China y la guerra en Ucrania: entre el rol de mediador y la “convergencia estratégica” con Rusia
Según la Cancillería china, la OTAN, y sobre todo EE.UU. son responsables de que las tensiones entre Moscú y Kiev llegaran “al límite” y estallara la guerra. Pese a ello, Xi Jinping dijo que Beijing está dispuesto a "trabajar activamente" con la comunidad internacional para mediar en el conflicto.
Si bien hasta ahora China no ha condenado la guerra en Ucrania, ayer envió ayuda humanitaria por valor de US$ 790.000 al país, informaron diplomáticos chinos. Beijing, próximo al régimen del Presidente ruso, Vladimir Putin, se niega a utilizar la palabra “invasión” desde la intervención militar del 24 de febrero y achaca el conflicto a Occidente y a la “expansión” de la OTAN. Con todo, el régimen de Xi Jinping se declara dispuesto a interceder entre ambos países, pero continúa del lado de Putin, en el marco de lo que la inteligencia australiana ha definido como una “nueva y preocupante convergencia estratégica”.
En una reunión con el líder francés, Emmanuel Macron, y el alemán Olaf Scholz, el Presidente chino, Xi Jinping, pidió el martes la “máxima contención” en Ucrania y anunció el envío de ayuda humanitaria. El portavoz diplomático chino, Zhao Lijian, dijo ayer que la ayuda, enviada por la Cruz Roja china, estaba valorada en cinco millones de yuanes. El cargamento, realizado durante la jornada, incluye alimentos y otros artículos de uso diario, detalló Zhao.
Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, China ha insistido en que la crisis debía solucionarse mediante la negociación, pero no se había ofrecido explícitamente a ocupar un papel en el proceso. Eso hasta el lunes, cuando el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, señaló que “China está preparada para seguir jugando un papel constructivo y facilitar el diálogo por la paz, trabajando con la comunidad internacional cuando sea necesario para llevar a cabo la mediación que haga falta”.
Pero Wang Yi no explicó cómo lo haría y se limitó a insistir en la necesidad de diálogo y a recordar que “el segundo día del conflicto, el Presidente Xi Jinping llamó por teléfono a Putin y le manifestó el deseo de China de que Rusia y Ucrania tuvieran conversaciones de paz lo antes posible. El Presidente Putin respondió positivamente y, desde entonces, ha habido dos rondas de negociaciones”.
Un día después, el martes, Xi Jinping reiteró que China está dispuesta a “trabajar activamente” con la comunidad internacional para mediar en la guerra de Ucrania, pero no ofreció detalles y reiteró su oposición a las sanciones occidentales contra Rusia.
Durante una llamada virtual con el canciller de Alemania, Olaf Scholz, y el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, Xi dijo que la situación en Ucrania era “preocupante” y que China estaba “profundamente apenada por el estallido de la guerra de nuevo en el continente europeo”, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
“China se mantendrá en comunicación y coordinación con Francia, Alemania y la Unión Europea y, a la luz de las necesidades de las partes implicadas, trabajará activamente junto con la comunidad internacional”, dice el comunicado, añadiendo que todos los esfuerzos “que conduzcan a la solución pacífica de la crisis deben ser apoyados”.
En un seminario la semana pasada, Anthony Saich, profesor de la Universidad de Harvard, quien ha estado observando y estudiando China y su gobernante Partido Comunista desde la década de 1970, concedía, según apunta el diario El País, que Beijing “podría jugar un papel”. “Sabemos que en otros casos China ha intervenido entre bambalinas, en un papel positivo para tratar de gestionar problemas globales, como la nuclearización en la península coreana, intentando tratar sobre ello con Corea del Norte”.
El gobierno chino también se ha presentado como mediador en disputas entre Afganistán y Pakistán, su otro gran aliado. Y Beijing afronta en 2022 un importante año político, en el que su presidente obtendrá un nuevo mandato de cinco años. Ante este panorama, Xi desea una estabilidad absoluta en todos los frentes, interno e internacional, destaca el periódico.
