El curso de la pandemia por Covid-19 sigue siendo sumamente incierto, ¿cómo debería responder el mundo?
Por Niu Qingbao, embajador de la República Popular China en Chile
Actualmente, el mundo se encuentra inmerso en una situación cambiante inédita en los últimos 100 años. Dichos cambios se entrelazan con la pandemia, sumergiendo al mundo en un nuevo período de turbulencias y transformaciones. ¿Cómo vencer la pandemia? ¿Cómo construir el mundo hermoso en la era posterior a la pandemia? El Presidente de China, Xi Jinping, asistió a la sesión virtual del Foro Económico Mundial 2022 y señaló que la fuerte confianza y cooperación solidaria constituyen la única vía acertada para vencer la pandemia. El ¨echar la culpa a los ajenos¨ de forma injustificada, solo causaría demora en la respuesta e interferiría la situación general.
Fomentar la confianza es clave para vencer la pandemia. El Partido Comunista de China y el gobierno de China enfrentan la formidable tarea de combatir la pandemia, comprometidos a realizar trabajo relevante de acuerdo con los principios de las personas primero y la vida primero. A través de la estrategia “cero tolerancia” con firmeza y respuesta efectiva al Covid-19 por adoptar las medidas con eficacia comprobada científicamente, China pudo frenar el avance del coronavirus, convirtiéndose en el primer país en volver a su normalidad, demostrando en la lucha contra la pandemia el espíritu fundamental compuesto por: el resguardo de la vida, el desafío único del pensamiento nacional, el sacrificio por el bien común, el respeto a la ciencia y el destino humano compartido. No hay ninguna razón por la que los países desarrollados, relativamente menos poblados, con mayor riqueza, ciencia y tecnología más avanzada y recursos sanitarios más abundantes no puedan hacer cosas que China ha podido cumplir, como el mayor país en vías de desarrollo del mundo. Los gobiernos de todos los países deberían fortalecer su confianza y actuar de forma activa, en lugar de luchar pasivamente contra el Covid-19 e incluso “acostarse”, sinónimo de relajarse. El sentimiento de rendición no solo es irresponsable para la vida y la salud del propio pueblo, sino que también crea una brecha en la cadena global antipandémica, lo que contribuye a la prolongación de la pandemia y la mutación del virus.
Vencer la pandemia requiere solidaridad. Es necesario fomentar especialmente la cooperación internacional para derrotar la pandemia. Los países del mundo tienen que realizar activamente la cooperación en la investigación y desarrollo de medicamentos. Especialmente, hay que hacer buen uso de las vacunas como un arma poderosa, a efectos de fortalecer conjuntamente múltiples líneas de defensa contra la pandemia y acelerar la construcción de una comunidad de salud común para la humanidad. China fue el país que reportó el primer caso del Covid-19, como un país responsable y de suma importancia. Desde el comienzo de la pandemia, China ha tomado la iniciativa de compartir informaciones del Covid-19 con otros países, a fin de colaborarles en su lucha contra la pandemia. Mientras tanto, China también ha hecho uso completo de sus ventajas únicas como “la fábrica del mundo”, para proporcionar a todo el mundo cantidades masivas de materiales e insumos médicos. Desde el comienzo de la pandemia hasta fin del año pasado, China viene suministrando a la comunidad internacional un total aproximado de 372.000 millones de mascarillas, 4.200 millones de vestimentas de protección y 8.400 millones de kits de reactivos. China considera las vacunas contra el coronavirus como un bien público mundial y se ha convertido en el mayor proveedor de vacunas contra el coronavirus a nivel mundial al proporcionar más de 2.000 millones de dosis a más de 120 países y organizaciones internacionales.
China y Chile han llevado a cabo una fructífera cooperación en la lucha contra la pandemia. En la primera mitad del año pasado, a pesar de las dificultades generales del mundo para acceder a las vacunas, China superó muchas dificultades y entregó a Chile más de 10 millones de dosis de la vacuna, lo que representa más del 80% del total de vacunas que recibió Chile en ese momento, ayudando a Chile a convertirse en uno de los países líderes de la vacunación contra el Covid-19 a una mayor velocidad, lo que ha impulsado la lucha contra la pandemia y la recuperación del empleo y la producción de Chile. La cooperación antipandémica chino-chilena es un modelo de cooperación internacional antipandémica, que interpreta con viveza el concepto de la comunidad de salud común para la humanidad.
Desafortunadamente, ante la pandemia, algunos países acapararon vacunas que excedían demasiado de sus propias necesidades, lo que resultó en la destrucción de una gran cantidad de vacunas por caducidad; también politizaron el virus, manipulando políticamente la trazabilidad del coronavirus para eximirse de la responsabilidad por el fracaso propio en la lucha contra la pandemia. Como señaló el Presidente Xi Jinping que el “echar la culpa a los ajenos” solo causaría demora en la respuesta e interferiría la situación general. Si se dice que el sentimiento de rendición de “acostarse” provoca de manera objetiva la prolongación de la pandemia, entonces la manipulación política y el “echar la culpa a los ajenos” socavan intencionalmente la solidaridad y cooperación internacional en la lucha contra la pandemia. Especialmente cuando el acceso a las vacunas aún no es equitativo mundial, los medicamentos específicos todavía se están desarrollando y las instituciones sanitarias demuestran capacidad insuficiente, abogar por “acostarse” y de forma injustificada “echar la culpa a los ajenos”, va a causar que una gran cantidad de personas de ingreso mediano y bajo en el país y la gente de los países más pobres sigan con alto riesgo de contagio e incluso miles de personas puedan perder sus vidas, que son tan valiosas.
La pandemia por Covid-19 continúa propagándose por el mundo, con más de 340 millones de casos confirmados y 5,6 millones de fallecidos reportados. Estos 5,6 millones, no son números, sino eran vidas con la misma energía como tú y yo. Entre las víctimas del coronavirus hay nuestros familiares, colegas y amigos. ¿Cuántas vidas inocentes más se tienen que perder, para que despierten la conciencia en los de “echar la culpa a los ajenos”?
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