Un estricto protocolo sanitario para el regreso a clases anunció el gobierno francés para la reapertura nacional del 11 de mayo, que contemplaba la vuelta voluntaria a clases. El protocolo incluía señalizaciones en el suelo, distanciamiento de cuatro metros cuadrado por alumno, desinfección de salas, turnos diferenciados para asistir a clases y la prohibición de usar los juegos en el patio. Ahora, a menos de un mes del inicio del nuevo año escolar en Francia en septiembre, el Ministerio de Educación difundió un nuevo protocolo sanitario, pero muy distinto al de mayo. Así, desde septiembre, el distanciamiento social ya no será obligatorio en espacios cerrados y abiertos.
La nueva guía sanitaria del gobierno para la vuelta a clases ha llamado la atención tanto de los profesores como de los apoderados, puesto que el país, con 197.921 casos y 30.324 fallecidos, sigue sumando nuevos rebrotes. Tras varias semanas registrando menos de mil casos, en los últimos días las cifras diarias de contagios llegaron a los 2.820 la semana pasada.
Tras consultas a principios de julio con el Ministerio de Salud y el Consejo Superior de Salud Pública, la cartera de Educación Nacional francesa publicó la semana pasada un texto que actualiza el protocolo del 11 de mayo y el posterior a ese del 22 de junio, para las escuelas de todos los niveles. Esto no incluye a universitarios.
La distancia social seguiría siendo una prioridad; sin embargo, “en los espacios cerrados (aulas, talleres, bibliotecas, comedores, etc.), el distanciamiento físico ha dejado de ser obligatorio cuando no es materialmente posible o no permite acoger a la totalidad de los alumnos”, indica el texto gubernamental. De todas formas, se detalla que los espacios interiores se organizarán para mantener “la mayor distancia posible entre los alumnos”.
Las mascarillas, en tanto, serán obligatorias para los alumnos mayores de 11 años, que deberán usarla “en los espacios cerrados y exteriores durante sus desplazamientos, así como en clases cuando la distancia de un metro no puede garantizarse y estén uno enfrente del otro, o uno al lado del otro”, según el nuevo protocolo. Los profesores de primaria y secundaria también deberán usarla cuando no se pueda mantener la distancia de al menos un metro con los alumnos.
Para los más pequeños, de los tres a seis años, el uso de mascarilla no es obligatorio. El protocolo de salud también exime de usarla a los profesores de la educación infantil.
Otra novedad importante relativa a la limpieza y desinfección de materiales y equipamientos es que desde ahora se autoriza el acceso a juegos, bancas y espacios colectivos exteriores. El protocolo permite “la provisión de objetos compartidos dentro de una misma clase o del mismo grupo constituido (pelotas, juguetes, libros, juegos, lápices, etc.)”, y ya no se menciona la necesidad de desinfectarlos.
“Angustia en los padres”
Estas nuevas disposiciones para el regreso escolar también provocan preocupación entre los apoderados. Rodrigo Arenas, quien nació en Chile y hoy es copresidente de la Federación de Consejos de Padres (FCPE) en Francia, sostuvo a La Tercera que esta reapertura “corresponde a una decisión política, pero no corresponde a una decisión científica”.
“En nuestra federación consideramos que no le pertenece a los padres comentar una decisión científica porque cuando hablamos de una enfermedad, una pandemia, los únicos autorizados a decir qué es lo que hay que hacer, son los científicos. Por eso en Francia existe un Consejo Científico”, sostiene Arenas, quien critica fuertemente la decisión del gobierno y acusa que el Presidente Macron “tomó una decisión en contradicción con el Consejo Científico” desde la vuelta a las escuelas a partir del 11 de mayo. “El gobierno está aliviando el protocolo sanitario porque no ha desbloqueado los fondos suficientes para poder asegurar la vuelta a la escuela de los niños. Están jugando con la salud de la gente y la incapacidad de hacer las cosas, porque en realidad no están trabajando como profesionales, sino como amateurs”, sentencia.
Según Arenas, Francia no está preparada materialmente para recibir a todos los niños en septiembre en un entorno seguro ante el Covid-19, y destaca la falta de baños en buen estado en la mayoría de los colegios que permita a los niños lavarse las manos cada vez que necesiten. “Esto crea angustia entre los padres. Los padres van a poner a sus niños en las escuelas, pero estamos en una contradicción, porque en este momento se están imponiendo las mascarillas en los centros de las ciudades”, concluye.
De todas formas, el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, ha insistido en que “el objetivo es tener un regreso normal a la escuela, y este es nuestro principal escenario”. Sin embargo, ha detallado que el gobierno está trabajando en otros posibles escenarios que se puedan dar en septiembre, con el fin de “estar preparados para cómo van a salir las cosas a principios de septiembre, ya que dependerá de los últimos elementos que sepamos de la pandemia a fines de agosto”.