Casi como una sentencia de muerte, la OMS advirtió el miércoles que América Latina debía prepararse para enfrentar su peor momento. Con 146.312 casos de Covid-19 y 7.176 muertos, la región se acerca a una dramática situación por el coronavirus según los especialistas. Los peak de contagios ya estarían llegando a los distintos países y las trágicas imágenes de Ecuador y Perú han encendido las alarmas sobre el nivel de preparación de los países de América Latina para enfrentarlos.
“América Latina tiene dos grandes problemas frente a la pandemia: son sistemas de salud muy deficientes, con poco presupuesto y poca presencia fuera de las grandes ciudades. Casi ningún país latinoamericano podría resistir un brote como los de Europa y EE.UU. El segundo problema, igual de grave, es el económico. Los países tienen recursos limitados”, explica a La Tercera Bruno Binetti, investigador de Diálogo Interamericano.
Así, como siempre, el territorio se divide en grupos: las naciones que creen que están más que preparadas, aquellas que creen que no necesitan mayor preparación y los que ya experimentan las primeras consecuencias de la crisis sanitaria.
Brasil está en el segundo grupo. Pese a que es el país de América Latina con más casos (52.995 y 3.670 muertos), el Presidente Jair Bolsonaro considera que no hay nada que temer. De hecho, critica públicamente a los líderes del Congreso, a los gobernadores y alcaldes que defienden las medidas de cuarentena. El domingo pasado, el mandatario participó de una manifestación en contra de las medidas de confinamiento y alentó a los participantes a pedir que las Fuerzas Armadas intervengan para que no se puedan decretar cuarentenas en los estados de Brasil.
El nuevo ministro de Salud de Brasil, Nelson Teich, anunció que el gobierno presentará un nuevo plan para relajar las medidas de distanciamiento social. Para Bolsonaro, el comercio es la principal prioridad, puesto que ha señalado que “Brasil no puede parar”.
Pero mientras Bolsonaro divulga ese mensaje, el alcalde de Sao Paulo, Bruno Covas, anunció que abrirá 13.000 fosas en los cementerios municipales. El país registra 17 muertes por millón de habitantes.
Los más afectados
Ecuador se despertó este viernes con la sorpresa de la duplicación de su cifra oficial de contagios después de obtener los resultados de miles de pruebas de Covid-19 que estaban retrasadas. El país es el segundo con más contagios de la región, con 22.719 y 576 fallecidos. La emergencia se evidencia en el hecho de que las autoridades pusieron a los presos a fabricar féretros. Son 33 muertos por millón de habitantes, según Worldometers.
Así, por el momento en Ecuador se mantienen todas las restricciones aplicadas por el gobierno desde el 16 de marzo, cuando se decretó el estado de excepción. Con ello, se suspendió la jornada laboral presencial y los vuelos comerciales. Además, el transporte público no opera en ciudades como Quito y a nivel nacional rige un toque de queda de 14:00 a 05:00.
Sin embargo, ya se vislumbra una apertura: “Vamos a pasar del aislamiento al distanciamiento”, indicó la ministra de gobierno, María Paula Romo, quien detalló que a partir del 4 de mayo el país entrará en una etapa de “nueva normalidad”, pero por ahora no se prevé la apertura de los colegios.
Por otro lado, el Presidente Lenín Moreno ha alentado la aprobación de la llamada ley humanitaria, que prohíbe aumentar durante los próximos seis meses el costo de los servicios básicos.
En Perú la situación también es alarmante. Es el tercer país con más contagios, con 21.648 casos y 634 muertos. Estos días Perú -que pertenece al tercer grupo de países- ha sido escenario de situaciones como pacientes atendidos a la intemperie, cadáveres apilados en bolsas de basura y personal sanitario sin el equipo necesario de protección. Pese a que el Presidente Martín Vizcarra decretó tempranamente una cuarentena, el 15 de marzo, los casos no hacen más que aumentar. Por eso, el mandatario decidió extender el confinamiento hasta el 10 de mayo.
