Realismo mágico, la nueva forma de comprar autos
Si siente naúseas o mareos, deje de usar estos lentes, podrían advertirle en un tiempo más en un concesionario. Y es que cada día más las marcas se aventuran a las experiencias de realidad virtual o aumentada para dar a conocer sus modelos, abriendo un mundo de posibilidades al potencial comprador, el cual más que en una sala de ventas, bien podría sentirse en un centro de entretenciones.
¿Se acuerdan de Freddy Krueger? Ícono del cine de terror de los 80. ¿Y de sus pesadillas? Atemorizaron, al menos, a toda una generación. Pues bien, si vieron alguna vez "Pesadilla en la calle Elm" (1984), su remake (2010) u otra película de la serie, saben muy bien de quién se trata, de ese aterrador personaje que acechaba a sus víctimas dentro de sus sueños, haciendo que dormir se transformara en un peligro. A quién no lo dejó dormir alguna vez, a mí más de una. Porque así de vívidas eran sus pesadillas.
De ahí, también, que hoy se me venga a la mente a la hora de intentar explicar lo que es una experiencia de realidad virtual, una donde puedes sumergirte en otros mundos, interactuar con tu espacio e incluso percibir distintas sensaciones relacionadas con esta atmósfera recreada, pero por suerte sin el miedo que sentían las víctimas de Freddy en sus pesadillas.
Hablamos de Realidad Virtual (RV), un recurso tecnológico que cada día se utiliza en más rubros, incluido el automotor. Varias marcas hoy se aventuran en estas lides y desde distintos ángulos, experimentando en ciertas áreas de la producción, en el sistema de infoentretenimiento de los mismos autos y también en el proceso de compra. En este último campo, se ha ido bastante lejos, buscando acercar la experiencia de compra de un vehículo a la de ir a un parque de diversiones.
Así, probablemente, se sintieron los participantes de “The e-tron room: the Future Paradox”, una experiencia de hiperrealidad creada por Audi para descubrir su tecnología eléctrica. Se trataba de lo siguiente: una aventura virtual a través del tiempo, en la que cuatro viajeros debían superar pequeñas pruebas hasta llegar a su destino, que no era otro que el futuro.
Para ello, los participantes estaban equipados con tecnología de última generación, como lentes de RV y sensores de movimiento, los cuales eran interpretados por un algoritmo en tiempo real, para construir un avatar a escala 1:1 del jugador y lograr una inmersión corporal total. Por otro lado, un actor real, que interpretaba el rol de un robot, hacía las veces de consejero durante el viaje, acompañando a los jugadores y haciendo más completa la experiencia. Una especie de escape room virtual de lo más original.
De real a virtual
Uno de los motivos por los que vamos al concesionario es porque queremos ver, tocar, oler y sentir el auto que nos compraremos. Hasta ahora muy poca gente se compra un auto sin haberlo visto y tocado antes, sin haberse sentado, incluso, sin haber dado una vuelta.
Por ello, los concesionarios que hoy conocemos disponen de demos y test cars para sus potenciales clientes. De una muestra "en vivo", por así decirlo, del portafolio de la marca.
Ahora bien, qué es lo que pasa con este modelo de negocio. Básicamente, que es muy difícil que nos "probemos" el modelo exacto que vamos a comprar. Sobre todo, en aquellas marcas con catálogos de extras tan extensos, que los concesionarios tendrían que tener cientos o miles de ejemplares para testear. En definitiva, hoy solo se puede probar el auto que se va a comprar si el que se compra es el mismo de prueba.
La hiperrealidad, sin embargo, podría cambiar radicalmente el planteamiento de los concesionarios, pues a través de simuladores podríamos configurar nuestro auto tal y como lo queremos, no solo haciéndonos más partícipes del proceso de compra, sino también despertando nuestra parte más lúdica. De ahí, que se crea, además, que una experiencia de realidad virtual en las salas de ventas serviría para romper el hielo con los clientes.
A un futuro comprador bien podría ayudarle mucho, por ejemplo, ver cómo queda una llanta distinta en el modelo que tiene delante. Y así comparar y salir de dudas. O que mientras está sentado en el asiento delantero del modelo en exhibición se le muestre un video sobre las ayudas a la conducción de ese auto.
