El coronavirus, la lenta vacunación y la derrota electoral de su partido ponen en duda legado de Merkel

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El manejo de la pandemia en los últimos meses y algunos escándalos por parte de miembros de la coalición han hecho que la Unión Demócrata Cristiana de Alemania caiga en las encuestas nacionales y entre en una profunda crisis, haciéndolos temer por los resultados de las elecciones generales en septiembre. De triunfar el partido gobernante, los expertos piensan que no sería lo mismo con otro liderazgo.


Cuando faltan casi seis meses para que la canciller alemana, Angela Merkel se retire de la política después de estar al frente en su país durante 15 años, el manejo de la pandemia, la lenta vacunación y los resultados electorales de su partido le han jugado una mala pasada y muchos ya se preguntan si acaso se encuentra en duda su legado.

Luego de perder en dos estados donde alguna vez fueron una fuerza dominante en las elecciones regionales hace una semana, la Unión Cristiano Demócrata (CDU) -el partido Merkel- está en peligro de perder el poder por primera vez en 16 años, mientras sus oponentes aprovechando el momento intentan construir una coalición rival.

Merkel ha gobernado Alemania durante 11 de los últimos 15 años en una “gran coalición” generalmente estable con el Partido Social Demócrata (SPD). Sin embargo, la canciller se retirará en septiembre y los políticos de ambas partes de la coalición han descartado su regreso.

La canciller alemana Angela Merkel se dirige a los medios de comunicación durante una conferencia de prensa en la cancillería en Berlín. Foto: AP

Los dos rivales más cercanos del partido, Los Verdes y los socialdemócratas, dijeron que era posible construir una alianza nacional que saque a la CDU del poder en las elecciones generales de septiembre. Una posibilidad sería hacer un pacto de “semáforo” entre Los Verdes, el SPD y el Partido Democrático Libre (FDP), en referencia a sus colores verde, rojo y amarillo, respectivamente.

Según una encuesta hecha por Forsa para la cadena RTL antes de los comicios regionales, la intención de voto conjunta para la CDU y su socio bávaro, la Unión Social Cristiana, cayó a un 29%, cuatro puntos menos que la semana anterior.

Las derrotas del domingo de la semana pasada en Baden-Württemberg y Renania-Palatinado por un margen de ocho puntos y la caída de su liderazgo en las encuestas nacionales han agravado la sensación de crisis en la CDU.

The headquarters of Germany's Christian Democratic Union Party, CDU, the party of Chancellor Angela Merkel, are reflected in a puddle in Berlin
La sede del Partido Unión Demócrata Cristiana de Alemania, CDU, en Berlín. Foto: Reuters

“Hay una cierta ‘CDU Müdigkeit’ -una ‘fatiga de la CDU’- en Alemania después de 16 años de gobierno de Merkel. Una de las razones detrás de esto es un cambio de generación. La generación joven de millennials tiene menos mentalidad CDU y votará más por los Verdes”, señala a La Tercera Marcel H. Van Herpen, investigador holandés y director de la Fundación Cicero, un think tank dedicado a temas de integración europea

Paul Ziemiak, secretario general de la CDU, atribuyó las derrotas a un escándalo en el que cinco diputados fueron acusados de enriquecerse con acuerdos comerciales que involucraban equipos de protección médica durante la pandemia, culpando al “comportamiento indigno y desvergonzado de algunos parlamentarios”. Sin embargo, otros piensan que el problema es más profundo.

CDU, Secretary General Paul Ziemiak holds a statement after projections of the regional election in federal German states Baden Wuerttemberg and Rhineland-Palatinate was announced at the party's headquarters in Berlin
El secretario general de la CDU, Paul Ziemiak, hace una declaración después de que se anunciaran las proyecciones de las elecciones regionales en los estados federales alemanes de Baden Wuerttemberg y Renania-Palatinado en la sede del partido en Berlín. Foto: Reuters

Markus Söder, primer ministro de Baviera y líder del partido local de la CDU, la Unión Social Cristiana (CSU), dijo que los resultados eran un “fuerte golpe al corazón” de la centroderecha alemana.

Las encuestas sugieren que un pacto de semáforo ganaría suficientes escaños en septiembre como para superar a la CDU, y son esas cifras las que tienen preocupado al partido gobernante.

Las elecciones generales en Alemania suelen seguir un patrón: todos los partidos compiten con fuerza durante tres meses y finalmente gana la Unión Demócrata Cristiana, y es probable que lo mismo ocurra en septiembre.

Sin embargo, la ventaja del partido en las encuestas y los índices de aprobación de Armin Laschet, nuevo líder de la CDU y aspirante a sucesor de Merkel, han ido disminuyendo.

Hay varias causas que explican este fenómeno. En primer lugar, los votantes están hartos del confinamiento interminable y la deficiente campaña de vacunación del país. Además, les decepciona la idea de que Laschet sea el encargado de llenar los zapatos de Merkel. Por último, varias acusaciones graves contra diputados de centro derecha han creado un ambiente de sobornos que genera desconfianza.