Sin embargo, el jefe de inteligencia de Australia advirtió ayer que una “nueva y preocupante convergencia estratégica” entre Beijing y Moscú se ha desarrollado y el riesgo de un “gran conflicto de poder” ha crecido desde que Rusia invadió Ucrania.
Andrew Shearer, director general de la Oficina de Inteligencia Nacional, dijo que Xi parece estar planeando dominar la región del Indo-Pacífico y utilizarla como base para superar a Estados Unidos como primera potencia mundial. “Vemos a un dirigente que realmente se está aprestando y endureciendo a su país para esta lucha por superar a Estados Unidos como primera potencia mundial”, aseguró, refiriéndose a Xi. “El campo base (...) es establecer la primacía en la región del Indo-Pacífico”.
La semana pasada, el diario The Wall Street Journal destacó, en alusión a Xi, que “sus ambiciones de alinearse con Putin tenían un propósito principal: presentar un frente unido contra Estados Unidos. El resultado, según funcionarios chinos, asesores de política exterior de Beijing y un análisis de declaraciones públicas, fue la declaración China-Rusia del 4 de febrero, de que la amistad de los países ‘no tenía límites’”.
O como la definió Wang Yi en su comparecencia ante la prensa internacional con motivo de la Asamblea Nacional Popular, la reunión anual del Parlamento orgánico del régimen: “La amistad entre chinos y rusos es sólida como una roca”. Ante la pregunta de un periodista ruso, el canciller chino explicó que “sin importar lo precaria y desafiante que sea la situación internacional, China y Rusia mantendrán su foco estratégico y avanzarán en su cooperación integral”.
Pero Jude Blanchette, especialista en China del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un think tank de Washington, dijo a The Wall Street Journal que “elevar la asociación con Rusia en vísperas de su invasión de Ucrania fue un error garrafal de política exterior de Xi”. “El costo es muy real para China y expone los límites de la política de Xi”, agregó.
Con todo, China parece seguir de lado de Rusia. Un día después de que la conversación a tres entre Xi, Macron y Scholz se desarrollara con aparente razonable cordialidad, y todos acordaran apoyar las negociaciones entre Moscú y Kiev, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino retomó sus argumentos: que la OTAN, y sobre todo Estados Unidos, son responsables de que las tensiones entre Rusia y Ucrania llegaran “al límite” y estallara la guerra.
“Lo que la OTAN, liderada por Estados Unidos, ha hecho es lo que gradualmente ha llevado al conflicto entre Rusia y Ucrania al límite”, sostuvo el portavoz Zhao Lijian en la conferencia de prensa diaria del ministerio en Beijing. “Obviando sus propias responsabilidades, en su lugar, Estados Unidos critica la posición de China en la cuestión ucraniana” e intenta “perjudicar a China y a Rusia al mismo tiempo para mantener su hegemonía”, aseguró.
Haciéndose eco de lo que ya había expuesto el día antes el presidente chino en su conversación con los líderes europeos, el portavoz criticó las sanciones que Occidente ha impuesto a Moscú como represalia por el ataque al país vecino. “Las sanciones nunca han sido una manera efectiva de resolver los problemas. China se opone firmemente a cualquier forma de sanciones unilaterales”, declaró Zhao.
Ante el complejo escenario económico que enfrenta Rusia por las sanciones, China estudiaría salir al rescate de Gazprom y otros gigantes rusos, al tiempo que estaría considerando comprar o aumentar sus participaciones en ciertas empresas estratégicas de energía y materias primas, según publicó Bloomberg. Beijing realizaría estas operaciones a través de sus empresas estatales, entre las que destacan China National Petroleum, China Petrochemical, Aluminium Corp. of China y China Minmetals.
La secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, en tanto, declaró a The New York Times que las empresas chinas que desafíen las restricciones contra la exportación a Rusia podrían verse privadas de los equipos y programas informáticos estadounidenses que necesitan para fabricar sus productos.
El portavoz diplomático chino, Zhao Lijian, instó a que la política de Washington hacia Ucrania y Rusia “no perjudique los derechos e intereses de China”. “China adoptará todas las medidas necesarias para defender con determinación los derechos de las empresas y los individuos chinos”, defendió.
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