Antonio Sampaio, especialista brasileño en temas de seguridad del IISS de Londres: "Bolsonaro reforzará el poder de fuego de la policía, como primera medida"

Aunque cambió su natal Río de Janeiro por Londres, Antonio Sampaio siempre se las arregla para volver a la "Cidade Maravilhosa". Exeditor internacional en Globo News TV, decidió viajar a la capital británica para perfeccionarse en el Departamento de Estudios de Guerra del King's College London. En la actualidad es investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), donde examina los desafíos en temas de desarrollo, seguridad y terrorismo en centros urbanos de países frágiles. Y Brasil forma parte de su especialidad. En esta entrevista con La Tercera, Sampaio aborda las polémicas propuestas de seguridad que Jair Bolsonaro pretende implementar si es elegido Presidente.

Bolsonaro dijo que si llega a la Presidencia retomará un polémico proyecto para que se aplique de forma automática el principio de la legítima defensa a los policías militares que maten en servicio, sin que haya investigación de lo ocurrido. ¿Qué riesgos ve en caso de que esa legislación se apruebe?

Esta es una propuesta con un enorme potencial destructivo. En la actualidad, la legislación y la práctica criminal ya incluyen el concepto de legítima defensa para policías en servicio que se vean forzados a usar un arma en respuesta a grupos criminales, que en Brasil son extremadamente violentos y bien armados. Pero precisamente por el hecho de que el combate al crimen ya es tan militarizado, se formó un ciclo vicioso en el que el combate armado pasó de ser una solución de corto plazo a una política frecuente sin estar conectada a una estrategia sostenible. Esto destruye la confianza de la población, no sólo en la policía sino en el Estado como un todo. El riesgo, por lo tanto, es de infligir un daño aún mayor sobre el trabajo policial, hasta un punto en que los policías pasen a ser vistos como enemigos por poblaciones de áreas marginadas, como las favelas.

La mitad de los 52 diputados elegidos por el partido de Bolsonaro, el PSL, dijo apoyar cambios en el Estatuto del Desarme, para ampliar la comercialización de armas de fuego. ¿Qué efectos cree que puede tener esta medida en la situación de inseguridad en Brasil?

Bolsonaro y otros políticos, especialmente en el Congreso, han defendido la relajación de reglas para la compra de armas. Esto es preocupante por varias razones. La mayoría aplastante de los homicidios en Brasil se dan con armas de fuego. Además, mientras que algunas facciones criminales tienen acceso a fusiles y otras armas de alto calibre, el crimen común en la calle, especialmente para robos y secuestros, todavía usa las armas pequeñas, que pueden ser escondidas bajo la ropa. Estos hechos nos hacen pensar que facilitar el porte de armas puede tener un impacto negativo. La relación entre posesión de armas y aumento o reducción de crímenes es un debate largo y polémico. Pero en el caso de Brasil, debido a la presencia de grupos criminales de varios tamaños y especialidades, es difícil pensar en beneficios prácticos del porte de armas entre civiles para la seguridad pública.

El general Augusto Heleno, que comandó las tropas de la ONU en Haití, podría convertirse en ministro de Defensa de Bolsonaro. Considerando que la experiencia de los soldados brasileños en Haití fue el embrión de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) implantadas en Río de Janeiro, ¿cree que se intensifique la presencia militar en las favelas?

El hecho de que un excomandante de la Fuerza de Paz en Haití sea nombrado para el Ministerio de Defensa no indica automáticamente una disposición mayor para poner al Ejército en las calles. Esto es porque altos mandos del Ejército temen que sus soldados se estén volviendo un sustituto para las fuerzas policiales, con los desafíos logísticos y legales que implica el uso en áreas densamente pobladas de una fuerza entrenada para el combate armado. Sin embargo, Bolsonaro ha comentado que es favorable en principio al uso de las Fuerzas Armadas en misión de patrulla. Creo que un gobierno de Bolsonaro invertirá en reforzar el poder de fuego de la policía, como primera medida. La posibilidad del uso de las FF.AA. tiende a aumentar con el tiempo, si los homicidios suben.

La seguridad pública es uno de los ejes del programa de Bolsonaro. ¿Considera que se sentirá presionado por exhibir logros de manera rápida en esta materia?

En primer lugar, es probable que haya una discusión sobre lo que significa éxitos en seguridad pública. En países afligidos por altos índices de criminalidad, es común atribuir un aumento de la violencia a los grupos delictivos organizados e intentar desasociar esas cifras de las políticas públicas. Esta disociación hasta puede ser correcta a veces, pero Bolsonaro tendrá mayor presión para explicar sus acciones en seguridad pública ya que eso es un componente central de su campaña. Otro elemento a considerar en la ecuación de la seguridad pública es la relación entre el gobierno federal y los gobiernos de los estados. En Brasil, la mayor responsabilidad por el combate al crimen queda en la esfera de los estados. Y muchos gobernadores pueden ser de partidos de oposición a Bolsonaro. Esto es especialmente preocupante en el caso del Nordeste, donde el PT sigue siendo fuerte, y también es la región que ha experimentado un enorme aumento en la violencia criminal en los últimos años. La cooperación entre el gobierno federal y los estados será extremadamente complicada en un gobierno de Bolsonaro.

Bolsonaro también quiere reducir la mayoría de edad penal a 16 años por enmienda constitucional. ¿Cree que estas medidas van en la dirección correcta?

Esa medida ciertamente no va en la dirección correcta. Desafortunadamente, muchos menores de edad acaban involucrados en crímenes, a veces debido a presiones ejercidas por pandillas.