Todos estos problemas podrían eventualmente resolverse, pero la CDU tiene mayores desafíos. Merkel logró -en su década y media en el poder- formar una nueva coalición electoral, uniendo a la base conservadora cada vez menor con votantes mujeres, liberales y migrantes. Sin embargo, la alianza se ha ido desgastando a medida que el partido ha ido perdiendo votantes, tanto hacia la izquierda como hacia la derecha.

Personas con mascarilla esperan un tren en una estación de metro en Frankfurt. Foto: AP

No han pasado ni dos meses desde que Armin Laschet fue elegido presidente del partido político más grande y poderoso de Alemania, lo que lo convirtió en una especie de sucesor designado de Angela Merkel. Aunque parecía que sería un buen año para él, la CDU está hundida en su crisis más profunda en décadas, luchando por una victoria en las urnas. A seis meses de las elecciones generales, la CDU y su partido hermano bávaro, la CSU, aún no se ponen de acuerdo sobre quién será su candidato a canciller.

Algunos medios alemanes señalan que, en última instancia, los problemas de la Unión -como le llaman a la CDU y la CSU en conjunto- tienen que ver con las expectativas de que los políticos se comporten como modelos a seguir, y su incapacidad de hacerlo.

El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, durante una conferencia de prensa sobre el coronavirus en Berlín. Foto: AFP

Por ejemplo, el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, instó a los alemanes en una aparición televisiva en octubre a evitar las reuniones sociales debido al aumento de casos de coronavirus. Sin embargo, una noche se reunió con líderes empresariales en una cena de recaudación de fondos.

Aunque la mayoría de la población estaría dispuesta a pasar por alto estos errores si las cosas estuvieran funcionando como deben, los alemanes tampoco sienten que el gobierno esté protegiendo a la población del coronavirus y liderando al país con eficacia a través de la pandemia. Alemania está atrasada con las vacunas y hay una escasez de pruebas rápidas que no permite a las autoridades otorgar más libertad a sus ciudadanos.

The spread of the coronavirus disease (COVID-19) continues in Hagen
Una mujer recibe la vacuna de AstraZeneca en Hagen, Alemania. Foto: Reuters

El gobierno alemán logró mantener el virus relativamente bajo control en 2020, gracias a un cierre anticipado y la cooperación de los alemanes, que hicieron que el país se convirtiera en un ejemplo a seguir. Sin embargo, el panorama se oscureció cuando el gobierno optó por tomar las cosas un día a la vez en lugar de desarrollar una estrategia a largo plazo.

Mientras Estados Unidos y Reino Unido están en camino a ofrecer vacunas a toda su población para fines de mayo y fines de julio, la vacunación masiva recién está empezando en Alemania.

Además, los miembros del gabinete pertenecientes a la Unión no han destacado por su buena gestión. Durante un breve período de tiempo el año pasado, Spahn fue más popular que la propia Merkel en las encuestas. Sin embargo, su popularidad se ha desplomado con el manejo del virus en los últimos meses.

Weekly German cabinet meeting in Berlin
La canciller alemana Angela Merkel y el ministro de Salud alemán Jens Spahn se preparan para la reunión semanal del gabinete en Berlín. Foto: Reuters

El ministro de Transporte, Andreas Scheuer, de la CSU, engañó al Parlamento durante el escándalo que rodeó las fallas en un programa del gobierno para cobrar peajes de camiones pesados y luego criticó el trabajo del comité que lo está investigando.

El ministro de Economía, Peter Altmaier, de la CDU, no ha sido capaz de desembolsar la ayuda para la crisis derivada del coronavirus a las empresas.

La ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, de la CDU, no ha podido controlar el sector de armamentos en una de las prestigiosas unidades especiales de las fuerzas armadas. La ministra de Educación, Anja Karliczek, de la CDU, no ha hecho nada al observar cómo la pandemia expone los déficits del país en la digitalización del sistema escolar.

German Chancellor Angela Merkel attends a session of the Bundestag, in Berlin
La canciller alemana, Angela Merkel, habla con la ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, mientras asisten a una sesión de la cámara baja del Parlamento alemán en Berlín. Foto: Reuters

La pregunta parece ser si Laschet está a la altura de lo que se le exige. Sin embargo, además de haberse restado de discusiones importantes, cuenta con un fuerte oponente. Söder busca posicionarse como un político libre de imperfecciones, y podría haber aprovechado la crisis del equipo de protección médica si no fuera por el hecho de que todo el escándalo empezó con un político de la CSU.

Incluso si la CDU vuelve a posicionarse como el partido más grande de Alemania en septiembre, los expertos piensan que no será lo mismo bajo otro liderazgo. “Angela Merkel era una política talentosa y moderada, que siempre buscaba un término medio. El nuevo presidente de la CDU, Armin Laschet, que es candidato a seguirla como canciller, también es un hombre de término medio, pero parece tener menos experiencia en política exterior y la expectativa es que será más ‘blando’ sobre Putin que Merkel. Este es igualmente el caso de Markus Söder, que es más conservador que Merkel y Laschet”, dice Van Herpen.

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