Este sábado el presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a declarar que al final ganará las elecciones. El estado de Georgia fue el escenario en el que el Mandatario aseguró su victoria en los comicios y apuntó a un eventual fraude electoral.

Reiteró que fue víctima de un robo en las elecciones que perdió en noviembre y aseguró que será el ganador final de los comicios.

Trump presionó infructuosamente al gobernador de Georgia el viernes para que convocara a una sesión legislativa especial a fin de subvertir los resultados de la elección presidencial en ese estado, al tiempo que la obsesión de Trump con su derrota opaca la campaña de su partido para rescatar la mayoría en el Senado.

Trump y el gobernador de Georgia, Brian Kemp, sostuvieron una conversación telefónica horas antes que el presidente se presentara en Valdosta, Georgia, donde los republicanos esperaban que Trump se dedicara a implorar a sus partidarios a votar en dos contiendas de segunda vuelta el 5 de enero.

Horas antes del evento, Trump pidió a Kemp durante su conversación que ordenara la sesión legislativa; el gobernador se rehusó, de acuerdo con un funcionario sénior del gobierno de Georgia enterado de la llamada. El funcionario habló a condición de mantener el anonimato al no tener autorización para discutir la conversación privada. Una persona cercana a la Casa Blanca que fue informada sobre el asunto verificó esa respuesta en la llamada.

Según un tuit del gobernador, Trump también le solicitó que ordenara una auditoría de las firmas en las papeletas de los votos en ausencia de la contienda presidencial en su estado, una medida que Kemp no puede realizar al no tener la autoridad para interferir en el proceso electoral a nombre de Trump.