A los 91 años falleció Fernando Botero, pintor, escultor y dibujante al que el periódico El Tiempo definió como “el artista colombiano más grande de todos los tiempos”.

El deceso fue confirmado por varias publicaciones del país sudamericano en los que destacan la trayectoria del artista.

El ministro de Cultura colombiano Juan David Correa se refirió al hecho en su cuenta oficial en X.

“Su vida es el testimonio de quien decidió, desde muy temprano, hacer de su vocación un esfuerzo por crear un estilo que ya es parte de la historia del arte”, escribió la autoridad de gobierno.

El Presidente Gustavo Petro abordó también el deceso del artista en esa misma red social.

“Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono”, expresó el gobernante.

Sus obras son admiradas y apreciadas en el planeta. Hace cinco años, su doble escultura Adán y Eva, formada por dos figuras de bronce de más de tres metros de altura, se subastó en la casa británica Bonhams por US$2,9 millones.

En mayo de 2006, sus pinturas Los músicos y Los cuatro músicos fueron subastadas por US$2,1 millones.

Según informa La República, la muerte de Botero se produjo por complicaciones de salud, en Mónaco.

Botero comenzó a pintar a una edad temprana y se mudó al Viejo Continente en 1950 para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y la Galería de la Academia de Florencia.

Su estilo se caracteriza por los trazos gruesos y por figuras de cuerpo robusto y amplificado, tanto de personas como de animales.

Por ejemplo, en 1992 donó a Santiago de Chile la escultura de un caballo, la que fue ubicada frente al Museo de Arte Contemporáneo en el Parque Forestal.

El 2012 en el Museo de la Memoria se presentó una muestra de 35 pinturas y dibujos del artista colombiano. Se trataba de una polémica serie, creada en 2005 e inspirada en las torturas que sufrieron los prisioneros de Abu Ghraib, una cárcel en Irak, de parte de militares estadounidenses.

Infancia vinculada a los toros

Nacido en Medellín, el artista del volumen se hizo conocido por las formas voluptuosas como centro de su obra.

Estaba recuperándose de una neumonía y había presentado problemas de salud que lo mantuvieron varios días internado en un centro médico. No obstante, él mismo pidió ser trasladado a su hogar para pasar sus dolencias.

Hijo del comerciante David Botero y de Flora Angulo. Fue el segundo de tres hijos.

La infancia de Botero transcurrió en una escuela de toreo donde fue matriculado por uno de sus tíos, pero pronto dejó el mundo de la tauromaquia, aunque regresaría a él años después, en sus pinturas.

La primera muestra artística en la que participó fue la Exposición de Pintores Antioqueños de 1948. Después, en la Galería de Arte de Leo Matiz, en Bogotá, tuvo su primera exposición individual en 1951 y al año siguiente el óleo “Frente al mar” le proporcionó el segundo puesto en el IX Salón Nacional de Artistas.

Botero en una imagen de archivo. Foto: William Fernando Martínez / AP.