Bastión republicano desde hace cuatro décadas, siendo el último triunfo demócrata el de Jimmy Carter en 1976, esta noche Joe Biden extendió la disputa en el estado de Texas.

Sin embargo, luego de permanecer encabezando por momentos el conteo, finalmente el triunfo en el estado fue para Donald Trump. Con el 93% de los votos contabilizados el republicano se impuso con el 52,2% contra un 46,3% del exvicepresidente de Obama.

Se hablaba de un eventual quiebre de esta tendencia republicana -donde Trump también había triunfado por sobre Hillary Clinton en 2016 por una diferencia de casi 10 puntos, y que las encuestas sobre estos comicios daban un empate técnico, mayoritariamente con una ventaja de Trump dentro del margen de error-, debido -según expertos- a los cambios demográficos que ha tenido el estado: un alza de la población latina y de votantes más jóvenes con ideas progresistas.

Otros de los factores que supuestamente reducían la diferencia entre ambos candidatos eran, de acuerdo a especialistas, la alta participación que se dio este año en el voto anticipado, que incluso ya superó al total de votos de 2016, y el rechazo a la retórica de Trump.

“Texas es un estado que es y ha sido por décadas republicano, entonces que sea algo que se puede prestar para conversación, ya pasa a ser inusual por el peso que tiene”, explicó en Conversaciones LT, Juan Pablo Garnham, periodista chileno del The Texas Tribune.