Además, a partir del 4 de mayo se reanudarán algunas actividades, por lo que por ejemplo se permitirá que los restaurantes vendan platos con entrega a domicilio.
De todas formas, Vizcarra considera que Perú es el país que con mayor ahínco está haciendo frente a la pandemia: “En todos los países de la región quien está haciendo el mayor esfuerzo para atender a la población que requiere ayuda de su gobierno en este momento difícil es el Perú”, afirmó esta semana el Presidente, que anunció además la entrega de un bono de US$ 223 dólares a 6,8 millones familias, que quedaron sin ingresos por la pandemia.
Con respecto a las clases, el mandatario ha afirmado que este año no habrá clases presenciales.
En “mejor” situación
Un país que podría considerarse como parte del primero grupo, quienes creen que están más que preparados, es Argentina. El gobierno de Alberto Fernández se ha felicitado por las inmediatas y estrictas medidas que se tomaron para prepararse para el peak que se espera en las próximas semanas.
“Nos ha ido menos mal que a otros países, y aunque no quiero cantar victoria, ha sido mucho mejor de lo que creíamos”, ha sostenido el ministro de Salud argentino, Ginés González García.
En esto ayudó la cuarentena que se decretó el 20 de marzo. Por ello, pese a que el gobierno prevé que el peak podría darse para mediados de mayo, ya se ha anunciado una progresiva apertura de las restricciones. Con una cuarentena focalizada, nueve provincias del país comenzarán a flexibilizar sus medidas con la reanudación de una serie de actividades prohibidas desde marzo.
El mandatario permitió además que se reabran organizaciones de 11 sectores, pero Fernández mantendrá las medidas hasta el 10 de mayo. En tanto, la vuelta a clases se proyecta para agosto.
De todas formas, The Economist advierte sobre un riesgo: “Tanto Fernández como el país que encabeza, están entrando en una fase peligrosa: la presión para atenuar la cuarentena está creciendo antes de que la pandemia llegue a su peak”.
Chile, en tanto, también ya piensa en su estrategia de “nueva normalidad” justo en momentos en que el peak debería tocar tierra. El gobierno anunció el regreso de los funcionarios públicos a sus puestos de trabajo, un plan gradual de regreso a clases y la apertura de centros comerciales.
Pese a que en México el Presidente Andrés Manuel López Obrador ignoró, en un principio, las recomendaciones de distanciamiento social, las medidas de restricción se pusieron en marcha en marzo, y el martes el gobierno anunció que se daba inicio a la fase tres debido al aumento de casos. México cuenta con 11.633 contagiados y 1.069 muertes. Eso significa que se intensifican algunas medidas, como la extensión del confinamiento voluntario hasta el 30 de mayo y se mantiene la suspensión de actividades en espacios públicos. Los colegios seguirán cerrados al menos hasta finales de mayo.
El gobierno mexicano ha descartado hacer pruebas masivas pese a que las estimaciones indican que el país puede llegar hasta los 8 mil muertos por Covid-19. Mientras tanto, el plan gubernamental para enfrentar la crisis económica incluye un recorte del 75% de gasto público y de 25% en los salarios de los funcionarios de alto rango.
La realidad de otros países, como Nicaragua, expone que no solo Brasil pertenece al segundo grupo de países. El Presidente Daniel Ortega se mantuvo desaparecido por más de un mes en plena pandemia hasta que la semana pasada indicó que los nicaragüenses no paraban de trabajar “porque si la gente no trabaja, se muere”. Nicaragua no ha declarado emergencia, ni ha cerrado los comercios ni los colegios.
Ante este confuso y dispar panorama, Binetti asegura que la situación de la región es crítica: “Sin apoyo internacional masivo, América Latina va a entrar en una época todavía más grave en lo económico y turbulenta en lo político-social”.