad la dupla histórica alcanzó séptimo lugar de la tercera fecha de la Extreme E en Cerdeña, el paso fin de semana al totalizaron 9 puntos, eso sí, marchan en la décima posición por equipo.
Su conexión con Chile
En noviembre próximo la especialista en raid estará en nuestro país, cuando se realice el cierre de la temporada de la Extreme E 2022. Y para ella es muy especial regresar, puesto que ya ha estado acá en tres ocasiones, compitiendo en el Rally de Atacama.
¿Qué es lo que más te gusta de haber regresado a competir en una carrera como la Extreme E?
Me encanta. Lo amo porque es nuevo, tiene igualdad de género e incorpora proyectos para cuidado del medio ambiente incluidos en la carrera, además del uso de baterías eléctricas. Creo de verdad que es una gran forma de concientizar lo que estamos viviendo como planeta.
¿Cómo ha sido competir en un mundo tremendamente masculino y cómo te sientes hoy en la Extreme E?
Siempre me tocó competir con los varones, nunca fue tema para mi, porque había que ganarles a todos, independiente de su género. En la extreme E es distinto porque somos 50 y 50 y eso también habla del mundo en el que estamos viviendo. Es un tema tan importante, que me gusta ser parte de este cambio y que tenga la posibilidad de visibilizarlo.
¿Cuáles son tus expectativas ahora que volverás a Chile?
Tengo muchas ganas de volver, me encanta Chile. La preparación para llegar a esa fecha es la misma que para otras carreras. Tratar de ser rápido y con la configuración correcta, pero hay que tener claro que vemos la pista justo antes de correr así que será muy interesante. Tengo claro que será una fecha durísima.
¿Qué es lo que más te gusta de nuestro país?
Lo que más amo de Chile es la carne y el vino tinto.