Hoy, los lentes de realidad virtual son una realidad, valga la redundancia, en algunos concesionarios de marcas premium en el mundo. A través de ellos, sus potenciales compradores pueden "vestir" y equipar el auto a su gusto, eligiendo colores, materiales y accesorios, para luego incluso verlo circular en distintos paisajes de forma virtual.
Y si bien desde fuera la escena resulta más cómica que futurista, con los lentes, uno está dentro. Viviendo los detalles, cambiando tapicerías, abriendo las puertas, bajando las ventanillas. Todo ello con un cielo azul y gaviotas de fondo, que no aportan nada, salvo realismo.
Con esto, más que concesionarios con grandes y costosos showrooms para mostrar sus modelos en "carne y hueso", lo que se espera es que en un futuro no muy lejano estos migren hacia espacios más reducidos, dominados por tecnología de última generación. Hay quienes ya los imaginan como pequeñas tiendas en malls o aeropuertos, por ejemplo, equipadas solo con simuladores virtuales, a través de los cuales el cliente podría probar el auto sin moverse del lugar.
Sin salir de casa
Todo lo que se recibe en el concesionario son segundas visitas, por así decirlo, ya que nadie llega completamente virgen de información. La primera visita es digital en casi todos los casos.
De ahí que se crea que en la conectividad -a través de tablets, computadores o smartphones- está el futuro más o menos cercano de la compraventa de autos, la cual haría posible que, sin salir de casa, el usuario pudiese completar la transacción de un vehículo.
En esta línea, hoy también se trabaja en el ámbito de la realidad aumentada, aquella que permite al usuario visualizar parte del mundo real a través de un dispositivo tecnológico, junto con información gráfica añadida por este. A través de aplicaciones de RA para smartphones o tablets, actualmente se ofrece a los clientes la posibilidad de configurar sus vehículos desde cualquier lugar, pudiendo conocer el auto desde distintos ángulos y así elegir cada uno de sus detalles. De esta manera, si se quisiera se podría visualizar el modelo en el living de la casa y desde la comodidad del sillón comenzar a explorarlo.
BMW es una de las marcas que disponen de un visualizador de vehículos de realidad aumentada. Gracias a la tecnología de Google Tango, el fabricante alemán desarrolló una app llamada i Visualizer, la cual permite personalizar los BMW i3 e i8 con solo mover los dedos. Seleccionar el exterior e interior que mejor se adapte a las preferencias del usuario, abrir la puerta o encender la radio, todo es posible a través de esta tecnología de realidad interactiva, la cual trabaja sobre un modelo virtual, pero a escala real, lo que permite, además, situar el auto en escenarios reales (en el garaje, por ejemplo) y ver cómo queda allí.
Y lo interesante no termina ahí, pues el usuario puede guardar la unidad configurada a su propio gusto y compartirla en redes sociales, por correo electrónico o mediante un código QR. Asimismo, también tiene la opción de enviar su propia configuración a una sucursal de BMW i y concretar luego la compra.
Tanto la RV como la RA hoy también se usan en la industria para dar a conocer tecnologías futuras y así explicar complejos aspectos técnicos de manera emotiva y, de paso, apaciguar las ansias de los más entusiastas.
Porsche utilizó la Realidad Aumentada para dar a conocer su prototipo Mission E, el cual anticipaba a su futuro primer deportivo 100% eléctrico, el Taycan. Por medio de una app gratuita disponible para dispositivos Android e iOs, el fabricante de Stuttgart proporcionaba animaciones que simulaban, por ejemplo, la aerodinámica del vehículo, en tanto que la disposición de vistas de rayos X daban vida a las tecnologías de propulsión y baterías, mostrándolas a través de la carrocería de construcción ligera.
La tecnología no da paso atrás, eso se sabe, por lo que no cabe duda de que los concesionarios virtuales terminarán sacando del mercado los puntos de venta tal y como hoy los conocemos. En cuánto tiempo más, eso aún está por verse, pero para allá vamos.
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