Cuando a mediados de junio Chile, Perú y otros países de la región atravesaban por un duro momento en medio de la pandemia, Argentina solo registraba entre 900 y mil casos de Covid-19 para una población de casi 45 millones de habitantes. Pero la extensa cuarentena en el país ha provocado que el camino del virus sea largo y lento, con cifras preocupantes registradas en las últimas semanas, seis meses después de que el virus tocara suelo argentino.

El lunes, Argentina sumó más de 10 mil muertos y este martes superó los 500 mil casos. Ambas curvas son agudas y empinadas, y a nivel de muertes el país ya se sitúa en el puesto 16 de las naciones con más fallecidos, mientras que a nivel de contagios entró en el “Top 10”. En un mes los casos se duplicaron, mientras que las muertes aumentaron en 125% desde el 8 de agosto. Sin embargo, la tasa de letalidad del virus sigue manteniéndose baja: 2,1%. La tasa de mortalidad, en tanto, es de 225 por millón de habitantes.

El primer caso de Covid-19 en Argentina se reportó el 3 de marzo y la cuarentena estricta se decretó el 20 de marzo. A la fecha, sigue existiendo un confinamiento, pero con varias aperturas y mucho más flexible, especialmente en la ciudad de Buenos Aires, que ya abrió restaurantes y bares. En total, ya son 172 días de confinamiento en el país.

El Presidente Alberto Fernández ha intentado ser enfático en que el país aún está muy lejos de superar la pandemia, algo que volvió a repetir este martes: “Tratemos de dejar para más adelante los contactos para divertirnos, para relajarnos, para pasarla bien, porque es un momento muy difícil”. “Dejemos el tiempo del encuentro, del esparcimiento social para otro momento, porque no es este el tiempo”, agregó.

El epidemiólogo argentino Eduardo López explicó a La Tercera que Argentina atraviesa por un alto número de casos y fallecidos porque “las últimas tres cuarentenas, que tuvieron un mes y medio a dos meses, fueron cuarentenas imperfectas por diversas causas. La gente no la cumplió como una cuarentena significativa. No hay peor cuarentena que aquella que no se cumple”. Además, señaló que “Argentina ha hecho muy buenas cuarentenas inicialmente, pero no las acompañó de testeos, que son las dos medidas que se aceptan a nivel mundial con las que se tiene más éxito”.

Aumento en provincias

Además de los casos en la capital y la provincia de Buenos Aires, hay altas cifras de casos diarios en el interior, como en Córdoba, Jujuy, Mendoza y Santa Fe. Durante la mayor parte de la pandemia, el 90% de los casos de coronavirus estuvo concentrado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) -que alberga casi a un tercio de la población del país- y las demás provincias acumulaban apenas un 10% del total nacional. Pero ese porcentaje cambió y las provincias representan ahora más del 30% de contagiados.

“Las provincias del interior que no tenían casos hicieron una curva de crecimiento muy aguda, parecida a las que se observaron en España y en Italia. Hubo una especie de switch, bajó el porcentaje de casos en Buenos Aires y el conurbano y aumentó mucho en el interior”, dice López, quien explica que el aumento en el interior se debe en parte a que hubo personas que fueron a las provincias desde Buenos Aires y llevaron el virus.

En ese sentido, el epidemiólogo asegura que “la clave es que el sistema de salud no se sature, está por ahora tenso pero no está saturado. No preveo un colapso, sí saturación del sistema en algunas áreas”.

La ocupación de camas de terapia intensiva a nivel nacional es de 61,6%.

De todas formas, hay dudas con respecto a la fecha de las cifras, puesto que se ha revelado que existe un retraso en la actualización de los datos de contagios y fallecidos. El caso más emblemático es el de una mujer de 85 años que murió el 17 de abril y se informó su deceso con un retraso de 117 días.