De reducción de emisiones a nuevos acuerdos ambientales: Las difíciles negociaciones que marcan la COP26

(Photo by DANIEL LEAL-OLIVAS / AFP)

La conferencia de la ONU sobre cambio climático arranca el lunes en Glasgow, y tendrá como ejes los compromisos de reducción de emisiones de gases contaminantes, establecer reglas de transparencia, la ayuda de los países más ricos a lo más pobres para mitigar los efectos del nuevo escenario climático y definir los reglamentos anunciados en el acuerdo de 2015.


Bajo advertencias alarmistas de la ONU y de los expertos, líderes del mundo entero acuden el lunes a Glasgow para una conferencia sobre el cambio climático (COP26) llena de nubarrones, y con destacadas ausencias.

El mundo bate récords de temperatura, las sequías se hacen más largas y dañinas y los fenómenos climáticos extremos, como los huracanes, incrementan su fuerza devastadora, a causa de la influencia humana en la atmósfera y los ecosistemas planetarios, explican los expertos y metereólogos.

La pandemia del covid-19 y la gran sacudida económica y social que supuso el confinamiento ha alterado profundamente el tablero diplomático, y algunos actores importantes, como el presidente chino Xi Jinping o el ruso Vladimir Putin, han optado por no acudir a la cita clave de Glasgow.

La COP, bajo la égida de la ONU, es la cita anual para debatir y fijar los compromisos en la lucha contra el cambio climático. Y el encuentro de Glasgow, que se prolongará hasta el 12 de noviembre, es si cabe más importante porque no se pudo celebrar el año pasado, a causa de la pandemia.

La agenda de la conferencia ministerial cuenta con cuatro principales asuntos, y es tan compleja que las negociaciones se abrirán este mismo domingo, sin esperar los grandes discursos de unos 130 de jefes de Estado y de Gobierno.

“Durante la Cumbre de Líderes Mundiales esperamos escuchar compromisos más fuertes(...). Esos compromisos deben ser coherentes con el límite del calentamiento a 1,5ºC y reflejar la contribución justa de cada país al esfuerzo mundial”, recordó un comunicado emitido el sábado por el grupo de países menos desarrollados (LDC).

“Yo les diría (a los líderes) que hoy es Halloween. Les diría que dejen atrás los fantasmas del pasado, que miren hacia un futuro más brillante”, explicó el domingo el presidente de las negociaciones, el ministro británico Alok Sharma.

“Va a ser muy difícil”, advirtió en declaraciones a la BBC.

Casi el doble

Los países más pobres son los que emiten menos gases de efecto invernadero, los que menos contaminan en la actualidad, pero son los que cargan con el impacto social y económico más grave del cambio climático.

Y los líderes de las 20 naciones más industrializadas, que representan más del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, concluyen este mismo domingo su cumbre en Roma, sin dar señales claras de su compromiso común.

El mundo se encamina hacia un aumento de su temperatura media de 2,7ºC en las próximas tres décadas, casi el doble de lo que se fijó como objetivo ideal en la COP21 de París, que sentó las reglas de juego de este combate.

Y la COP26 Glasgow es decisiva en primer lugar porque los países deben reforzar sus compromisos de reducción de emisiones, la principal causa del aumento de la temperatura media del planeta.

“No vamos a parar el calentamiento del planeta en Roma o en esta COP” advirtió el primer ministro británico Boris Johnson, anfitrión en Glasgow. “A lo sumo podemos esperar frenar ese aumento”, explicó a la prensa.

Promesas financieras incumplidas

Los 196 firmantes del Acuerdo de París deberían en principio acudir a Glasgow con sus denominados compromisos nacionales de reducción de emisiones actualizados.

China, que emite más de una cuarta parte de gases de efecto invernadero, reveló sus nuevos compromisos esta semana. El gobierno de Xi Jinping asegura que quiere alcanzar la neutralidad carbono (igual cantidad de emisiones y retenciones) de aquí a 2060.

Pero oficialmente la comunidad internacional se había fijado esa meta para 2050, para que el planeta no entre en un escenario climático imprevisible.

Comprometerse con fechas comunes, con reglas de control mutuamente obligatorias, ser transparentes en la lucha contra el cambio climático, es otro gran objetivo de Glasgow.

El tercero es el compromiso de los países industrializados a ayudar anualmente con 100.000 millones de dólares a los países pobres para que logren mitigar y adaptarse al nuevo clima.

Esos 100.000 millones ya estaban comprometidos en principio para 2020. Faltan aún 20.000 millones, según cálculos del club de países ricos, la OCDE, pero Canadá y Alemania han anunciado un compromiso para que los países ricos normalicen la situación de aquí a 2023.

Falta también un acuerdo en materia de mercados de carbono, un complejo mecanismo para que los países puedan intercambiar cuotas de emisiones.

“Las negociaciones técnicas han sido raras y difíciles de organizar en línea” durante la pandemia del covid-19, explica Lola Vallejo, experta del centro de análisis francés Iddri. “Pero el verdadero problema parece ser de orden político. Brasil, el principal país que bloquea la cuestión, necesita garantías de que habrá incitaciones financieras para preservar la selva amazónica”, añade.

Finalmente los ministros de Medio Ambiente o expertos de cada país deberán desarrollar las reglas que fueron anunciadas someramente en el Acuerdo de París de 2015.

El campus universitario de Glasgow donde se celebra la COP26 se halla bajo grandes medidas de seguridad. Y la semana que viene promete estar salpicada de manifestaciones y acciones de protesta de los grupos ecologistas, con la asistencia de figuras como la joven sueca Greta Thunberg.

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