Columna de Ignacio Labaqui: Argentina: yendo a votar en un clima de desencanto

Por Ignacio Labaqui, Profesor de Política Latinoamericana y Teoría de las Relaciones Internacionales en la Universidad Católica Argentina (UCA).

La ciudadanía llega a las primarias del 13 de agosto con un claro sentimiento de desencanto y pesimismo producto de 12 años de estancamiento económico y de una inflación que ha alcanzado los niveles más elevados en más de 30 años.

El fracaso de la gestión de Alberto Fernández probablemente tenga como resultado el peor desempeño del peronismo en una elección nacional. La volatilidad cambiaria de las últimas semanas y la aceleración de la inflación probablemente compliquen a Massa, dado su doble rol de ministro de Economía y pre-candidato presidencial

En la principal coalición opositora, Juntos por el Cambio, hay una lucha encarnizada por la nominación presidencial entre la ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, y el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.. Bajo circunstancias normales, Juntos debería ganar cómodamente en octubre. Sin embargo, el desencanto ciudadano podría afectar el apoyo a Juntos.

Javier Milei, un economista libertario que promueve la dolarización y que ha enarbolado un discurso fuertemente crítico tanto hacia el gobierno como a la oposición a los que acusa de ser parte de una casta privilegiada, plantea un interrogante adicional Su candidatura, que es muy popular entre votantes jóvenes, parece ser un vehículo de expresión del desencanto y la bronca de un segmento del electorado.

Los principales interrogantes de cara a la elección del domingo son así: 1) ¿qué nivel de apoyo tendrá el peronismo? ¿perforará su piso histórico?; 2) ¿quién ganará la primaria de Juntos y cuál será el apoyo obtenido por la coalición?; 3) ¿Cuánto apoyo tendrá Milei? y 4) ¿Qué porcentaje del electorado irá a votar? En relación a este último punto, las elecciones provinciales que precedieron a las PASO muestran una caída de 5 puntos en la participación respecto de 2019, un fenómeno que debería ser una señal de alerta para la dirigencia política.