EE.UU. e Irán realizan canje de prisioneros tras desbloqueo de 6.000 millones de dólares

Cinco prisioneros estadounidenses salieron de Irán el lunes en el marco de un canje por cinco iraníes retenidos en Estados Unidos, en virtud de un inusual acuerdo negociado por Qatar entre los archienemigos que también descongeló 6.000 millones de dólares de fondos de Teherán.

Un avión qatarí despegó de Teherán transportando a los cinco con dos de sus familiares, poco después de que Estados Unidos e Irán recibieran confirmación de que los fondos habían sido transferidos a cuentas en Doha, dijo a Reuters una fuente conocedora del asunto.

La cadena iraní Press TV dijo que dos de los cinco iraníes que iban a ser liberados en el intercambio habían aterrizado en Doha. No hubo confirmación independiente, aunque funcionarios iraníes indicaron que tres de los que iban a ser liberados por Estados Unidos no regresarían a Irán.

La liberación de los fondos desencadenó una secuencia de intercambio acordada tras meses de conversaciones entre Washington y Teherán, enfrentados por las ambiciones nucleares iraníes y otras cuestiones.

Está previsto que los cinco estadounidenses con doble nacionalidad vuelen a Doha y luego a Estados Unidos. “Gozan de buena salud”, dijo un funcionario iraní informado del proceso.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Nasser Kanaani, dijo que dos de los iraníes liberados regresarían a Irán, mientras que otros dos se quedarían en Estados Unidos a petición suya. Uno de los detenidos se reunirá con su familia en un tercer país, añadió.

Kanaani dijo que los fondos, bloqueados en Corea del Sur tras el endurecimiento de las sanciones estadounidenses a Irán en 2018, estarían disponibles para Teherán el lunes. Según el acuerdo, Qatar se asegurará de que el efectivo se gaste en bienes humanitarios y no en artículos bajo sanciones estadounidenses.

La transferencia de fondos a Irán suscitó las críticas de los republicanos estadounidenses, que afirman que el Presidente Joe Biden, demócrata, está pagando en la práctica un rescate por ciudadanos estadounidenses. La Casa Blanca defendió el acuerdo.